La Historia los Juzgará
Por: Robin Rodríguez

La agresión verbal y la botella que lanzaron contra mi humanidad, durante la intervención realizada el viernes 14 de septiembre en el parlamentarismo de calle, efectuado en el Complejo Deportivo Luís Ramos de Puerto la Cruz; no me sorprendió, ya que tenia la información que el día anterior, el gobernador Tarek William Saab había manifestado su molestia dado que mi nombre aparecería como parte de los oradores al igual que el alcalde Gustavo Marcano de Primera Justicia. Quizás las diatribas entre el gobernador y los parlamentarios, motivó para que los diputados impusieran mi nombre; ya que he denunciado a Tarek William como un violador de los derechos humanos en el estado Anzoátegui, contra varios comunicadores sociales y 7 alcaldes de la entidad. Pero como reza el dicho popular "la trampa sale", ya que la botella lanzada por poco terminó en la cabeza del gobernador y su secretario de gobierno.

Tal como lo indicó en el 1916 la dirigente revolucionaria alemana Rosa Luxemburgo: "La libertad siempre ha sido y es la libertad para aquellos que piensen diferente"; frase que se hizo célebre dado que a pocos años de ser asesinada, el pueblo alemán tuvo un líder que utilizó la manipulación, el odio y el resentimiento como arma política; dando origen a los crímenes mas atroces y de manera masiva. El carisma, la propaganda y el liderazgo de Adolfo Hitler lo convirtieron en un caudillo mesiánico, capaz de inducir a su pueblo para provocar el asesinato de millones de seres humanos, todo en aras de satisfacer sus ansias de grandeza. Estoy seguro que los millones de seguidores de Hitler, Mussolini o Franco, no se imaginaron jamás que sus actuaciones serían condenadas por la historia.

Recordemos que en Venezuela José Tomás Boves, levantó banderas contra la esclavitud y logró construir el ejército popular más poderoso de ese entonces, al punto que alcanzó derrotar al ejército patriota encabezado por José Félix Ribas y otros. Utilizó el odio de los esclavos, de los negros y los mestizos, contra los blancos criollos dirigidos por Simón Bolívar. Pero el gran merito de Bolívar para triunfar ante el imperio español, fue comprender que su ejército tenía que cambar su composición de clase; fue a partir de perdida de la segunda republica, cuando comienza la unidad de los sectores populares con los blancos pudientes para enfrentar al imperialismo de la época, con los resultados que todos conocemos.

Al igual que Hitler o Boves estos falsos revolucionarios con Chávez a la cabeza, generan enfrentamiento entre el mismo pueblo y con los empresarios nacionales, siendo que el imperialismo de los nuevos tiempos (los monopolios y sectores financieros que controlan el mercado mundial), son los beneficiados con sus políticas económicas. Ahora se hacen llamar socialistas, cuando en realidad son neoliberales en lo económico y fascistas en lo político, tal como lo demuestran sus negociaciones con las transnacionales petroleras (le otorgaron rango de socios en el negocio petrolero y nos siguen condenando a ser un simple productor de materias primas y energéticas); el sector bancario y financiero a escala mundial aumenta de manera grosera sus ganancias, dado al incremento de la deuda externa en 47 millardos de dólares, la compra de bonos de la deuda externa de otros países y el negocio especulativo practicado en nuestro país.

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Definitivamente que la historia no perdona y estos falsos revolucionarios serán condenados como ahora lo son las cúpulas podridas del pasado. Los ofrecimientos de llevar gas a todas las casas, otorgarle mas becas a los sectores populares, el ofrecimiento de pensiones, el ofrecimiento de reducir la jornada laboral y las constantes cadenas del presidente; son medidas desesperadas de estas nuevas cúpulas podridas, ante un pueblo desilusionado ante la asquerosa corrupción, el desempleo, la inseguridad, la falta de viviendas, el costo de la vida y la ineficiencia gubernamental. El fin del régimen se aproxima; por esta razón los sectores verdaderamente revolucionarios, democráticos, nacionalistas, socialistas y progresistas (del campo civil y militar), debemos profundizar la unidad desligada de las cúpulas del pasado; pero en términos inmediatos, trabajar para que el pueblo le diga No a la reforma presidencial que busca otorgarle poderes súper extraordinarios a Chávez en su desespero del surgimiento de un nuevo liderazgo y la profundización de la protesta popular.