Fuente: El Tiempo Bogota
La organización volvió a dar de qué hablar al emitir un comunicado en defensa del jefe venezolano.
Un comunicado de Hezbollah en el que la organización manifestó su apoyo al gobierno de Nicolás Maduro volvió a desatar polémica en Venezuela, por especulaciones sobre los lazos que este grupo tiene con la dictadura del presidente chavista.
El pasado 24 de enero el texto fue divulgado por Al Manar, una estación de televisión satelital que transmite desde Beirut.
“Todo el mundo sabe que el objetivo de EE. UU. no es defender la democracia y la libertad, según alega Washington, sino apropiarse de los recursos del país y castigar a todos los estados que se oponen a la hegemonía estadounidense”, indicó el texto.
Además del comunicado, se dio al tiempo que Mohammad Raad, jefe del bloque parlamentario 'Lealtad a la resistencia', del Hezbollah, visitó al embajador de Venezuela en Líbano, Jesús González González. “Vinimos a expresar nuestra solidaridad con el pueblo venezolano y su libre albedrío y a condenar la injerencia americana en sus asuntos”, señaló Raad.
Sin embargo, expertos consideran que el apoyo al Gobierno de Maduro es más una movida simbólica y no tendrá mucha trascendencia. "Hezbollah es Irán. Irán es miembro de la OPEP, enfrentado a Arabia Saudí. Los saudíes apoyan la tesis estadounidense. Los iraníes, la rechazan. Así que, si hay que defender a Maduro, se alinean con Moscú. Pero, personalmente creo que es más un acto simbólico", explicó a la APP de EL TIEMPO Adrian Mc Liman, analista político especializado en asuntos del mundo árabe-islámico.
Pese a lo anterior, según Mc Liman, no se debe caer en el error de subestimar a Hezbollah, pues "es un contrincante temible. Véanse los túneles cavados estos últimos años a través de la frontera, hasta el territorio israelí. Para los militares hebreos, una auténtica pesadilla (...) son una fuerza política en Medio Oriente y, definitivamente, una potencia militar que inquieta a Israel".
Varios gobiernos del mundo árabe que consideran a Hezbollah un movimiento de resistencia legítimo
1982 fue el año en el que Hezbollah nació como respuesta a la intervención israelí de ese momento. Ariel Sharon, entonces ministro de Defensa israelí, lideró una segunda invasión a Líbano para atacar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que tenía su base allí.
Hezbollah, como primera guerrilla islamista, buscó entonces expulsar a las fuerzas invasoras y transformar a Líbano en una nación islámica. Lo primero lo logró en el año 2000 y lo segundo quedó en suspenso luego de la muerte de uno de sus mayores impulsores, el ayatolá iraní Rujolah Jomeini. Sin embargo, la organización nunca ha cambiado su norte: reivindicar los valores chiítas en la sociedad libanesa.
Hezbollah fue la primera guerrilla islamista.
Los miembros de Hezbollah fueron entrenados, organizados y fundados por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní, debido a que reciben el apoyo financiero de Irán y la bendición de Siria desde el final de la Guerra Civil Libanesa.
En su momento, la forma en que los iraníes quisieron mostrar su apoyo al presidente sirio Bashar al Asad en contra de los rebeldes fue enviando milicianos de Hezbollah para combatir junto a los soldados sirios.
El máximo líder de Hezbollah es Hasan Nasrallah y al grupo se le atribuye, entre muchos actos terroristas, el ataque suicida a la embajada estadounidense en Beirut que dejó 250 muertos (1983).
Por ello, entre otros actos, EE. UU. y la Unión Europea consideran a Hezbollah y su brazo armado como una organización terrorista. También países como Australia, Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Francia, Israel, Baréin, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo y Egipto se han unido al señalamiento.
Esta posición contrasta con la de varios gobiernos del mundo árabe que consideran a Hezbollah un movimiento de resistencia legítimo.Vículos con América Latina
Durante los últimos años Hezbollah ha logrado poner sus tentáculos en América Latina y afianzar relaciones en ámbitos como el empresarial y el político. Además, se le ha señalado en varias ocasiones de tener vínculos con las guerrillas regionales.
Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Nicaragua y Cuba son los países que, según se ha criticado en diferentes ocasiones, le han abierto las puertas a Irán y sus vínculos con el grupo.
En una entrevista con el medio Infobae, Rachel Ehrenfeld, directora del American Center for Democracy, aseguró que "las acogedoras relaciones que estos gobiernos tienen con Irán facilitan el libre movimiento de miembros de Hezbollah por la región, lo que les permite transportar drogas y productos falsificados".
En Colombia, por su parte, la exguerrilla Farc fue señalada en varias ocasiones de tener vínculos con Hezbollah, que al parecer, brindaba a los grupos armados asesoramiento estratégico y armas para recibir a cambio el tráfico de drogas y armas, una de sus mayores fuentes de financiamiento.
Guerrilleros de las Farc.
Otro de sus referentes es Jamal Yousef, de origen libanés, quien fue sentenciado por un tribunal en Nueva York a 12 años de prisión por proveer un arsenal de armas y explosivos a individuos que eran parte de una organización terrorista (Farc), según indicó el fiscal Preet Bharara en su momento.
Los cárteles Los Zetas y Sinaloa, de México, también han enredado sus operaciones con la organización del Medio Oriente.La relación con Tarek El-Aissami
De acuerdo con los resultados de una investigación realizada por la periodista venezolana Patricia Poleo, Tarek El-Aissami, actual Ministro del Poder Popular para Industrias y Producción Nacional de Venezuela y Vicepresidente para el Área Económica, junto con otros presuntos miembros de Hezbollah en Venezuela son los encargados de reclutar jóvenes en su país para que mantengan un fuerte entrenamiento en el sur del Líbano.
Tareck El Aissami (centro), durante una conferencia de prensa en Caracas, Venezuela.
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En una casión incluso se habló de que El-Aissami, junto con Hugo Cabezas, gobernador del estado de Trujillo, proveían a Hezbollah pasaportes venezolanos y documentos nacionales para transitar por su ciudad.
Además, fue acusa de esconder vehículos robados y de tráfico de drogas en las habitaciones del campus de la Universidad de Los Andes y, al parecer, también habría refugiado en esas instalaciones a miembros de la banda terrorista.
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