La Batalla Económica

Por: Orlando Ochoa - El Universal (Ven)

Si asumimos en el área económica, parcialmente, el lenguaje de guerra que usa el presidente Chávez para sus confrontaciones ideológicas y políticas, podemos decir que ha comenzado la batalla económica dónde se decidirá la eficacia o fracaso del plan chavista-socialista que se intenta llevar a cabo, fuera de la Constitución.

Las palabras allanamiento, decomiso, expropiación, nacionalización son todas partes del armamento de política oficial, ideología y de propaganda del presidente Chávez en su concepción de la economía. Los daños a la seguridad jurídica en el sentido más amplio, el colapso observado en la inversión privada, la caída en producción nacional, la fuga de capitales, el desempleo creciente, los compromisos sin cumplir del Gobierno por compensación a empresas tomadas por más de $20.000 millones de dólares (excluyendo las propiedades petroleras bajo disputa comercial), son factores que pesan mucho en la profunda recesión con alta inflación en marcha. Los contratistas y proveedores de las empresas básicas y de PDVSA se vienen retirando de continuar ofreciendo servicios al Estado que no paga; y la respuesta del Presidente es una nueva amenaza de tomar sus empresas en Venezuela. El insensato incentivo gubernamental a reducir la producción y provisión de servicios es muy fuerte.

La reforma a ley de ilícitos cambiarios y el nuevo tipo de cambio oficial cotizado a través de la venta y compra de títulos públicos por parte del BCV, no solventan el problema económico de fondo, de mayor demanda de divisas y reservas internacionales operativas debilitadas por las transferencias sin contrapartida al Fonden y el bajo nivel de entrega de divisas de Pdvsa al BCV. Las expectativas de mayor inflación y debilidad cambiaria invaden toda la economía en medio de un clima muy adverso a la propiedad y la producción privada, en paralelo a un desastroso desempeño de las empresas públicas.

Las ideologías nacionalistas y socialistas, bajo cualquier combinación, llevadas al extremo han fracasado siempre en la batalla económica, lo doloroso es que los daños pesarán sobre 30 millones de venezolanos, en particular los más pobres.