Diplomacia petróleo y narcotráfico
Por: BENITO URREA
Fuente: El Periodiquito
Jefes de la Red de Narcotráfico en Venezuela |
La detención del General-Cónsul de Venezuela en la antilla holandesa de Aruba, la cual se ejecutó atendiendo una solicitud de los Estados Unidos y que fuera declarada legal por el máximo tribunal holandés, en el marco del convenio firmado entre estos dos países para perseguir el narcotráfico, fue extrañamente revocada setenta y dos horas más tarde, sin mayores explicaciones. Este hecho ratifica la vieja opinión, según la cual, la diplomacia es un asunto de intereses, para los que, la moral, la ética o la justicia, son palabrejas que carecen de importancia.
En este caso, no es difícil suponer que, para los súbditos antillanos del reino holandés, en el momento de tomar la decisión de liberar al General-Cónsul, solicitada vehementemente por el gobierno venezolano, privaron los intereses sagrados de su boyante economía, los cuales se verían seriamente afectados si se hacía efectiva la amenaza de cancelarles las negociaciones con PDVSA para reactivar su disminuida industria petrolera, ya que, para lesionar su industria turística, les habían suspendido los vuelos desde Venezuela.
El efecto devastador sobre la economía antillana, que tendrían unas medidas como estas, provocó la rendición inmediata e incondicional de sus autoridades, dejando sin efecto el valor ético y moral del convenio internacional contra el tráfico de drogas. Seguramente, los arubences, antes de tomar esa decisión consideraron las represalias infringidas por el régimen chavista contra las relaciones diplomáticas y comerciales de Venezuela con Colombia y con Panamá sin importarles los graves daños económicos y sociales que se le causaron a estos tres pueblos
En estas circunstancias, es bueno recordar que las acusaciones contra el General-Cónsul, quien forma parte del elenco estelar de la unión cívico-militar que nos gobierna, estallaron en la boca del exmagistrado Aponte Aponte, cuando en 2012 protagonizó aquel acto insólito de arrepentimiento, en el que, con lágrimas en los ojos, confesó las fechorías judiciales que había cometido, obedeciendo, como perro fiel, las órdenes que le fueron impartidas desde el comando supremo de la revolución.
Aquel patético episodio, protagonizado por Aponte Aponte, que nos reveló como el territorio venezolano se convirtió en un inmenso corredor para el tráfico internacional de drogas, también nos permitió comprender como fue posible que en los últimos quince años se expandiera, sin el control del gobierno, el micro tráfico que tanto daño ha hecho a nuestros jóvenes en las comunidades locales y que nos ha dejado como herencia dolorosa más de 200 mil muertes violentas. El pueblo, que está claro, no los absolverá.
Etiquetas: Cartel de los Soles, Lista Clinton
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