Larry Palmer, Superstar
Por: Harry Blackmouth - Diario Tal Cual
Palmer mencionó "claros vínculos" entre miembros del gobierno de Venezuela y dirigentes de las guerrillas colombianas. Habló de problemas de baja moral y de un deplorable mantenimiento en los equipos de las fuerzas castrenses venezolanas.
Nominado como nuevo embajador en Caracas, Palmer es el "point men" en una nueva estrategia intervencionista del departamento de Estado.
Mencionó "claros vínculos" entre miembros del gobierno de Venezuela y dirigentes de las guerrillas colombianas. Habló de problemas de baja moral y de un deplorable mantenimiento en los equipos de las fuerzas castrenses venezolanas. Dijo además que la promoción de oficiales depende de la lealtad al presidente Hugo Chávez.
Y además, se burló de las amenazas del gobierno de Caracas sobre el corte del suministro de petróleo a Estados Unidos. Se llama Larry Palmer, y si no se convierte en el próximo embajador norteamericano en Venezuela, servirá de pez piloto para el nuevo libreto que se propone escenificar Washington en Caracas.
Si bien Palmer no fue embajador en Tegucigalpa cuando fue derrocado el gobierno de Manuel Zelaya, la palabra "Honduras" tiene una resonancia mágica en el Departamento de Estado liderado por Hillary Rodham Clinton. Pues el golpe contra el presidente Manuel Zelaya fue vendido en Washington como un golpe de estado "democrático" e "institucional" aunque no estrictamente humanitario. Se trata de una nueva manera de hacer las cosas en América Latina, sin necesidad de apelar a "unsavoury characters", personajes impresentables como los generales Augusto Pinochet o Jorge Rafael Videla.
POR UN IMPERIALISMO MÁS BENIGNO
La hoja de ruta de Palmer fue trazada hace algunos años por Ivo Daalder y James Steinberg, asesores de política exterior durante el gobierno del demócrata Bill Clinton. Daalder y Steinberg indicaron en un ensayo que hay dos tipos de soberanía, la "absoluta" y la "condicional".
Cuando un Estado se porta mal (con Estados Unidos) ha dejado de poseer una soberanía absoluta. Por lo tanto, "si adquiere armas de destrucción masiva" y si es enemigo de Estados Unidos o si protege terroristas" que no se llamen Luis Posada Carriles, eso "plantea una amenaza a la seguridad de otros Estados".
En cuyo caso, sería necesario intervenir. Pero no a lo bestia, sino con propósitos humanitarios, y, de ser factible, a través de una acción multilateral "por parte de una alianza de Estados democráticos". Inclusive esa alianza podría constituir "una alternativa, un organismo más legítimo" que Naciones Unidas, para "autorizar una acción" militar, explicaron Daalder y Steinberg.
Y aunque el golpe de Honduras está cada vez más afeado por desapariciones de activistas de los derechos humanos, por asesinatos de periodistas, y por hostigamientos a jueces que han tratado de hacer justicia, tal como lo denunció la OEA en un informe divulgado el 30 de julio, el gobierno de Porfirio Lobo Sosa continúa impertérrito sus labores, con el beneplácito de la administración de Washington.
Otto Juan Reich, ex embajador norteamericano en Venezuela, quien viene librando una titánica lucha desde hace tres décadas para que las sardinas rojas no se coman al tiburón democrático, señaló hace un año, durante una audiencia del Congreso de Estados Unidos, que Honduras era sólo el primer paso en la escalada intervencionista en América Latina. "La lucha actual por el control político de Honduras", dijo Reich en esa ocasión, "no es sólo acerca de esa pequeña nación.
Lo que ocurre en Honduras puede ser visto ya sea como la derrota del intento de Hugo Chávez por socavar la democracia en ese hemisferio, o como la autorización de luz verde para diseminar el autoritarismo chavista". Reich olvidó mencionar qué otro tipo de luz verde se estaba autorizando con ese golpe.
LUGAR PIERDE SU LUGAR
Los comentarios de Palmer sobre el gobierno de Venezuela fueron formulados en respuesta a preguntas hechas por el senador republicano Richard Lugar, una poderosa figura en el comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta.
Lugar no es un senador más. Es el senador republicano que con más persistencia exigió al gobierno de George W. Bush abandonar su retórica intervencionista en relación a Venezuela, y atender "the legitimate grievances", las legítimas quejas, del gobierno de Caracas. Lugar visitó la capital venezolana en varias ocasiones, y siempre ha insistido que el crudo venezolano tiene una importancia estratégica para Estados Unidos. (Al mismo tiempo, vale la pena recordar que Venezuela es el tercer país más importante de América Latina para los exportadores norteamericanos).
Por lo tanto, Palmer se encargó de informarle a Lugar que las malcriadeces de Chávez no seguirán siendo toleradas. The Financial Times subrayó que esas declaraciones son "unusually hard", excepcionalmente severas para un funcionario del departamento de Estado, e indican "un endurecimiento de la posición de Estados Unidos hacia Venezuela".
Un asesor legislativo en la Cámara Alta de Washington dijo que las palabras de Palmer no fueron un exabrupto. Estuvieron rigurosamente calibradas, y expresan el inicio de una "lúcida" política norteamericana hacia Venezuela.
De acuerdo al asesor legislativo, "Las noticias que recibimos de Caracas son preocupantes, para decirlo de manera suave. Llega un momento en que hay que llamar a una espada una espada. Las respuestas del señor Palmer toman claramente en cuenta los intereses de Estados Unidos".
Por eso, Palmer dijo algo que los funcionarios del departamento de Estado no se animan a decir en público: las advertencias de Chávez de cortar los suministros de crudo a Estados Unidos son simples balandronadas. Es el gobierno de Caracas el que más sufrirá por el cese de las exportaciones, indicó Palmer, pues Estados Unidos adquiere más de la mitad del petróleo que vende Venezuela en el exterior.
COMO ABRAZADOS A UN RENCOR
¿Negará el gobierno venezolano el plácet a Palmer? Chávez, un político muy astuto, debe recordar el adagio del presidente norteamericano Lyndon Johnson: es preferible tener un enemigo dentro de la carpa, vaciando sus riñones hacia afuera, que tenerlo afuera, mojando el interior de la carpa.
Con Palmer en Caracas, habrá fintas y encontronazos, pero también un enemigo discernible y cuyos pasos podrán ser seguidos con cierta impunidad. Después de todo, las paredes oyen.
Con un personaje más anodino representando a Estados Unidos en Venezuela, y Palmer y otros trabajando desde las sombras, las cosas pueden complicarse aún más para Chávez, que luego de tantos años en el poder, está ahora, por fin, tal como lo deseaba, en la mira de Washington, veinticuatro horas por día, siete días a la semana.
Etiquetas: narcoterrorismo
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