Despojo Laboral Socialfascista
Uno de los rasgos más emblemáticos del socialfascismo bolivariano ha sido su nefasta política hacia los trabajadores y sus instrumentos de lucha: los sindicatos. A través de las instancias de su Estado burgués, el inquilino de Miraflores ha acabado o desmejorado conquistas sociales y económicas de los trabajadores, logradas tras años de lucha sindical y ha impuesto una represión farisaica, hipócrita, que disfraza la verdadera naturaleza de su régimen, mediante la aplicación de leyes que tipifican como delitos, los actos de protestas llevados a cabo por los trabajadores en sus justas luchas.
La política oficial ha sido la de no discutir con los trabajadores los contratos colectivos. Ello se refleja en el retraso que existe en la discusión de 220 convenios laborales en el sector público (tanto de la administración central, como municipal). En otros casos se han aprobado contrataciones colectivas que no recogen el sentir de la mayoría de las Federaciones que representan al sector (caso de los docentes) o simplemente se han suspendido procesos electorales previstos, producto de las maniobras del oficialismo en contubernio con el Consejo Nacional Electoral (caso de los trabajadores petroleros). Sin embargo, consideración especial merece el caso del Metro de Caracas, donde después de 37 meses de discusión, se logró firmar un contrato colectivo entre los trabajadores y el patrón Estado, el cual fue arbitrariamente desconocido por el régimen, obligando a los trabajadores a renegociar dicha contratación; ello implicó la pérdida de muchas de las conquistas socio-económicas que habían logrado (homologación salarial, etc.). Esta es la primera vez en la historia laboral del país, que el Ministerio del Trabajo realiza una acción intimidatoria y represiva de tal magnitud.
En nombre de una mal oliente revolución los trabajadores son ahora súper explotados (flexibilización laboral), están desprovistos de toda seguridad social, y sometidos al escarnio público, al ser etiquetados como mentirosos, ladrones, y usureros, por parte de nuestro Bonaparte caribeño. Pero además avasallados por una represión policíaco-militar, al ser considerados como los enemigos internos del proceso. Más de 85 dirigentes sindicales y activistas del sector laboral, están siendo sometidos a juicios penales, todos ellos pertenecientes a organizaciones laborales del mundo petrolero y de las empresas de Guayana. Se les acusa de violación del artículo 56 de la Ley Orgánica de Seguridad Nacional, que castiga hasta con diez años de prisión a cualquiera que realice manifestaciones en sedes de empresas estatales o gubernamentales, empresas básicas, de guarniciones militares o de servicios públicos. Todo esto sin olvidar que más de 230 dirigentes sindicales han sido asesinados (sicariato) durante estos últimos años. Muertes que permanecen en la más absoluta impunidad, puesto que no hay una sola persona imputada o detenida por la comisión de estos crímenes.
Esta nefasta política del régimen ha contado con el apoyo celestino de los esquiroles con boina roja, quienes han asumido el discurso militarista del tte coronel. Son los burócratas sindicaleros con franela roja, que al frente de sindicatos controlados por el Estado, pretenden imponer la apestosa bota militar, en desmedro de los intereses de clase de los trabajadores.
El socialfascismo bolivariano intenta despojar a la clase obrera de importantes conquistas socio-económicas en nombre de una revolución inexistente. Nunca llegaron a pensar Marx, Gramsci, ni Trotsky que sus nombres fuesen usados para justificar los atropellos en contra de los trabajadores por parte de una jauría cívico militar bolivariana.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home