Religión y liberalismo
POR: JOSÉ LUIS BOUZA
Fuente: El Correo Gallego.es
En España se piensa a veces que el catolicismo no es compatible con el liberalismo. En el pasado fue así, y la intransigencia liberal fue proporcional -aplicación social del principio físico de acción y reacción- a la ceguera de la Iglesia hacia el mundo moderno. Pero no se puede juzgar a ésta en 2013 con criterios de 1836, 1932 o 1960. La vida moderna, para mal y bien, ha tendido a la horizontalidad, y la idea de inmortalidad, clave de la religión (que era la estructura social primaria en el Antiguo Régimen y aún en buena medida en 1936, de ahí el error de la República, procedente de la Revolución francesa, de granjearse tan poderoso enemigo), perdió hoy vigor social por la crisis misma de la esfera pública de la que hablaba H. Arendt o habla hoy R. Sennett. La idea de eternidad se ha devaluado un tanto en un mundo secular en que la moral se privatiza, la trascendencia ya no es fuente de la ley y en el que la creencia se había hecho terrenal en el s. XIX al punto que el trasfondo de las religiones laicas del sXX (como intuyera Koestler), con sus cultos al proletariado o a la raza aria, tendría más que ver con una especie de renacimiento del culto al campesino tradicional y al buen salvaje que con una doctrina marxista o nazi.
El catolicismo español perdió por efecto de la cultura moderna tal encuadramiento sociopolítico. Aún hay religiones incompatibles con la libertad de conciencia pero el cristianismo evolucionó, y, de mejor o peor gana se puso al paso de la historia europea y afrontó los retos de la ciencia y nuevas formas de conciencia en un Occidente grecolatino en acelerada transformación. Es natural que Hayek entendiese que aún el liberal, propenso al escepticismo por su sentido crítico para con la autoridad recibida, no tiene por qué tener problemas con la Iglesia si están bien delimitadas las respectivas esferas. Si bien la educación se interesa más por la reflexión moral que por la moralización, ello no implica que la moral católica sea hoy enemigo alguno pues los principios tradicionales religiosos no suelen postular modos de vida contrarios a la naturaleza humana aún cuando no siempre es fácil compartir sus particulares puntos de vista. El liberal, en suma, en un mundo ya muy plano para comprender los aspectos valiosos y útiles de la religión, se muestra respetuoso de la tradición religiosa aunque sólo fuese porque el liberalismo siempre valoró los procesos históricos inconscientes y concedió al desarrollo evolutivo la circunspección que adoptamos hacia las viejas estructuras de un antiguo edificio.
Catedrático de Arte
El catolicismo español perdió por efecto de la cultura moderna tal encuadramiento sociopolítico. Aún hay religiones incompatibles con la libertad de conciencia pero el cristianismo evolucionó, y, de mejor o peor gana se puso al paso de la historia europea y afrontó los retos de la ciencia y nuevas formas de conciencia en un Occidente grecolatino en acelerada transformación. Es natural que Hayek entendiese que aún el liberal, propenso al escepticismo por su sentido crítico para con la autoridad recibida, no tiene por qué tener problemas con la Iglesia si están bien delimitadas las respectivas esferas. Si bien la educación se interesa más por la reflexión moral que por la moralización, ello no implica que la moral católica sea hoy enemigo alguno pues los principios tradicionales religiosos no suelen postular modos de vida contrarios a la naturaleza humana aún cuando no siempre es fácil compartir sus particulares puntos de vista. El liberal, en suma, en un mundo ya muy plano para comprender los aspectos valiosos y útiles de la religión, se muestra respetuoso de la tradición religiosa aunque sólo fuese porque el liberalismo siempre valoró los procesos históricos inconscientes y concedió al desarrollo evolutivo la circunspección que adoptamos hacia las viejas estructuras de un antiguo edificio.
Catedrático de Arte
Etiquetas: Hannah Arendt, Liberalismo
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