Pdvsa y Exxon Mobil
Por: Manuel Isidro Molina
Contenta el triunfo judicial de Venezuela en Londres. PDVSA se impuso sobre las pretensiones asfixiantes de la Exxon Mobil de mantener congeladas cuentas de la petrolera venezolana por hasta 12 mil millones de dólares, una barbaridad sin precedentes. El lacónico manuncio del juez de la causa, fue terminante: "He concluido que la orden judicial (...) debería ser anulada", dijo el magistrado Paul Walker.
Dos voceros venezolanos confirmaron el triunfo judicial: "Hemos derrotado a la Exxon Mobil en el tribunal de Londres… la decisión es 100 por ciento a favor de los alegatos de la nación", aseguró el ministro de Energía y Minas y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez; por su parte, Samuel Moncada embajador de Venezuela en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, fue más efusivo: "Este es el principio del fin de la campaña de acoso de Exxon Mobil contra Pdvsa y Venezuela".
El pasado 19 de febrero, fijé posición en esta columna:
"Las presiones judiciales de la Exxon Mobil contra Venezuela son inaceptables. Constituyen una nueva muestra de la capacidad destructiva de las empresas transnacionales del petróleo dedicadas al acecho político en nuestros países de América Latina y el Caribe… La reacción fáctica del gobierno nacional ha sido correcta: asumir profesionalmente el litigio planteado por Exxon Mobil, y cortar toda relación con esa empresa transnacional empeñada en lesionar económicamente a PDVSA, previo cumplimiento de los contratos de suministros petroleros vigentes."
Hoy, conocido el fallo judicial londinense, reitero la idea esencial que debe animar a todos los venezolanos:
"Es un lugar común, afirmar que PDVSA es el corazón de nuestra economía. También lo es de nuestras grandes potencialidades, lo cual no quiere decir que lo sea todo, pero sin ella somos bien poco. De ahí que resulta repulsivo oler el gozo íntimo ante las adversidades que confronta el país, de algunos extremistas opositores asociados a los intereses del capital internacional y a las políticas hostiles del desprestigiado gobierno del presidente George W. Bush, a quien cada vez menos estadounidenses valoran como buen gobernante."
Entre Pdvsa y Exxon Mobil, la escogencia del pueblo venezolano es una: defender nuestra soberanía, a pesar de los errores politico-administrativos y la procacidad de un gobernante irreflexivo y autoritarista.
La riqueza petrolera nos hace un país atípico, con bondades y defectos, pero atípico, muy particular, lo que a veces olvidan muchos economistas, políticos y analistas con visiones imperiocéntricas.
La actual política petrolera es tan criticable como lo fueron las del pasado, desde que reventó el pozo "Zumaque 1", abril-julio de 1914. Son perspectivas y opciones que los gobernantes deben asumir, bajo la crítica técnica y política, diversa y hasta contradictoria.
La pelea con la Exxon seguirá su curso, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. Y a los venezolanos nos corresponde apoyar al gobierno nacional, para que cumpla su delicado rol en defensa de nuestros derechos soberanos, sin que ello signifique bajar la dura crítica ante sus arbitrariedades, vagabunderías e incompetencias.
Etiquetas: Energía y Petróleo
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