Las guerrillas reinan en la Venezuela chavista
Por Pablo Diaz de Brito / La Capital
Más allá de las desmentidas oficiales de Venezuela, las Farc dominan en amplias regiones del territorio venezolano fronterizo con Colombia, según evidencian diversas investigaciones periodísticas. Un análisis del sitio web colombiano “La silla vacía” reseña: “Las Farc se han vuelto un elemento estructural de la vida cotidiana de algunas regiones (venezolanas) como Mérida, Táchira y algunos sectores de Apure. Allí operan los corredores de distribución de la droga, lavan dinero, al parecer han invertido en clínicas y son, en algunos sitios, el poder de facto. Acabar con ellas no es tan fácil” como bombardear unos campamentos perdidos en la selva. Conviene señalar que “La silla vacía” no es ni remotamente señalable como una publicación afín a la derecha colombiana.
En tanto, el gobierno venezolano ya cuenta con la oficial Milicia Bolivariana, que reúne decenas de miles de hombres con entrenamiento militar. Pero no parecen convencer sobre su fiabilidad como herramienta de imposición del proyecto chavista. Por eso, a esas milicias oficiales se deben sumar otras, no oficiales y que ganan poder territorial. Son las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL), que se han constituido en dominadoras absolutas de poblados en la zona de frontera, según el documental español de TV “Los guardianes de Chávez”, emitido por CNN en español (ver en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=vJOc0DCZEi0). Si bien el documental provocó el repudio y la descalificación del chavismo, su cámara registró hechos difíciles de refutar con la mera retórica. Por ejemplo, se observa el dominio total de un pequeño poblado por las FBL, pese a que menos de 10 km hay un cuartel del ejército venezolano. El cronista pudo ingresar a la base militar, sin cámara pero con un micrófono encendido, y logró el testimonio de un oficial, quien admite la existencia de al menos una decena de puntos en la zona dominados por las guerrillas. El militar va señalando sobre un mapa y apunta: “guerrilla, guerrilla, guerrilla... ”. Contra esto, no hace mella la marea de descalificativos lanzada por el chavismo contra el programa a través de la propia CNN, que, en una muestra de buena praxis periodística, dio amplio espacio de réplica al gobierno venezolano y a sus aliados. Un ejemplo jamás seguido por la prensa chavista y bolivariana.
La genérica promesa de Chávez al nuevo presidente colombiano Juan Manuel Santos hecha este miércoles en la cumbre de Santa Marta parece así poco sostenible en los hechos.
Más confiables. Ahora, ¿por qué Chávez se busca unos socios tan poco recomendables como la Farc? “La silla vacía” cita al analista venezolano Nelson Rivera: “Chávez ha tratado de organizar milicias, que le han resultado costosas e ineficientes y no sabe todavía si en caso de necesitarlas le van a servir o no. Chávez necesita contar con la experiencia y el entrenamiento de las Farc para que lo protejan en caso de un escenario militar adverso”.
Visto desde el lado colombiano, “en la medida en que el proyecto de expansión bolivariana del gobierno de Venezuela represente una mínima ventaja para la guerrilla, ese proyecto seguirá siendo visto por Colombia como un enemigo”. Es este punto clave el que no ha desaparecido, ni mucho menos, con la llegada de Santos a la presidencia, ni por un acto de voluntarismo diplomático continental. Según la denuncia presentada por Colombia en la OEA el 22 de julio, Chávez da refugio a la cúpula de las Farc, a un líder del ELN, la segunda guerrilla colombiana, y a unos 1500 hombres de esas dos fuerzas ilegales. Y nada de eso habría cambiado un milímetro desde entonces.
Pero también hay razones objetivas para que Chávez dé momentáneamente marcha atrás y barra debajo de la alfombra su apoyo activo a las guerrillas colombianas. Porque ambos países están urgidos en restañar el enorme daño que el conflicto bilateral produjo a su comercio. “Santos necesita reactivar las exportaciones a Venezuela para generar empleo a corto plazo, que es la principal bandera de su gobierno. Y Chávez necesita volver a importar alimentos desde Colombia para bajar la inflación antes de las elecciones de septiembre. Venezuela tiene una absoluta dependencia de las importaciones de Colombia para la vida cotidiana”, apunta Rivera. “Es la diferencia entre comprar alimentos a precios razonales y comprarlos a precios exhorbitantes importados de Brasil o de Argentina”, agrega.
Urgencia. Es esta urgencia económica de ambos presidentes, junto con la enorme presión diplomática de la Unasur encabezada por Brasil, la que explica la reanudación de relaciones decidida en Santa Marta. A su vez, esta razón es meramente de coyuntura, lo que da poco aliento a la mejoría bilateral, que Santos ya comenzó a acotar con su duro discurso del viernes en respuesta al atentado contra Radio Caracol en Bogotá. Y las guerrillas colombianas, que eran vistas hasta hace poco como fósiles vivientes de la Guerra Fría, resultan ideológicamente funcionales a el proyecto de Chávez. Hay demasiada afinidad de ideas y proyectos como para que se vea algún día al ejército venezolano tomando a sangre y fuego los campamentos de las Farc en su territorio. l
Etiquetas: narcoterrorismo
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