Caiga ya la venda!
Por: Maria Walter
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Pretender avanzar hacia el futuro con paradigmas del pasado como lo son el fomento del odio y el rencor en nada favorecen el clima de concordia que el Siglo XXI demanda de los seres humanos, por ello, la sincronía con el amor es el camino seguro hacia la paz. Ahora bien, ¿cómo alcanzar la paz, como permanecer en armonía, si la violencia en aparente triunfalismo se expresa por doquier arma en mano, grito en la voz, dureza en la mirada?
Una cosa es la verdad real y otra, la aparente verdad. Distinguir entre una y otra requiere el paso previo del despertar de conciencia, sin él, el Ser humano vive confundido llegando al extremo de negarse el amor a sí mismo, en consecuencia, alejado de sí, se aleja del prójimo, asumiéndolo incluso como enemigo, así, en medio de esta separa-ti-vidad, lógico resulta, que el ser humano acumule tensión, rabia, odio, enfermedades…
Separados de nosotros mismos y de los otros, por ignorancia, hemos vivido en la cárcel del miedo, miedo a encontrarme contigo/conmigo/con la verdad limpia y trascendente del amor, asumir esa fuerza liberadora nos aleja de toda tristeza, todo temor, fortaleciéndonos, clarificándonos, centrándonos, por ello, el camino cierto a la verdad es el amor; así éste, se constituye en antorcha, permitiéndonos el despertar definitivo. Hablar de libertad sin conocer acerca del amor incondicional es pretender desmerecer la fuerza amorosa del Sol que sin distingos y sin necesidad de ser empujado por nadie, sale alumbrando para todos. Desmerecer la fuerza del amor por ignorancia, lógicamente lleva a vislumbrar la guerra como vía a la supresión de los conflictos y las desigualdades. Nada mas falso.
Una cosa es la verdad real y otra, la aparente verdad. Distinguir entre una y otra requiere el paso previo del despertar de conciencia, sin él, el Ser humano vive confundido llegando al extremo de negarse el amor a sí mismo, en consecuencia, alejado de sí, se aleja del prójimo, asumiéndolo incluso como enemigo, así, en medio de esta separa-ti-vidad, lógico resulta, que el ser humano acumule tensión, rabia, odio, enfermedades…
Separados de nosotros mismos y de los otros, por ignorancia, hemos vivido en la cárcel del miedo, miedo a encontrarme contigo/conmigo/con la verdad limpia y trascendente del amor, asumir esa fuerza liberadora nos aleja de toda tristeza, todo temor, fortaleciéndonos, clarificándonos, centrándonos, por ello, el camino cierto a la verdad es el amor; así éste, se constituye en antorcha, permitiéndonos el despertar definitivo. Hablar de libertad sin conocer acerca del amor incondicional es pretender desmerecer la fuerza amorosa del Sol que sin distingos y sin necesidad de ser empujado por nadie, sale alumbrando para todos. Desmerecer la fuerza del amor por ignorancia, lógicamente lleva a vislumbrar la guerra como vía a la supresión de los conflictos y las desigualdades. Nada mas falso.
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Necesario, es avanzar, UNIR. Basta ya de vueltas y vueltas como quien va a ninguna parte. Necesario es evitar la guerra entre Hermanos. Caiga ya la venda! La libertad nos pertenece por derecho! Venezuela nació para la libertad y ninguna aparente verdad propugnando combates futuros alcanzarà vuelo. La elevación de nuestras conciencias favorecerá la comprensión de los días venideros cuando la Paz, abriéndose camino, mostrará el horizonte.
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