No creáis en falsos profetas
Bastante roncha ha causado mi última columna en sectores radicales y electoralistas de la “dizque” oposición venezolana. La columna titulada: “Un Pinochetazo estaría más que justificado”, indignó a propios y extraños porque según ellos, la victoria del 26 de septiembre fue sublime y absoluta. ¿Cómo es posible que yo tenga los riñones de aupar un golpe de estado cívico-militar si el tirano ha sido re-legitimado, y ellos han obtenido una victoria contundente que preservará su “status quo democrático” por algunos meses más?
Solo un demente propondría tamaña brutalidad de consecuencias impredecibles, no solo para la revolución castro-chavista, sino y sobre todo, para la supervivencia de ellos mismos como traficantes de ilusiones. Columna anterior a la que hago referencia: http://www.robertocarlo14.com/2010/09/un-pinochetazo-estaria-mas-que.html.
Paja pareja y puro cuento de camino es lo que sale de la boca de los falsos profetas de la oposición. La mayoría de los venezolanos sabemos muy bien que Chávez es un hijo de su puta madre, pero lo que no sabemos todavía, o por lo menos se nos hace difícil descifrar; es: ¿de dónde salieron tantos miserables y embusteros voceros oposicionistas? Les enfatizo una vez más que la población venezolana no votó por ustedes, votó en contra de Chávez y el comunismo criminal que ha implementado en el país progresivamente (gracias en gran parte a la colaboración e inacción de ustedes mismos) y que ahora pretende profundizar a trocha y mocha.
Con estupor, asombro y pasmosidad absoluta, escucho y leo declaraciones de este tipo:
“El sistema electoral venezolano es desproporcional, atenta contra las minorías y debe ser cambiado”. “La modificación arbitraria de las circunscripciones electorales es inconstitucional y favorece al gobierno”. “Si la ley no hubiese sido cambiada, hoy en día tendríamos mayoría en la Asamblea”. Y la mejor de todas: “¿Cómo es posible que con más votos tengamos menos diputados?” (¡No me jodan por favor!)
De manera repentina y después de unas elecciones fraudulentas que no supimos ni siquiera utilizar como punto de quiebre para derrocar al tirano (a sabiendas de antemano que habría fraude) y después de esperar mansamente por más de ocho horas a que la “rastrera” de Tibisay Lucena maquillara las cifras de la pantomima electoral sin ni siquiera tocar una cacerola; resulta que ahora las luminarias de la oposición se dan cuenta que la modificación ilegal de las circunscripciones electorales es aberrante, inconstitucional y arbitraria.
¡Bingo! Nuestros lideres oposicionistas pro-Chávez y anti-rebelión han experimentado una revelación divina de un día para otro. Una revelación que muchos venezolanos y columnistas como yo, veníamos denunciado desde hace más de un año, pero que la gente en medio de su “borrachera electoral”, (borrachera de la cual todavía no se han recuperado) ignoraban a propósito porque la avalancha de votos sería tal, que el dictador no podría hacer el fraude.
Eso decían y pregonaban los falsos profetas oposicionistas. ¿Y por qué tendría la dictadura que hacer fraude el 26 de septiembre si ya el fraude había sido consumado, pensaría el maromero barinés? El fraude fue diseñado y aprobado por la propia oposición meses antes, si acatas las reglas de la contienda, acatas el resultado; no hay derecho a pataleo.
Es por ello que el mensaje de la RESISTENCIA PATRIOTA era muy claro: menos de 85 diputados es fraude y nos tenemos que quedar en la calle. El voto popular demostraría que éramos mayoría, como de hecho sucedió; y la elección no reflejaría la voluntad popular, como de hecho no la reflejó. Lamentablemente el pueblo en su inmadurez política sigue buscando lideres y no se da cuenta de que los lideres somos nosotros mismos. No la MUD ni Chávez.
¿Qué creen ustedes que hubiera pasado si la gente se queda en la calle reclamando las inconsistencias numéricas de la elección y la desproporción aberrante entre los votantes y los diputados electos? Hubiese sucedido lo que ha ocurrido en otros países: El dictador hubiese sido derrocado. Muchos dirán: “pero es que en la madrugada no dieron los resultados completos y no sabíamos”. Con mas razón todavía: todo el mundo para la calle, o corren o se encaraman.
Ya yo voté, ahora le toca al régimen darme los resultados y bien rapidito porque según el propio dictador y Tibisay Lucena, el sistema electoral venezolano es el más eficaz, transparente y expedito del planeta. Sin duda alguna es el más eficaz, pero volteando números y desafiando las estadísticas y los algoritmos matemáticos de todo el sistema solar; con la ayuda de los falsos profetas oposicionistas por supuesto.
Ahora el caramelito dulce es la elección presidencial del 2012, ya veremos de aquí allá que ocurre, así van arriando el ganado. ¿Por qué los falsos profetas de la MUD no exigen la inmediata liberación de los dos presos políticos que salieron electos en la pantomima electoral? ¿Por qué abandonaron a los carabobeños en su reclamo ante la sede regional del CNE en Valencia? Serían tres diputados más para la oposición si se comprueba lo de Carabobo, o mejor dicho, si logran que el CNE tramposo reconozca la impugnación porque ya se sabe que los de la MUD ganaron en ese estado.
Un solo voto robado ya constituye un fraude y es causal de rebelión. ¿Cómo es posible que sigamos viendo centros electorales con 800 votos a favor del candidato comunista y ningún voto a favor de la democracia? ¿Por qué siguen aceptando semejante atrocidad?
Lo que ocurre es que no se puede desafiar la gravedad de un solo lado; ambas partes tienen que hacerlo creer a través de ilusiones ópticas muy bien diseñadas. Esto es fundamental para el proceso de interdependencia entre Chávez y la oposición porque si la manzana se cae y se vuelve papilla, quedarán al descubierto y se les “encojonará” el manso pueblo. La gravedad sí existe, es cuestión de tiempo para que el país lo digiera y actué en consecuencia.
Es una relación bio-dependiente como la de la rémora y el tiburón. Sin Chávez no hay oposición y sin oposición no hay Chávez; es una simbiosis letal para los patriotas pero necesaria para la plebe. El dictador de aquí a enero le ordenará a la Asamblea monocolor la aprobación de cuanta ley sea necesaria para terminar de desmantelar la república, y antes de fin de año, será envestido de nuevo con el poder omnipotente de una nueva Ley Habilitante.
Ya para enero la Asamblea será un jarrón chino y los diputados de oposición unos tontos útiles. La ley de comunas convertirá al país en un experimento comunista de pestilente proceder. La anarquía reinará sin duda alguna y los payasos de la MUD comprenderán el “horror” cometido, el haber avalado fraude tras fraude con tal de seguir viviendo de migajas electorales, les acarreará una muerte política definitiva en la Venezuela post Chávez.
¿Quién se acuerda ahora de los presos políticos? ¿Los falsos politiqueros opositores traficantes de ilusiones de la MUD, no lo creo?
Después de que reine la anarquía y la autocracia castro-chavista haya rebasado los limites de lo humanamente tolerable, los militares patriotas tendrán que actuar y la vía de la negociación se habrá agotado para ambos bandos del espectro político. Ha ocurrido en otras latitudes y en Venezuela no será diferente. Ojalá y me equivoque, pero yo dejé de creer en profetas falsos hace mucho tiempo.
“Mucha gente no puede ni emanciparse, es decir, no puede ni darse cuenta de la esclavitud en que le mantienen las ideas en medio de las cuales se ha educado”
Samuel Butler
¡Patria, Democracia y Libertad!
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