Camaroneras: Desarrollistas y Neoliberales
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
En los países subdesarrollados solemos ir cuando los demás regresan. El caso de los cultivos de camarones no es la excepción. Como se sabe, la actividad camaronera está en vías de extinción en los países desarrollados.
Los mantenimientos y cultivo de los camarones, requiere para su mantenimiento y control de enfermedades toda clase de agentes químicos, funguicidas, plaguicidas, y antibióticos, que junto con los desechos orgánicos producidos por los propios camarones, son vertidos al mar causando daños irreversibles al ambiente.
En Ecuador, Colombia y Honduras, por nombrar algunos países del hemisferio, han sufrido la devastación de esta actividad. Hermosos parajes, reservorio de especies vegetales y marinas han sido arrasados.
En Cariaco Estado Sucre se vivió una experiencia espantosa que cambió el medio de vida de los pescadores de la zona. En La isla de Coche se comienza a registrar, una importante disminución en las capturas de peces que alarma a sus pobladores.
La actividad camaronera genera pocos empleos. Se calcula en promedio unos cinco empleos por camaronera, pero el precio que se paga por estos pocos empleos es la destrucción irreversible del medio ambiente y de las condiciones de vida de los habitantes de la zona. La actividad camaronera obedece a un modelo desarrollista no sustentable que proporciona alimentos a quienes están bien alimentados y quita la comida de la mesa a los hambrientos.
La actividad camaronera es contrarrevolucionaria, neoliberal y desarrollista por consiguiente es contraria a la visión de desarrollo sustentable contenida en la constitución Bolivariana de Venezuela.
En los países subdesarrollados solemos ir cuando los demás regresan. El caso de los cultivos de camarones no es la excepción. Como se sabe, la actividad camaronera está en vías de extinción en los países desarrollados.
Los mantenimientos y cultivo de los camarones, requiere para su mantenimiento y control de enfermedades toda clase de agentes químicos, funguicidas, plaguicidas, y antibióticos, que junto con los desechos orgánicos producidos por los propios camarones, son vertidos al mar causando daños irreversibles al ambiente.
En Ecuador, Colombia y Honduras, por nombrar algunos países del hemisferio, han sufrido la devastación de esta actividad. Hermosos parajes, reservorio de especies vegetales y marinas han sido arrasados.
En Cariaco Estado Sucre se vivió una experiencia espantosa que cambió el medio de vida de los pescadores de la zona. En La isla de Coche se comienza a registrar, una importante disminución en las capturas de peces que alarma a sus pobladores.
La actividad camaronera genera pocos empleos. Se calcula en promedio unos cinco empleos por camaronera, pero el precio que se paga por estos pocos empleos es la destrucción irreversible del medio ambiente y de las condiciones de vida de los habitantes de la zona. La actividad camaronera obedece a un modelo desarrollista no sustentable que proporciona alimentos a quienes están bien alimentados y quita la comida de la mesa a los hambrientos.
La actividad camaronera es contrarrevolucionaria, neoliberal y desarrollista por consiguiente es contraria a la visión de desarrollo sustentable contenida en la constitución Bolivariana de Venezuela.
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