El Fachochavismo: Enemigo de la clase obrera

Fuente: José Rafael López Padrino

El fascismo es un sistema político, económico y social de carácter autoritario, nacionalista que proclama al Estado como la unidad suprema. Su ideología se basa en la supresión de la pluralidad ideológica y la imposición de un pensamiento militarista. Históricamente ha sido un enemigo declarado de la clase obrera

Como buen proyecto facho, el régimen del tte coronel ha demostrado su carácter anti-obrero en estos doce años de desgobierno. En nombre de una falsa revolución, ha eliminado, modificado e ignorado leyes consagradas a la defensa de los derechos de los trabajadores. Ha penalizando el derecho a la protesta y a la huelga, sus cancerberos (guardias nacionales, policías municipales, estadales, grupos paramilitares) han reprimido sin cuartel a los trabajadores. Aproximadamente 250 trabajadores y dirigentes sindicales tienen procesos judiciales abiertos por participar en manifestaciones para exigir la discusión de la contratación colectiva y el pago de pasivos laborales. Han sido sometidos a juicios penales, acusados de violar el artículo 56 de la Ley Orgánica de Seguridad Nacional, que castiga hasta con diez años de prisión a cualquiera que realice manifestaciones públicas en sedes de empresas estatales, o en guarniciones militares. Rubén González Secretario General del sindicato de Ferrominera Orinoco, fue detenido (24-9-09) por defender los derechos de los trabajadores y denunciar el engaño y la mentira del tte coronel con su falso discurso revolucionario.

Pero además, este régimen que se autocalifica de “socialista y antineoliberal” ha hecho suya la perversa precarización laboral. Paradigma laboral propuesto por el Fondo Monetario Internacional como modelo explotador en tiempos de globalización. Mediante esta miserable figura los trabajadores son sujetos al pago de salarios viles, a la eliminación de sus derechos a la sindicalización, así como a la pérdida de importantes conquistas logradas a través de sus convenios colectivos. La tercerización neoliberal ha sido impuesta o preservada en la mayoría de las empresas estatizadas recientemente a fin de reducir los costos de producción a expensas de una mayor explotación de los asalariados.

Al margen de las fantasías oficiales, el salario real cayó de manera significativa en el 2010 con respecto al año anterior, producto de la inflacion galopante que sufre el pais (27,2% al cierre del 2010). Ello se ha traducido en una pérdida sustancial de la capacidad adquisitva de los trabajadores, que según los expertos la estiman en un 19% en comparación con el año precedente.

Pero además, el vocinglero de Miraflores se ha empeñado en corporativizar a los trabajadores venezolanos. A través de ello pretende eliminar los contratos colectivos existentes en la administración pública centralizada y descentralizada, y sustituirlos en forma inconsulta con contratos marcos impuestos a los trabajadores por el gobierno nacional. Con esta corporativización, el iletrado de Miraflores desea enterrar las contrataciones colectivas impulsadas por los sindicatos, figura que se institucionalizó en nuestro país en el año 1936 producto de las luchas libradas por los trabajadores venezolanos. Se olvidan estos enemigos de la clase obrera que las contrataciones colectivas no son dádivas sujetas a la discrecionalidad de un comandante tropero, sino que es un derecho ganado por los trabajadores organizados. Igualmente, aspira destruir a las organizaciones sindicales clasistas, reemplazándolas por entelequias paraestatales, las cuales se han convertido en verdaderos diques de contención de las justas luchas de los trabajadores. Estos sindicatos patronales representan meros instrumentos políticos al servicio del proyecto de dominación del inquilino de Miraflores, que reniegan de los intereses de su clase social aliándose con su antagonista, el Estado explotador, al que sirven como correas de transmisión política dentro del movimiento obrero.

El fachochavismo prometió a los trabajadores venezolanos un salario justo, pero en realidad después de doce años los ha colocado en un nivel de vida aun más bajo, más miserable. Prometió trabajo a los desempleados y los tercerizó, transformándolos en parias de una sociedad capitalista, desprovistos de todos sus derechos, y conquistas laborales. Prometió seguridad social para los asalariados que hoy deambulan huérfanos de la misma. Prometió fortalecer al movimiento sindical, y destruyó a los sindicatos clasistas, arrebatándoles el derecho a la huelga y a la contratación colectiva. Toda una estafa social sin limites en nombre de un falaz socialismo y una bastarda revolución bolivariana.