Es mejor que quien te diga NO sea un amigo
Por: Gloria Gaitán
Bogotá, diciembre 9 de 2007
Regresé de Venezuela el domingo 2 de diciembre, día de elecciones. Nunca antes entendí con tanta claridad que no es lo mismo la percepción que la realidad. Nosotros vemos que el sol sale todas las mañanas, recorre el cielo y se oculta en el horizonte, pero en realidad es la tierra la que se mueve, mientras que el sol permanece estático. Eso mismo ocurre con las elecciones en Venezuela. No fue la oposición la que ganó las elecciones, fueron los chavistas y bolivarianos descontentos - con toda la razón - por lo que está sucediendo en un país que es esperanza para toda la América Latina.
Mis amigos más estructurados políticamente y los más honestos, con quienes me reuní a cambiar impresiones, me decían que iban a votar por el NO para impedir que se acentuara el autoritarismo creciente de Chávez que, rodeado de una proporción importante de oportunistas, le halagan su ego porque lo que les interesa es seguir enriqueciéndose como lo están haciendo. Los más leales no se atreven a hablar por miedo a que los desfenestren. Chávez no está aceptando que le digan no a nada. Su voz y su voluntad representan para él la única verdad posible. Es por eso que - sin ruborizarse - dijo en la manifestación del cierre de campaña que quien no votara su iniciativa era un traidor y su enemigo. Grave afirmación, porque basta saber que un número enorme de chavistas votaron NO para que Chávez abra los ojos a la realidad y vea que el proceso, si bien tiene cosas loables, no por ello deja de ser, por ahora, un sistema autocrático y corrupto, donde el clientelismo es el máximo anzuelo para movilizar al pueblo.
La inmensa abstención es mayoritariamente chavista. No se atrevieron a votar por el NO para no hacer equipo con la oposición, pero tampoco votaron por el SÍ, porque no querían abrir las compuertas de una presidencia eterna y de una concentración de poderes obscena, como el nombramiento de vicepresidentes para que estuvieran por encima de los gobernadores elegidos por voluntad popular.
Es tal el radicalismo sectario a que ha llegado Chávez que le ha dicho a mucha gente que no se acerquen a mí porque yo tengo "un doble lenguaje".
¿En qué consiste ese supuesto doble lenguaje? En que he hecho conocer el pensamiento de mi padre en su oposición a la reelección, razón por la cual me molesta que Chávez invoque el nombre de mi padre para reforzar su idea de gobernar hasta el año 2050. Mi padre escribió: "Las tesis reeleccionistas en sí mismas no son adjetivas ni exiguas sino graves y muy graves desde el punto de vista doctrinario... Aunque bien puede darse el caso de un hombre pulcro, no es en razón de las cualidades personales de un hombre sobre las que debe consagrarse en Colombia un sistema que puede romper mañana la fisonomía democrática del país... Como veis no se trata de un problema individual sino de algo de profundos alcances doctrinarios, lo que ahora se está debatiendo ante la conciencia nacional". Por recordar las ideas de mi padre (él que lo invoca casi tanto como a Bolívar) me colocó del lado de los "traidores", lanzando diatribas calumniosas contra mí a mis espaldas. Yo hubiera preferido que hubiera hecho lo que hizo Alvaro Uribe, que me demandó ante la justicia y los entes de control. Allí pude defenderme y salir airosa de esa persecución, demostrando que se trataba de falsas acusaciones. ¿Pero cómo defenderme de las acusaciones tartufas de quien no da la cara para lanzar sus infundios?
El famoso constitucionalista Herman Escarrá generosamente ratificó lo que en múltiples ocasiones ha dicho al afirmar que fuí yo quien ideó para Venezuela el concepto y la esencia del Poder Ciudadano y quien le dio el nombre. Eso es así y es por ello que, consecuentemente con esa idea que le logré "vender" a quienes idearon el concepto global de la Constitución vigente, me aterré con el mecanismo que le dio génesis a la propuesta de la nueva constitución que se aleja de una Democracia Directa para otorgarle poderes desmesurados al Primer Mandatario. Eso que llaman el "centralismo democrático"...
Mis críticas las hice en el marco de mi apoyo - de ayer y de hoy - al proceso bolivariano y socialista que se gesta en Venezuela, adhesión que aquí y ahora reitero, con el derecho pleno a hacer las críticas que a mi buen entender pueda hacerle a este proyecto que también le concierne a Colombia.
