Venezuela: Doce años de desgobierno y fracasos
Por: José Rafael López Padrino
El pasado 2 de Febrero el régimen del tte coronel cumplió 12 años de desgobierno, ineficiencia, corrupción e improvisación. La magnitud y dimensión de este colosal fracaso se conocerá cuando las fantasías de la propaganda gubernamental muestren las costuras del inefable desengaño. Las esperanzas de superación de la pobreza, y la exclusión social, de disponer de un buen sistema de salud, de abatir la inflación (el impuesto de los pobres), de disfrutar de una seguridad social para todos los trabajadores, de tener una vivienda y trabajos dignos, así como el combate a la corrupción han terminado en el basurero, como tantas de las muchas promesas electoreras incumplidas por este grupete de militares que en nombre de una supuesta revolución han sumido al país en un caos total (reducir la pesada carga burocrática del Estado, transformar el Palacio de Miraflores en Universidad, bañarnos en el Guaire en el 2008, etc.)
Todo ello ocurre en una República cuyas arcas han recibido la exorbitante suma de más 950 mil millones de dólares en estos últimos doce años. Ello equivale aproximadamente a unos 70 planes Marshall (inversión de 13 millardos de dólares en Europa en 4 años para reconstruirla tras la II Guerra Mundial) y los venezolanos nos preguntamos…..¿a donde han ido a parar tales recursos?. A pesar de ello, nuestra economía sigue sumida en una recesión estructural evidenciada por un crecimiento negativo al cierre del 2010 (Producto Interno Bruto -PIB- cayó 3,3%). Sufrimos las consecuencias de una de las inflaciones mas altas del continente y del mundo (27,2 % al cierre del 2010), contrariamente, otros países de la región quienes han logrado controlar en forma efectiva la espiral inflacionaria y cerraron el 2010 con cifras de un solo dígito (Brasil 5,9%, Perú 2%, Colombia 3,1%, El Salvador 2,1%, Chile 3%, y México 4.4%). Además se observa una fuerte caída de las exportaciones de bienes y servicios, un déficit presupuestario cercano a los 14.700 millones de dólares, un desempleo que alcanza el 13% de la población activa, así como un endeudamiento (interno-externo) que se corresponde al 40% del PIB al cierre de 2010. No se han creado nuevos proyectos industriales, el agro está en ruinas, se han destruido miles de empresas privadas y las estatales o recién estatizadas están hundidas en la improductividad. Hemos vivido un engaño colectivo, una ilusión de revolución que en vez de ayudar a los más desposeídos los ha hundido cada vez más en la miseria, frente a una súbita y obscena riqueza de nuevos y poderosos corruptos surgidos a la sombra del poder (boliburguesía). En nombre de un desconocido socialismo se consolida un capitalismo de Estado explotador, con un elevado gasto público (misiones), como un "mal necesario" para apaciguar la protesta popular, preservar el equilibrio interno de la nación y darle continuidad al proyecto hegemónico del inquilino de Miraflores.
En estos doce años de desgobierno, el vocinglero de Miraflores ha tratado de convertir a la educación pública en una herramienta de adoctrinamiento ideológico, de militarizar a la sociedad venezolana, imponiéndole un pensamiento único, de criminalizar la disidencia política, y de transformar las instituciones del Estado en títeres sumisos, sujetas a la voluntad del líder para poner en marcha un proyecto de poder autoritario y personalista. Además, ha conculcado las conquistas laborales de los trabajadores al proscribir el derecho a la huelga, negarse a firmar los contratos colectivos ya vencidos, y al negar el papel de las organizaciones sindicales como instrumentos de lucha de los asalariados. En complicidad con un poder judicial sumiso y genuflexo, ha impuesto un terrorismo laboral que criminaliza la protesta sindical (hay más de 2.000 trabajadores que tienen régimen de presentación ante los tribunales, y más de 200 dirigentes sindicales sometidos a juicio, resaltando el caso de Rubén González, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera Orinoco (Sintraferrominera).
Sin embargo, este colosal fracaso ha pretendido ser enmascarado a través de una repugnante propaganda Goebbeliana y una despreciable manipulación histórica que publicita al tte coronel como el "salvador" de la Patria, escogido por la providencia, y continuador del pensamiento libertario de Simón Bolívar.
El socialismo bolivariano es una estafa social, una entelequia ideológica, un simple camuflaje detrás del cual se esconde un gobierno militarista, populista, y totalitario, así como las pretensiones continuistas de un líder enfermo de poder. Una farsa que usa a los pobres, a los damnificados y a sus tragedias para su propio provecho sin ofrecer resultados reales de progreso y ascenso social para los menos favorecidos.
Etiquetas: Ferrominera
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