El cuento del general Padrino y su jefe
Por: Carlos Blanco
Fuente: El Nacional
El general Vladimir Padrino
López ha dicho que las sanciones de Estados Unidos en contra de
funcionarios venezolanos que han violado los derechos humanos forman
parte de una trama siniestra. El propósito es hacerle ver al mundo “que
el Estado venezolano es un Estado fallido, un Estado forajido,
irrespetuoso de los derechos humanos, ingobernable… (esto) es parte de
la conjura mediática, guerra psicológica… es parte del esfuerzo del
gobierno de Estados Unidos y todo su entramado imperial para arremeter
contra Venezuela y preparar condiciones para nuevos escenarios en el
futuro inmediato. Yo diría, yo diría, que esta medida pudiese estar
conectada con algún intento nuevamente de violentar la paz en Venezuela y
de irse a las calles de manera violenta. Repetir, pues, el escenario de
las guarimbas de 2014. Entonces, esta es la doctrina de la guerra no
convencional muy usada por Estados Unidos para evitarse el esfuerzo de
intervenir directamente y crear una fuerza paramilitar dentro del mismo
Estado, el mismo territorio, para tumbar los gobiernos”.
El
general Padrino, cuya locuacidad ha aumentado con sus ascensos, ha
presentado una teoría que no por falaz esconde la lógica peculiar del
desfalleciente régimen al cual sirve.
Estados
Unidos se propone sancionar funcionarios venezolanos que han atentado
contra los derechos humanos; es decir, los que han ordenado reprimir,
torturar, asesinar, perseguir y encarcelar a quienes han protestado.
Esta acción de Estados Unidos ha sido similar a la que han realizado
países e instancias internacionales en variados casos.
Sin
embargo, el general Padrino hilvana la tesis de que las sanciones a los
violadores de derechos humanos son para propiciar la caída de su
régimen mediante las guarimbas. Nadie toma en serio esta gris lógica; lo
que sí evidencia es que los jefes rojos, atados al carro catastrófico
de Maduro, se proponen echarle –¡de nuevo!– la culpa a Estados Unidos de
las protestas que el derrumbe provoca.
No
está de más recordar al general que los únicos paramilitares que se
conocen en Venezuela son los colectivos armados auspiciados y mantenidos
por su régimen. Tampoco debe olvidar que a algunos gobiernos débiles
los tumban o los intentan tumbar, como trató de hacerlo Chávez el 4-F,
pero la mayoría de las veces se caen por aquello de la gravedad: el
crimen, la incompetencia, la miseria y la corrupción.
El principio de la solución está a la mano general: es la renuncia de Maduro. Como ve, está en sus manos, pues.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home