Entre los abstencionistas se cuentan los tres millones de votantes que eligieron a Chávez en diciembre último como presidente y que sienten como yo, que hay que lanzarle una advertencia a Chávez para rectificar el rumbo porque, como está rodeado de una muralla infranqueable de aduladores o de unas pocas personas muy fieles y leales que piensan que no es posible hablarle y que prefieren quedarse mudos a su lado para no dejarlo sólo rodeado por los buitres, pues la única forma era expresándose públicamente en las urnas o en la abstención.
La abstención, que triunfó, ha sido reivindicada históricamente por los amigos del PRV- Utopía Tercer Camino y ha permitido hoy, a la luz de los resultados de este referéndum una perspectiva creadora del pueblo contra las contradicciones en que se ha visto involucrado el proceso.
Sé lo que me espera de Chávez y sus aúlicos, la mayoría usufructuando de las ganancias ingentes que les ha dado el poder y que, si Chávez les hubiera propuesto el fascismo, por esa senda habrían aplaudido con igual frenesí. No importa. Creo que hay que gritar a los cuatro vientos que NO GANÓ LA OPOSICIÓN, ganó el pueblo chavista que quiso decirle a Chávez que se necesita un gobierno democrático en el día a día (no sólo en el proceso electoral), que se requiere con urgencia la RESTAURACIÓN MORAL BOLIVARIANA, que es indispensable una revolución cultural para que el pueblo asuma sus obligaciones como ciudadano y abandone la cultura pedigüeña a la que se le está acostumbrando, que es necesario acabar con el sectarismo, que es necesario formar ideológicamente a la gente y no apelar - como lo hizo Chávez en esta campaña - a la emoción barata, besando hijas y cargando nietos y niñitos ajenos en sus brazos - y también, que hay que escuchar a los amigos, recordando el proverbio chino que dice: "Ojalá tengas la suerte de tener un amigo que te señale los errores. Pero si no tienes esa dicha, búscate un enemigo que te haga tan grande favor".
Ahora hay que reforzar a quienes como el Partido PODEMOS, el general Baduel o Douglas Bravo, para no mencionar sino a unos pocos, son los amigos que al Presidente Chávez le dicen la verdad al precio de ser desfenestrados y con el valor de quien pone sus ideales por encima de sus intereses personales. Hay que alentarlos para que sean ellos, chavistas o socialistas, los que recojan los frutos de estas elecciones, impidiendo que sean los reaccionarios, neoliberales y proimperialistas, los que se adueñen de un triunfo que no les pertenece.
Bogotá, diciembre 9 de 2007
Regresé de Venezuela el domingo 2 de diciembre, día de elecciones. Nunca antes entendí con tanta claridad que no es lo mismo la percepción que la realidad. Nosotros vemos que el sol sale todas las mañanas, recorre el cielo y se oculta en el horizonte, pero en realidad es la tierra la que se mueve, mientras que el sol permanece estático. Eso mismo ocurre con las elecciones en Venezuela. No fue la oposición la que ganó las elecciones, fueron los chavistas y bolivarianos descontentos - con toda la razón - por lo que está sucediendo en un país que es esperanza para toda la América Latina.
Mis amigos más estructurados políticamente y los más honestos, con quienes me reuní a cambiar impresiones, me decían que iban a votar por el NO para impedir que se acentuara el autoritarismo creciente de Chávez que, rodeado de una proporción importante de oportunistas, le halagan su ego porque lo que les interesa es seguir enriqueciéndose como lo están haciendo. Los más leales no se atreven a hablar por miedo a que los desfenestren. Chávez no está aceptando que le digan no a nada. Su voz y su voluntad representan para él la única verdad posible. Es por eso que - sin ruborizarse - dijo en la manifestación del cierre de campaña que quien no votara su iniciativa era un traidor y su enemigo. Grave afirmación, porque basta saber que un número enorme de chavistas votaron NO para que Chávez abra los ojos a la realidad y vea que el proceso, si bien tiene cosas loables, no por ello deja de ser, por ahora, un sistema autocrático y corrupto, donde el clientelismo es el máximo anzuelo para movilizar al pueblo.
La inmensa abstención es mayoritariamente chavista. No se atrevieron a votar por el NO para no hacer equipo con la oposición, pero tampoco votaron por el SÍ, porque no querían abrir las compuertas de una presidencia eterna y de una concentración de poderes obscena, como el nombramiento de vicepresidentes para que estuvieran por encima de los gobernadores elegidos por voluntad popular.
Es tal el radicalismo sectario a que ha llegado Chávez que le ha dicho a mucha gente que no se acerquen a mí porque yo tengo "un doble lenguaje".
