Desconcierto: Izquierda Homofóbica
Fuente: La Razón.es
Un imán ha sido expulsado de Alemania por exigir en público la aplicación de la pena de muerte a los homosexuales. Se trata del imán Abu Ameena Bilal Philips, de origen jamaicano. Militó en el comunismo hasta los treinta años y se pasó al islamismo radical, en cuyo seno ha hecho una buena carrera.
La exigencia la ha proclamado en Hesse, y las autoridades federales le han explicado que sus palabras atentan contra la Carta Magna alemana. Por ello hemos sabido de la barbaridad. La escalofriante exigencia ha tenido lugar en Europa, y de ahí las consecuencias. Pero todos los días, en centenares de mezquitas perdidas por el siglo XI –las más avanzadas principian el siglo XII–, se pide la muerte de los «sexualmente impuros», y se suceden los ahorcamientos y las mutilaciones. No obstante, en España, el islamismo cae bien en nuestras izquierdas.
La homofobia inflexible no es patrimonio del islamismo radical. El Presidente de Bolivia, Evo Morales, adorado por el retroprogresismo español, nos reveló un año atrás que entre los indígenas puros de su nación no se daban casos de homosexualidad, una desviación desgraciada que es producto de la alimentación y la degeneración de los europeos y norteamericanos. Nadie de entre las filas del orgullo «gay» patrio osó contradecir al progresista Evo. Y su protector fundamental, el dictador venezolano Hugo Chávez, no ha parado de decir que la llamada revolución bolivariana sólo ha podido ser realizada gracias al macho venezolano, siempre sostenido por la mujer aguerrida, valiente y libre de inclinaciones perversas. En Cuba, la dictadura comunista de los hermanos Castro, ha perseguido sin contemplaciones durante cuatro décadas a los homosexuales, que son considerados indignos para la Revolución. No obstante, en España Evo Morales, Hugo Chávez y los hermanos Castro son ídolos de nuestras izquierdas.
En el Oriente Medio, la única sociedad que acepta con toda naturalidad la homosexualidad y respeta sin límites las tendencias sexuales de sus ciudadanos es la israelita. Israel está enclavada allí, pero es Europa. En la última pantomima multicolor del «Día del Orgullo Gay» celebrada en Madrid, se prohibió a los homosexuales hebreos participar por recelos políticos e ideológicos. En Israel, como en España, la homosexualidad cuenta con el respeto social y el amparo de la libertad. No obstante, el Estado de Israel es una odiada obsesión de nuestras izquierdas.
En los tiempos más duros del franquismo, se aplicaba en España a los homosexuales la «Ley de Vagos y Maleantes». Pasaban unas semanas en la cárcel para que allí recapacitaran sobre su error. En la URSS y en la Alemania nazi, eran exterminados. Se hacía con ellos lo mismo que exige el Imán Abu Ameena Bilal Philips. No obstante, la URSS de Lenin, Stalin, Kruschev, Breznhev, Chernenko y Andropov –con Gorbachov cambió todo–, sigue siendo un mito paradisíaco para nuestras izquierdas.
Este artículo es un fraude. Forma parte de las páginas de «Opinión». Para opinar hay que entender de lo que se opina. Y el que firma, de esta permanente contradicción de la izquierda española no entiende nada. Defiende el velo, el «burka» y el «nikab». Defiende a las sociedades sometidas a los imanes enloquecidos. Defiende a las sociedades que consideran a la mujer un ser infrahumano. Defiende la libertad de los que piden la pena de muerte para los homosexuales. No opino. Ruego. Ruego a Zerolo, por ejemplo, que me explique su antisemitismo. Atenderé su explicación con todo respeto y el mayor interés.
Etiquetas: homofobia
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