Estafadores de la memoria histórica
Por: José Rafael López Padrino
La historia ha sido una de las herramientas más utilizadas por los regímenes totalitarios para legitimar sus ideas, y muchas veces para justificar su comportamiento. Es por ello que la historia ha sido sistemáticamente violada, alterada y tergiversada con el objetivo de distorsionar la realidad en procura de los intereses de los proyectos dominantes. Los regimenes nazi-fascistas manipularon burdamente la historia con el propósito de fraguar guerras, perseguir grupos étnicos, políticos y religiosos o alimentar odios sociales a fin de consolidar sus aborrecibles proyectos totalitarios.
En nuestra historia contemporánea el aprovechamiento acomodaticio de la figura de Bolívar ha sido algo habitual por parte de regimenes autoritarios. En todos los casos, con un fin común: avalar los abusos, las arbitrariedades, y los atropellos. Fue Antonio Guzmán Blanco el iniciador del Santuario Bolivariano, ante la necesidad de fabricar ídolos y mitos que le sirviesen para crear todo un ideario en el cual asentaría su dominación. Y es así como se convirtió Guzmán en el indispensable, el aclamado, el civilizador, el Ilustre Americano, el otro Bolívar.
Durante el régimen de Gómez se difundió y popularizó la tesis del “gendarme necesario” según la cual, un gobierno fuerte y sujeto a los designios de un solo hombre era el único que podía conducir a la felicidad de la nación.
El fundamento de tal argumentación se extraía, ni más ni menos, del pensamiento de Simón Bolívar y el artífice de la operación fue Laureano Vallenilla Lanz ministro del Interior de Gómez. Juan Vicente Gómez, al erigirse en el “dictador necesario” de los venezolanos según expresaban sus seguidores, no hacía otra cosa que continuar y ejecutar de manera fiel el pensamiento y la doctrina de Bolívar. Eleazar López Contreras también abusó de la figura del Padre de la Patria y con sus "Cívicas Bolivarianas" retomó el "Credo Bolivariano" en todo su esplendor. Años más tarde, el dictador Marcos Pérez Jiménez, en su afán por desterrar las ideas de la democracia política y social de la época, y justificar los desafueros de su gobierno totalitario, promovió igualmente el culto y adoración a Bolívar, en la "Semana de la Patria" de triste recuerdo.
Sin embargo, el culto a Bolívar nunca antes había llegado a un nivel paroxístico como ha ocurrido desde la llegada al poder del tte coronel. Se ha establecido un culto oficial al Bolívar militar basado en la manipulación y falsificación de la historia. El facho-chavismo bolivariano ha logrado encubrir, ocultar y manipular la historia de nuestra Patria, haciéndola prácticamente irreconocible. Se pretende reconstruir nuestra historia, no para ajustarla a la verdad, sino a su falsa verdad. Así el Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, no nació en Caracas, sino en la costa, no de su madre criolla, sino de una negra esclava, no fue un republicano y humanista integral, sino socialista y su muerte no fue a causa de la tuberculosis, establecida según sus biógrafos y los testimonios médicos de la época, sino que habría sido envenenado por la oligarquía colombiana.
Este falsear y tergiversar la historia ha contando con la complicidad de una marea de plumarios al servicio del régimen, que no han hecho otra cosa, que establecer una perversa identidad entre el liderazgo de la figura del Libertador con la del felón de Miraflores. Así como Vallenilla Lanz promovió a Gómez, como el “dictador necesario”, en una interpretación aberrante del pensamiento Bolivariano, los asalariados del Palacio de Misia Jacinta promocionan al tte coronel como el continuador del proyecto inconcluso del Libertador. Fomentan una fidelidad ciega al comandante, como contrapartida a sus supuestas virtudes únicas, a su provindencialidad, no solo para los miembros del Partido sino para la totalidad de los venezolanos, una vez que el Estado y el PSUV quedaron fundidos en una misma entidad.
Una cosa es la recuperación de la memoria histórica de la nación, y algo muy distinto es pretender borrar la existencia de un pasado, para construir un falso presente en el cual la imagen de un arrogante y mitómano se pretende confundir con la del Libertador. Este libreto fraudulento podría alcanzar su clímax con la recreación de la imagen computarizada y tridimensional del rostro de Bolívar, la cual muy posiblemente termine siendo muy similar a la del abyecto de Sabaneta.
La verdad histórica de los pueblos no puede ser eliminada, y menos a manos de un grupete complaciente y acrítico que pretende destruir la conciencia histórica de los venezolanos, mediante la reinvención de los símbolos patrios y la puesta en escena de una narrativa nacional totalmente manoseada por la pestilente bota militar.
El que no conoce la verdad es simplemente un ignorante. Pero el que la conoce y la llama mentira, ¡ese es un criminal!
Bertolt Brecht
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