¿En qué consiste ese supuesto doble lenguaje? En que he hecho conocer el pensamiento de mi padre en su oposición a la reelección, razón por la cual me molesta que Chávez invoque el nombre de mi padre para reforzar su idea de gobernar hasta el año 2050. Mi padre escribió: "Las tesis reeleccionistas en sí mismas no son adjetivas ni exiguas sino graves y muy graves desde el punto de vista doctrinario... Aunque bien puede darse el caso de un hombre pulcro, no es en razón de las cualidades personales de un hombre sobre las que debe consagrarse en Colombia un sistema que puede romper mañana la fisonomía democrática del país... Como veis no se trata de un problema individual sino de algo de profundos alcances doctrinarios, lo que ahora se está debatiendo ante la conciencia nacional". Por recordar las ideas de mi padre (él que lo invoca casi tanto como a Bolívar) me colocó del lado de los "traidores", lanzando diatribas calumniosas contra mí a mis espaldas. Yo hubiera preferido que hubiera hecho lo que hizo Alvaro Uribe, que me demandó ante la justicia y los entes de control. Allí pude defenderme y salir airosa de esa persecución, demostrando que se trataba de falsas acusaciones. ¿Pero cómo defenderme de las acusaciones tartufas de quien no da la cara para lanzar sus infundios?
El famoso constitucionalista Herman Escarrá generosamente ratificó lo que en múltiples ocasiones ha dicho al afirmar que fuí yo quien ideó para Venezuela el concepto y la esencia del Poder Ciudadano y quien le dio el nombre. Eso es así y es por ello que, consecuentemente con esa idea que le logré "vender" a quienes idearon el concepto global de la Constitución vigente, me aterré con el mecanismo que le dio génesis a la propuesta de la nueva constitución que se aleja de una Democracia Directa para otorgarle poderes desmesurados al Primer Mandatario. Eso que llaman el "centralismo democrático"...
Mis críticas las hice en el marco de mi apoyo - de ayer y de hoy - al proceso bolivariano y socialista que se gesta en Venezuela, adhesión que aquí y ahora reitero, con el derecho pleno a hacer las críticas que a mi buen entender pueda hacerle a este proyecto que también le concierne a Colombia.
Entre los abstencionistas se cuentan los tres millones de votantes que eligieron a Chávez en diciembre último como presidente y que sienten como yo, que hay que lanzarle una advertencia a Chávez para rectificar el rumbo porque, como está rodeado de una muralla infranqueable de aduladores o de unas pocas personas muy fieles y leales que piensan que no es posible hablarle y que prefieren quedarse mudos a su lado para no dejarlo sólo rodeado por los buitres, pues la única forma era expresándose públicamente en las urnas o en la abstención.
La abstención, que triunfó, ha sido reivindicada históricamente por los amigos del PRV- Utopía Tercer Camino y ha permitido hoy, a la luz de los resultados de este referéndum una perspectiva creadora del pueblo contra las contradicciones en que se ha visto involucrado el proceso.
Sé lo que me espera de Chávez y sus aúlicos, la mayoría usufructuando de las ganancias ingentes que les ha dado el poder y que, si Chávez les hubiera propuesto el fascismo, por esa senda habrían aplaudido con igual frenesí. No importa. Creo que hay que gritar a los cuatro vientos que NO GANÓ LA OPOSICIÓN, ganó el pueblo chavista que quiso decirle a Chávez que se necesita un gobierno democrático en el día a día (no sólo en el proceso electoral), que se requiere con urgencia la RESTAURACIÓN MORAL BOLIVARIANA, que es indispensable una revolución cultural para que el pueblo asuma sus obligaciones como ciudadano y abandone la cultura pedigüeña a la que se le está acostumbrando, que es necesario acabar con el sectarismo, que es necesario formar ideológicamente a la gente y no apelar - como lo hizo Chávez en esta campaña - a la emoción barata, besando hijas y cargando nietos y niñitos ajenos en sus brazos - y también, que hay que escuchar a los amigos, recordando el proverbio chino que dice: "Ojalá tengas la suerte de tener un amigo que te señale los errores. Pero si no tienes esa dicha, búscate un enemigo que te haga tan grande favor".
Ahora hay que reforzar a quienes como el Partido PODEMOS, el general Baduel o Douglas Bravo, para no mencionar sino a unos pocos, son los amigos que al Presidente Chávez le dicen la verdad al precio de ser desfenestrados y con el valor de quien pone sus ideales por encima de sus intereses personales. Hay que alentarlos para que sean ellos, chavistas o socialistas, los que recojan los frutos de estas elecciones, impidiendo que sean los reaccionarios, neoliberales y proimperialistas, los que se adueñen de un triunfo que no les pertenece.
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