La desviación de renta
Por: Orlando Ochoa
En los últimos años se ha estudiado en forma sistemática el rentismo y la corrupción en países petroleros, y se han encontrado dos tipos de actividades básicas: las que son asociadas a la búsqueda de beneficios directos por la recepción de rentas petroleras, y las que buscan rentas regulatorias, derivadas de la excesiva intervención del Estado en la economía y el poder discrecional de funcionarios públicos corruptos.
La investigación de los economistas suecos Bjorvatn y Selvik en 2005 sobre las conductas rentistas en Irán revela prácticas similares a las observadas en Venezuela. Las principales vías para la apropiación de renta petrolera son los proyectos de desarrollo con sobreprecio y los préstamos estatales subsidiados: “Los empresarios bien conectados usan el acceso a tales préstamos y usan el dinero para propósitos completamente distintos a los asumidos. Así, un crédito subsidiado para criar pollos en la remota región de Baluchistán, por ejemplo, puede terminar en una inversión inmobiliaria en Teherán”.
Casos similares ocurrieron y ocurren en Venezuela, donde préstamos estatales subsidiados, originalmente para fines agrícolas o industriales terminan siendo usados para comprar aviones privados, vehículos de lujo o divisas. Cuando caen los precios del petróleo, la renta petrolera disminuye y surgen otras actividades más rentables. Las rentas regulatorias llevan a las empresas a gastar recursos en cortejar burócratas para así obtener privilegios y favores económicos.
Una fuente usual de rentas regulatorias proviene de las barreras al comercio exterior y los controles cambiarios. Estas rentas también fueron parte del fracaso de la estrategia de sustitución de importaciones, pues desmotivaba la innovación en las áreas productivas e inducía a los empresarios a conformarse con el mercado interno generador de rentas monopólicas artificiales, llevando a perder oportunidades de crecimiento económico, con un mejor uso de la base de recursos naturales. En Venezuela estas prácticas impiden alcanzar un exitoso patrón de diversificación en la producción y exportación. Sólo con instituciones económicas efectivas y políticas sensatas se pueden enfrentar estos obstáculos, evitando la voracidad de la corrupción gubernamental y la limitada visión de planes ideológicos.
En los últimos años se ha estudiado en forma sistemática el rentismo y la corrupción en países petroleros, y se han encontrado dos tipos de actividades básicas: las que son asociadas a la búsqueda de beneficios directos por la recepción de rentas petroleras, y las que buscan rentas regulatorias, derivadas de la excesiva intervención del Estado en la economía y el poder discrecional de funcionarios públicos corruptos.
La investigación de los economistas suecos Bjorvatn y Selvik en 2005 sobre las conductas rentistas en Irán revela prácticas similares a las observadas en Venezuela. Las principales vías para la apropiación de renta petrolera son los proyectos de desarrollo con sobreprecio y los préstamos estatales subsidiados: “Los empresarios bien conectados usan el acceso a tales préstamos y usan el dinero para propósitos completamente distintos a los asumidos. Así, un crédito subsidiado para criar pollos en la remota región de Baluchistán, por ejemplo, puede terminar en una inversión inmobiliaria en Teherán”.
Casos similares ocurrieron y ocurren en Venezuela, donde préstamos estatales subsidiados, originalmente para fines agrícolas o industriales terminan siendo usados para comprar aviones privados, vehículos de lujo o divisas. Cuando caen los precios del petróleo, la renta petrolera disminuye y surgen otras actividades más rentables. Las rentas regulatorias llevan a las empresas a gastar recursos en cortejar burócratas para así obtener privilegios y favores económicos.
Una fuente usual de rentas regulatorias proviene de las barreras al comercio exterior y los controles cambiarios. Estas rentas también fueron parte del fracaso de la estrategia de sustitución de importaciones, pues desmotivaba la innovación en las áreas productivas e inducía a los empresarios a conformarse con el mercado interno generador de rentas monopólicas artificiales, llevando a perder oportunidades de crecimiento económico, con un mejor uso de la base de recursos naturales. En Venezuela estas prácticas impiden alcanzar un exitoso patrón de diversificación en la producción y exportación. Sólo con instituciones económicas efectivas y políticas sensatas se pueden enfrentar estos obstáculos, evitando la voracidad de la corrupción gubernamental y la limitada visión de planes ideológicos.
Etiquetas: Análisis Económico
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