Apretada elección en Brasil muestra a una nación profundamente dividida
Por: Roger Noriega
Fuente: IASW
[Traducción por IASW]
El día de ayer, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, consiguió reelegirse para un segundo mandato de cuatro años. Rousseff obtuvo el 51.6% de los votos en contra de Aécio Neves, quien obtuvo el 48.4%. Rousseff libró una de las campañas más negativas en la historia contemporánea de Brasil, despertando temores de que Neves cortaría programas contra la pobreza del gobierno. No explicó, sin embargo, como pretende sacar a Brasil de la recesión económica en la que se encuentra.
El resultado tan apretado muestra a una nación políticamente, socialmente y geográficamente dividida. Anoche, Rousseff se comprometió a iniciar un diálogo y ser “una mejor presidente de lo que he sido hasta ahora.” A pesar de que Rousseff se comprometió durante la campaña a reemplazar a su ministro de finanzas, la manera en la que defendió la situación actual da pocas razones para esperar que abandonará sus políticas económicas intervencionistas en su segunda administración.
Los resultados del domingo fueron recibidos con nerviosismo en el sector privado. El sector había esperado que los programas de libre mercado promovidos por Neves pudieran sacar a la economía de la recesión. Por ejemplo, la moneda de Brasil, el real, cayó a su nivel más bajo en nueve años.
Durante la campaña, Neves criticó las políticas estatistas de Rousseff que restringen el potencial económico de Brasil. Neves abogó por reformas que, dijo, “harían a Brasil más competitivo en el mercado global, que impulsarían el crecimiento y generarían oportunidades de trabajo”. Cediendo a la impopularidad de sus políticas, una economía en crisis y los temores de inflación, Rousseff trató de apegarse a los 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), argumentando que había ayudado a millones de brasileños a salir por sí mismos de la pobreza. Su mentor y predecesor, “Lula” da Silva, fue el centro del escenario en las últimas semanas de la campaña y se dedicó a acusar a la oposición de amenazar el legado anti-pobreza de su partido.
En la campaña de la segunda ronda, que duró tres semanas, Neves promovió su experiencia como gobernador del importante estado de Minas Gerais y fue capaz de contragolpear las acusaciones de Rousseff sobre los supuestos recortes a programas sociales. Neves le recordó al pueblo Brasileño que su partido, el Partido de la Democracia Social (PSDB), fue responsable hace más de 15 años de la promoción e implementación de reformas que dieron lugar a estos programas sociales, a estabilizar la economía, a eliminar la hiperinflación y a iniciar el proceso de reducción de pobreza en Brasil.
En las últimas semanas de la campaña, Rousseff tuvo lidiar con acusaciones de corrupción en las que la compañía estatal petrolera Petrobras supuestamente ofreció parte de los contratos obtenidos para favorecer a miembros del partido oficialista. Ella acusó a la revista Veja, que divulgó esta historia en un artículo de portada, de “terrorismo electoral”. En la historia se menciona como el arquitecto de este fraude le mencionó al fiscal responsable de investigar este crimen que Rousseff y “Lula” “sabían todo” acerca de la corrupción en Petrobras. Un juez electoral ordenó a Veja no promover su portada, que mostraba a Rousseff y a “Lula” como criminales. Vándalos destruyeron un puesto de periódicos en donde se vendía la revista.
Ayer, más de 106 millones de brasileños votaron, cerca de tres cuartas partes de las 143 millones de personas registradas para votar. Los resultados muestran que Rousseff construyó una ventaja insuperable al ganar los estados del noreste, donde los pobres rurales se han beneficiado de los programas de gobierno. Neves ganó el 64% de los votos en el estado urbano de São Paulo, donde fueron depositados casi una cuarta parte de todos los votos nacionales.
Hace apenas tres meses, un gran numero de expertos predijeron que Rousseff ganaría la reelección fácilmente. En cambio, en la campaña de la primera ronda, Rousseff se enfrento al surgimiento de la ecologista Marina Silva. Rousseff y el Partido de los Trabajadores emprendieron una campaña de anuncios negativos que minó la confianza en la capacidad de Silva para gobernar. Como resultado, Silva cayó al tercer lugar en la primera ronda de votación el 5 de octubre. A medida que la maquinaria del partido gobernante centró sus ataques contra Silva, Neves se las arregló para ganar el segundo lugar y el derecho a enfrentar a Rousseff en la segunda vuelta.
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