Una Chispa Que Encienda La Pradera
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
Parafraseando a Bertolt Brecht: Las insurrecciones se gestan en los callejones sin salida
Las fuerzas de la Resistencia, aunque medianas y dispersas, tienen el potencial para desarrollarse y cohesionarse con suma rapidez. Las condiciones subjetivas están dadas, el régimen carece de asideros para sustentarse, por consiguiente la caída es inevitable.
“Una sola chispa puede incendiar la pradera”, una frase célebre acuñada por Mao Tse Tung, que nos sirve para precisar apropiadamente el objetivo que debemos plantearnos en lo inmediato.
No es necesario, salir a patear barrios o subir cerros y no es vital salir a conquistar los corazones de chavistas despechados, para engañarlos con nuevas ilusiones incumplibles, esas son ridículas posiciones de la dirigencia colaboracionista electoralista, para confundir y aislarnos de nuestros objetivos, que no son otros que derrocar al régimen criminal y hambreador de Nicolás Maduro por cualquier medio, para recuperar la libertad de Venezuela.
Es completamente absurdo, salir a persuadir a las personas sobre su propia realidad. Eso equivaldría a convencer a alguien que está enfermo, mientras convulsiona a causa de una altísima fiebre.
Los venezolanos mueren en los barrios asesinados por el hampa desbordada o en los hospitales carentes de medicinas y con estructuras derruidas por la desidia y el robo saqueador. La gente sufre el día a día para adquirir alimentos y todo lo necesario para subsistir diariamente a sus realidades.
La verdad está en todas partes, basta echar una mirada a la situación deplorable de los obreros en las fábricas privadas y del Estado, las penurias de los agricultores en el campo para desarrollar sus cultivos y acceder a créditos e insumos, los motines en las cárceles gobernadas por pranes, el descontento y desmoralización en los cuarteles controlados por cubanos , las protestas de los estudiantes y la sociedad civil, que se desarrollan en todos los rincones del país ante la decadencia de los servicios públicos. Las instituciones han desaparecido o están postradas ante el régimen cubano. Quien no lo vea es porque no quiere.
Un disparo contra el heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro en los Balcanes, detonó la Primera Guerra Mundial, el detonante está en nuestras propias manos, tenemos que forjarlo, pero el tiempo apremia, pues el régimen perfecciona sus estructuras paramilitares y parapoliciales para reprimir cualquier iniciativa que nos conduzca hacia la libertad.
Ahora en Venezuela sólo falta la activación de ese detonante que inflame el espíritu libertario de cada ciudadano comprometido con el país, mediante el mecanismo que su imaginación permita, para originar esa chispa que encienda la pradera.
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