Falsificaciones Ideológicas
Por: José Rafael López Padrino
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Numerosos movimientos o partidos políticos en el ejercicio del poder, suelen autocalificarse de "socialistas". Sin embargo, en su gran mayoría sus gestiones de gobierno son totalmente contrarias a los postulados que dicen representar. Los casos más emblemáticos de estas adulteraciones y falsificaciones ideológicas han sido el nacionalsocialismo alemán y el fascismo italiano. En Latinoamérica regímenes como el de Juan Domingo Perón en Argentina, el de Juan Velasco Alvarado en Perú, el de Getulio Vargas en Brasil, el de Juan José Torres en Bolivia, etc., han formado parte de esta estafa ideológica. Obviamente, Venezuela no ha escapado a esta oleada falsificadora de principios e ideologías. Un excelente ejemplo lo constituye el proyecto bonapartista del tte coronel Chávez, el cual utiliza el vocablo socialista como careta filosófica. Primeramente llama la atención de que se hable del "socialismo del siglo XXI" y no en el siglo XXI. La propuesta del tte coronel es un "socialismo diferenciado", desarticulado históricamente del pasado y sin vinculación alguna con los planteamientos y las luchas socialistas del siglo XIX y las experiencias históricas del siglo XX. Se trata un proyecto explotador burgués-militarizado, pero con una retórica socialista-bolivariana.
Segundo, la propuesta del socialismo del siglo XXI, es una verdadera colcha de retazos ideológica en la cual se trata de integrar propuestas francamente antagónicas. Es una vulgar copia de viejas y desactualizadas consignas, aderezada con los dislates del líder del proceso.
Por ejemplo, el sujeto social del planteamiento chavista no son los trabajadores, como sería lo propio de un movimiento verdaderamente socialista, sino el lumpen-proletario, conglomerado social formado por desclasados y que por su alto grado de alienación carecen totalmente de una conciencia revolucionaria (La Ideología Alemana, Marx y Engels, 1845).
Tercero, la puesta en práctica de la propuesta del tte coronel, lejos de impulsar una nueva estructura económica y social está permitiendo el surgimiento de un viejo Capitalismo de Estado profundamente centralista y autoritario, promocionado falsamente como socialismo. El proyecto hegemónico capitalista no se ha debilitado, sino por el contrario se ha reforzado con el surgimiento de nuevos actores sociales (la boliburguesía). En efecto, la pobreza y la exclusión se han incrementado, el desempleo y el subempleo se han acrecentado, los trabajadores carecen de seguridad social y la inflación y la especulación carcomen sus bajos salarios, males que son propios del capitalismo explotador. Las formas de producción estimuladas por el régimen (cooperativas, fundos zamoranos, unidades de producción socialista, etc.) no han tenido incidencia real en el cambio de las relaciones de producción, pero sí han profundizado la precarización laboral propia del neoliberalismo.
Son tiempos de las falsificaciones ideológicas que le han permitido al tte coronel maquillar su despreciable proyecto cuartelario.
Numerosos movimientos o partidos políticos en el ejercicio del poder, suelen autocalificarse de "socialistas". Sin embargo, en su gran mayoría sus gestiones de gobierno son totalmente contrarias a los postulados que dicen representar. Los casos más emblemáticos de estas adulteraciones y falsificaciones ideológicas han sido el nacionalsocialismo alemán y el fascismo italiano. En Latinoamérica regímenes como el de Juan Domingo Perón en Argentina, el de Juan Velasco Alvarado en Perú, el de Getulio Vargas en Brasil, el de Juan José Torres en Bolivia, etc., han formado parte de esta estafa ideológica. Obviamente, Venezuela no ha escapado a esta oleada falsificadora de principios e ideologías. Un excelente ejemplo lo constituye el proyecto bonapartista del tte coronel Chávez, el cual utiliza el vocablo socialista como careta filosófica. Primeramente llama la atención de que se hable del "socialismo del siglo XXI" y no en el siglo XXI. La propuesta del tte coronel es un "socialismo diferenciado", desarticulado históricamente del pasado y sin vinculación alguna con los planteamientos y las luchas socialistas del siglo XIX y las experiencias históricas del siglo XX. Se trata un proyecto explotador burgués-militarizado, pero con una retórica socialista-bolivariana.
Segundo, la propuesta del socialismo del siglo XXI, es una verdadera colcha de retazos ideológica en la cual se trata de integrar propuestas francamente antagónicas. Es una vulgar copia de viejas y desactualizadas consignas, aderezada con los dislates del líder del proceso.
Por ejemplo, el sujeto social del planteamiento chavista no son los trabajadores, como sería lo propio de un movimiento verdaderamente socialista, sino el lumpen-proletario, conglomerado social formado por desclasados y que por su alto grado de alienación carecen totalmente de una conciencia revolucionaria (La Ideología Alemana, Marx y Engels, 1845).
Tercero, la puesta en práctica de la propuesta del tte coronel, lejos de impulsar una nueva estructura económica y social está permitiendo el surgimiento de un viejo Capitalismo de Estado profundamente centralista y autoritario, promocionado falsamente como socialismo. El proyecto hegemónico capitalista no se ha debilitado, sino por el contrario se ha reforzado con el surgimiento de nuevos actores sociales (la boliburguesía). En efecto, la pobreza y la exclusión se han incrementado, el desempleo y el subempleo se han acrecentado, los trabajadores carecen de seguridad social y la inflación y la especulación carcomen sus bajos salarios, males que son propios del capitalismo explotador. Las formas de producción estimuladas por el régimen (cooperativas, fundos zamoranos, unidades de producción socialista, etc.) no han tenido incidencia real en el cambio de las relaciones de producción, pero sí han profundizado la precarización laboral propia del neoliberalismo.
Son tiempos de las falsificaciones ideológicas que le han permitido al tte coronel maquillar su despreciable proyecto cuartelario.
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