Sin autonomía de Poderes no hay democracia
Por: Gustavo Luis Carrera
En efecto, el pensador y pedagogo inglés, John Locke, comprendió, en 1690, que la monarquía parlamentaria inglesa se basaba en dos poderes: un parlamento que elaboraba las leyes y un rey que, de manera unipersonal, las aplicaba. Esta ilación, que comportaba el riesgo de abusos y arbitrariedades de parte del rey ejecutor, debía ser contenida de alguna manera; y de allí nació su concepción de un poder legislativo y un poder ejecutivo. Posteriormente, el barón Charles-Louis de Secondat, mejor conocido Montesquieu, perfecciono este principio básico, en 1741. Agregando un tercer poder, de importancia fundamental, el Judicial. Así nace la famosa triada, basamento de la democracia, donde el poder dimana del pueblo y está dirigido al beneficio colectivo; y no al usufructo de un gobernante y de su grupo. Y allí sobresale la importancia de la visión profética de Montesquieu: sin la tercera pata del Poder Judicial, el asiento de la democracia seria insostenible. Solo un poder destinado a supervisar, a vigilar la justa aplicación de las leyes por parte del poder ejecutivo puede asegurar un respetuoso equilibrio, sin exabruptos ni desmanes autocráticos.
Pero, y aquí surge el principio básico del Estado de Derecho: los tres poderes deben ser autónomos, de libre desarrollo y al margen de presiones de uno sobre el otro. Sin este respeto, estos poderes, por más nombres rimbombantes y divisiones ministeriales que les pongan, no pasan de ser oficinas del unipersonal Poder Ejecutivo.
Mas allá, o mas acá, de toda discusión, la respuesta a la pregunta esencial de: ¿existe verdadera separación de los Poderes Públicos?, determina si impera o no un sistema democrático. Es un hecho simple u absoluto: No existe semi-democracia, como no hay gobernantes semi-honestos. Y justamente allí impone su presencia la pregunta consecuencial: ¿Hay actualmente independencia de los Poderes Públicos en nuestro país? La respuesta es contundente: No. (Pruebas: el Presidente da órdenes al Poder Judicial y al Poder Legislativo, que obedecen sumisamente; inclusive la Presidente del Tribunal Supremo de Justicia dice que la separación de los Poderes obstaculiza la labor de gobierno; y así podría seguir una ominosa lista) El resto es discusión tan bizantina como inútil.
Válvula: “La práctica, detrás de todas apariencias demuestran que sin autonomía de Poderes Públicos, no hay democracia. Lo demás es maquillaje, ficción o demagogia”.
Etiquetas: Liberalismo
1 Comments:
GRacias por tu aporte... podrias dar la fuente sobre la siguiente cita: "inclusive la Presidente del Tribunal Supremo de Justicia dice que la separación de los Poderes obstaculiza la labor de gobierno..." - GRacias, es para un trabajo de investigación.
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