FARC-Chávez: ¿los salvó la campana?
Por: ALEXANDER CAMBERO
Fuente: Diario EL UNIVERSAL
Fuente: Diario EL UNIVERSAL
San Pedro Alejandrino abrió sus puertas de hermosos acabados españoles. La dulce mirada de la Sierra Nevada dejaba escapar sus coqueteos con la costa caribe. Un límpido azul trastocaba el ambiente lleno de nubarrones. Las diferencias entre Colombia y Venezuela, las marca la visión que cada uno asume del fenómeno de los grupos alzados en armas. Ellos gozan en nuestro país de toda la comodidad que da la complicidad.
Juan Manuel Santos y Hugo Chávez, cruzaron el umbral y se reunieron. El palpitante tema de la guerrilla rondaba con los fantasmas de la vieja casona. La decisión del gobierno de Álvaro Uribe Vélez de denunciar a Hugo Chávez ante la Corte Penal Internacional, por sus supuestos nexos con los terroristas puso sal en la herida. Son ciento cuatro pruebas que han sido colocadas en manos de magistrados, que no se amilanan ante las arremetidas de algún engendro tropical. En el tribunal de La Haya ha sucumbido más de un sátrapa que pensaba que sus falaces actuaciones tenían patente de corso.
Las declaraciones de la canciller María Ángela Holguín, en el sentido de dejar de lado la denuncia, es un respiro para las FARC y Hugo Chávez Les da la posibilidad de ganar tiempo y avanzar en una política que erosione la capacidad de acción del gobierno de Juan Manuel Santos. La administración venezolana logró colocar el tema en una comisión que hará lo posible por enmarañar los contundentes hechos presentados. Cuando llegue el momento convocaran a organismos internacionales. Por supuesto, que los mismos no encontrarán absolutamente nada. El trabajo de acabar con las pruebas presentadas puede estar en marcha. Desmontar campamentos lleva tiempo, compás que lograron al limitar la denuncia a meras reuniones de burócratas.
¿Por qué todos estos sitios están tomados por efectivos de la Guardia Nacional, prohibiendo la labor del periodismo independiente? ¿Cuál es el miedo? ¿Qué misterio ocultan tras las dictatoriales medidas de seguridad?
El estruendo de las bombas en pleno centro de Bogotá, nos invita a mirar con interés los detalles. Es un llamado de alerta al gobierno de Juan Manuel Santos. Lo hacen en la capital de la republica, sede de los poderes públicos y genuina expresión de tranquilidad de los colombianos. Las FARC saben cabalgar sobre los hombros de gobiernos peliagudos y otros con posturas débiles, propensas a negociar por el rigor de creer que los insurrectos son gente que respeta los acuerdos de paz. La nueva estrategia es presentar a Álvaro Uribe Vélez como el responsable de la violencia en el vecino país. Cada día que pasa es acusado, inclusive por miembros de la nueva administración, de ser un hombre de carácter irascible y poco dado a escuchar a sus adversarios. Un verdadero demonio que predicaba con el salmo de las balas. En cambio, para las FARC y Hugo Chávez. Juan Manuel Santos es la encarnación terrena del Divino Niño de Buga. Un ser alado que respira concordia y cree que los alzados en armas pueden llegar a ser querubines en el cielo. Todo un show para sujetarlo con las mismas carantoñas, que enceguecieron a Andrés Pastrana Arango en San Vicente del Caguán.
Por ahora los salvó la campana. Se han "distanciado" para volver a engañar. Guerrilleros y chavistas son instrumentos del mismo proyecto. Tienen distintos métodos y un mismo fin: convertir en cerco totalitario a los dos pueblos. Destruir la democracia y sus instituciones, para sembrar como hojas de coca, el socialismo cancerígeno que cargan en sus alforjas.
alexandercambero@hotmail.com
@alecambero
Juan Manuel Santos y Hugo Chávez, cruzaron el umbral y se reunieron. El palpitante tema de la guerrilla rondaba con los fantasmas de la vieja casona. La decisión del gobierno de Álvaro Uribe Vélez de denunciar a Hugo Chávez ante la Corte Penal Internacional, por sus supuestos nexos con los terroristas puso sal en la herida. Son ciento cuatro pruebas que han sido colocadas en manos de magistrados, que no se amilanan ante las arremetidas de algún engendro tropical. En el tribunal de La Haya ha sucumbido más de un sátrapa que pensaba que sus falaces actuaciones tenían patente de corso.
Las declaraciones de la canciller María Ángela Holguín, en el sentido de dejar de lado la denuncia, es un respiro para las FARC y Hugo Chávez Les da la posibilidad de ganar tiempo y avanzar en una política que erosione la capacidad de acción del gobierno de Juan Manuel Santos. La administración venezolana logró colocar el tema en una comisión que hará lo posible por enmarañar los contundentes hechos presentados. Cuando llegue el momento convocaran a organismos internacionales. Por supuesto, que los mismos no encontrarán absolutamente nada. El trabajo de acabar con las pruebas presentadas puede estar en marcha. Desmontar campamentos lleva tiempo, compás que lograron al limitar la denuncia a meras reuniones de burócratas.
¿Por qué todos estos sitios están tomados por efectivos de la Guardia Nacional, prohibiendo la labor del periodismo independiente? ¿Cuál es el miedo? ¿Qué misterio ocultan tras las dictatoriales medidas de seguridad?
El estruendo de las bombas en pleno centro de Bogotá, nos invita a mirar con interés los detalles. Es un llamado de alerta al gobierno de Juan Manuel Santos. Lo hacen en la capital de la republica, sede de los poderes públicos y genuina expresión de tranquilidad de los colombianos. Las FARC saben cabalgar sobre los hombros de gobiernos peliagudos y otros con posturas débiles, propensas a negociar por el rigor de creer que los insurrectos son gente que respeta los acuerdos de paz. La nueva estrategia es presentar a Álvaro Uribe Vélez como el responsable de la violencia en el vecino país. Cada día que pasa es acusado, inclusive por miembros de la nueva administración, de ser un hombre de carácter irascible y poco dado a escuchar a sus adversarios. Un verdadero demonio que predicaba con el salmo de las balas. En cambio, para las FARC y Hugo Chávez. Juan Manuel Santos es la encarnación terrena del Divino Niño de Buga. Un ser alado que respira concordia y cree que los alzados en armas pueden llegar a ser querubines en el cielo. Todo un show para sujetarlo con las mismas carantoñas, que enceguecieron a Andrés Pastrana Arango en San Vicente del Caguán.
Por ahora los salvó la campana. Se han "distanciado" para volver a engañar. Guerrilleros y chavistas son instrumentos del mismo proyecto. Tienen distintos métodos y un mismo fin: convertir en cerco totalitario a los dos pueblos. Destruir la democracia y sus instituciones, para sembrar como hojas de coca, el socialismo cancerígeno que cargan en sus alforjas.
alexandercambero@hotmail.com
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Etiquetas: narcoterrorismo
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