La Emboscada ELectoral
Por: Marianella Salazar
Resulta sorprendente, por no decir decepcionante, escuchar a la dirigencia de oposición ofrecer sus interpretaciones sobre la previsible derrota del 15-F y afirmar, con la cara más lavada, que los resultados electorales son "una maravilla", como lo dijo Petkoff; otros insisten en demostrarnos que en este último chasco electoral crecimos y nos consolidamos.
Tan pueriles argumentos no consuelan a nadie, sino a ellos mismos. No les da pena dar ese tipo de explicaciones, nada convincentes para una gran parte de los ciudadanos que fuimos convocados al matadero, a conciencia de que Chávez actuaba ilegal e inconstitucionalmente, con grosero ventajismo y, para colmo de males, con un poder electoral que es una simple marioneta en sus manos. Es un organismo que se apoya en un Registro Electoral viciado, pero al que, de forma inexplicable, se le extiende un certificado de buena conducta.
Francamente, deberían aprender algo del liderazgo estudiantil que aceptó los resultados, haciendo la salvedad de que tienen sus reservas (palabras de la nueva dirigencia que no se ha dejado secuestrar por los partidos políticos como Goicoechea, Stalin y Guevara).
Los dirigentes de oposición tenían que haberse plantado y opuesto de forma rotunda, debieron dar la pelea desde un principio, para evitar que una vez más Chávez se saliera con la suya y convocara incluso antes de las elecciones del 23 de noviembre a una enmienda constitucional para perpetuarse en el poder. No ejercieron ni el derecho al pataleo y como castas palomas, con sospechosa mansedumbre, dijeron que le darían "la estocada final" (Julio Borges dixit), cuando los venezolanos ya habíamos rechazado el 2-D de 2007 esa misma propuesta. Se entregaron.
Resulta sorprendente, por no decir decepcionante, escuchar a la dirigencia de oposición ofrecer sus interpretaciones sobre la previsible derrota del 15-F y afirmar, con la cara más lavada, que los resultados electorales son "una maravilla", como lo dijo Petkoff; otros insisten en demostrarnos que en este último chasco electoral crecimos y nos consolidamos.
Tan pueriles argumentos no consuelan a nadie, sino a ellos mismos. No les da pena dar ese tipo de explicaciones, nada convincentes para una gran parte de los ciudadanos que fuimos convocados al matadero, a conciencia de que Chávez actuaba ilegal e inconstitucionalmente, con grosero ventajismo y, para colmo de males, con un poder electoral que es una simple marioneta en sus manos. Es un organismo que se apoya en un Registro Electoral viciado, pero al que, de forma inexplicable, se le extiende un certificado de buena conducta.
Francamente, deberían aprender algo del liderazgo estudiantil que aceptó los resultados, haciendo la salvedad de que tienen sus reservas (palabras de la nueva dirigencia que no se ha dejado secuestrar por los partidos políticos como Goicoechea, Stalin y Guevara).
Los dirigentes de oposición tenían que haberse plantado y opuesto de forma rotunda, debieron dar la pelea desde un principio, para evitar que una vez más Chávez se saliera con la suya y convocara incluso antes de las elecciones del 23 de noviembre a una enmienda constitucional para perpetuarse en el poder. No ejercieron ni el derecho al pataleo y como castas palomas, con sospechosa mansedumbre, dijeron que le darían "la estocada final" (Julio Borges dixit), cuando los venezolanos ya habíamos rechazado el 2-D de 2007 esa misma propuesta. Se entregaron.
Nos entregaron. Chávez no iba a hacer un referendo para perderlo, tenía todo muy bien aceitado y controlado.
Y mientras se radicalizaba, la dirigencia de oposición era y es incapaz de arriesgar el pellejo, que es lo que se hace en un gobierno militar de corte fascista. Debería aceptar al menos que le falta coraje, que no sabe enfrentar a un mandatario que viene actuando como dictador, al que se le ha permitido construir un marco jurídico, exactamente como Mugabe lo hizo en Zimbabwe, con elecciones anuales y exhibiendo credenciales revolucionarias. Ahora a llorar al valle. Algún día recordaremos cómo era Venezuela antes de ser como Cuba.
Chávez apenas tiene 55 años de edad, le pueden quedar más de 30 y llegar a la misma edad de Fidel o de Robert Mugabe ejerciendo el poder.
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Abstención Lo que pasó el 15-F es devastador para la mitad del país que se proclama opositora.
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Abstención Lo que pasó el 15-F es devastador para la mitad del país que se proclama opositora.
El efecto es lapidario, mortal, no favorece la participación electoral de cara a los próximos eventos para los que ya está convocando la errática dirigencia. Pueden apostar que llevarán los mismos candidatos que gozan del inútil respaldo de Globovisión, pero no de credibilidad popular, y por eso fueron derrotados en alcaldías y gobernaciones durante las elecciones del pasado noviembre, tal como pasó con los postulados del antiguo partido oficialista, Podemos, por ejemplo. Esos 6 millones de personas que vienen absteniéndose no son malos ciudadanos ni malos demócratas. No votan por múltiples razones, una de ellas es porque repudian al Gobierno tanto como a los representantes en la oposición.
Tic tac
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Pájaros libres El lunes, el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, tuvo la oportuna idea de sugerirle a la oposición que realice una autocrítica sobre los cambios que debe realizar y recomendó a los estudiantes que deben seguir siendo libres como pájaros sin afiliarse a ninguna tendencia política. Sería conveniente que siguieran el consejo.\n
Etiquetas: Enmiendados, Julio Borges Junyent
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