La Rebelión de las Franelas Rojas

Por: Robin Rodríguez

Cuando tenia 14 años, comencé ha observar como los cerros de Las Charas ( donde nací y crecí) se minaban de ranchos; como la desatención gubernamental a la juventud, fue contribuyendo para que el ocio en el "futuro de la patria" creara las condiciones para la degeneración de una parte, dando inicio al flagelo que hoy representa la delincuencia. Paralelamente a esta situación, el clientelismo político imperante en los barrios, obligaba a muchas personas a tener que simular o exagerar el afecto hacia el partido de gobierno y hacia el coordinador del comité de base de la comunidad, para poder acceder a los beneficios otorgados por el Estado. Ha estos desmanes, se fueron sumando denuncias por corrupción en el entorno presidencial.

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Ya con 15 años, tuve que abandonar mi casa por formar parte de los hombres y mujeres que buscábamos el desalojó del poder de esas cúpulas podridas que se sustentaban en una falsa democracia; pero el lunes 4 de octubre de 1982, 23 de nuestros camaradas fueron masacrados en la cercanías de Cantaura y otros, tuvimos que someternos a la mas estricta clandestinidad, por ser perseguidos para liquidarnos o encarcelarnos.

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La ultima etapa del gobierno de Luís Herrera y en todo el periodo de Lusinchi, me mantuve clandestino pero ligado al movimiento de masas y fortaleciendo instrumentos militares de carácter revolucionarios, dado al servilismo de las fuerzas Armadas Nacionales con las cúpulas Adeco-Copeyanas; al punto que en el estallido político-social del 27 de febrero de 1989 (Carlos Andrés Pérez tenia 25 días juramentado como presidente), fui perseguido en el estado Lara con el seudónimo de José Zerpa, por parte de la DISIP y las bandas armadas de Acción Democrática, ya que tenia cierta influencia, en las luchas de los cañicultores, caficultores y sectores vecinales en El Tocuyo, Sanare y Quibor.

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Hasta diciembre de 1988, el 93% de los votos validos se inclinaban por AD y COPEI ( 6.842.039 venezolanos), pero los sacrificios y riesgos que implicó esa lucha, los asumimos con la convicción que la correlación política-social cambiaria; ya que estábamos ante una falsa democracia incapaz de satisfacer los deseos y necesidades del pueblo. La sacudida político-social de febrero de 1989 dio inicio a una nueva etapa en la historia de la patria que aun no ha culminado, ya que el actual gobierno, al igual que las cúpulas podridas del pasado, han incrementado la corrupción, el desempleo, la inseguridad, el perverso clientelismo político, la ineficiencia gubernamental, la perdida de la soberanía económica y todos los males heredados por la cuarta republica.

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La falta de una verdadera democracia, el progreso y el bienestar social, contrasta con el deseo de cambio que persiste en la población; de allí que el clientelismo político desarrollado a través de las misiones es insuficiente ante la necesidad de los cambios sustanciales que aspira la gente. El malestar y la protesta popular seguirán en ascenso, ya que en los 8 años de esta falsa revolución ha demostrado su incapacidad de atender los problemas del país. También debemos sumarle, la tendencia en el crecimiento del déficit presupuestario (por los gastos sin control del presidente), el aumento de la inflación que disfrazaran con la eliminación de los 3 ceros en la moneda, la escasez de alimentos, aumento de la deuda externa y otros indicadores que son el resultado de las políticas neoliberales de estas nuevas cúpulas podridas, disfrazadas de revolucionarias y socialistas.

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Ante esta situación, la reforma constitucional busca darle mayores poderes al presidente y la militarización del país, para evitar el surgimiento de un nuevo liderazgo (que podría surgir del seno del oficialismo); pero sus maniobras no lo salvara del despertar del pueblo; al igual que las cúpulas del pasado fueron arrasadas por un pueblo que en un momento de la historia, fue influenciada por su liderazgo; esta falsa revolución con Chávez a la cabeza, será superada por los pobres de Venezuela.

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Como revolucionario, hoy integrante de Vanguardia Popular junto a varios de los sobrevivientes de la masacre de Cantaura; oficiales, combatientes y comandantes del desmovilizado Frente guerrillero Américo Silva e incansables luchadores por el socialismo, invito a seguir la lucha por una verdadera revolución.