Es hora de que Washington tome en serio la oposición venezolana
Por: José
Cárdenas
Fuente. InterAmerican Security Watch
Gráfica Tomada Del Diario El Universal (VEN)
El lunes por la noche en Caracas, los
candidatos de la oposición celebraron su primer debate para decidir quién va a
desafiar a Chávez en las próximas elecciones presidenciales de 2012 en
Venezuela. Como señal de su madurez política, los candidatos se enfocaron en
temas que importan a la inmensa mayoría de los venezolanos y que van desde la
alta tasa de criminalidad en el país hasta la pésima administración económica
por parte del régimen chavista.
Este debate representa otro importante paso adelante en el
largo camino que ha recorrido la oposición venezolana hacia la relevancia
política. Durante casi toda la década pasada la imagen de la oposición – vista
de igual manera en Washington – no ha sido favorable. Era vista como
desorganizada, desesperadamente dividida y carente de una visión que pudiera
ser del agrado de la clase trabajadora que apoya a Hugo Chávez. Sin embargo,
esto ha cambiado y ahora con las serias dudas que han surgido sobre la salud de
Chávez y si este podrá sobrevivir hasta octubre del próximo año. En un
comentario reciente, Chávez dijo a sus seguidores que, “La revolución no puede
depender de un solo hombre.” La oposición venezolana ha obtenido aun mayor
importancia – a tal grado que el gobierno de Obama debe reconocerla.
Los principales candidatos son Henrique Capriles, gobernador
del estado Miranda, que incluye gran parte de Caracas, Pablo Pérez, gobernador
del estado de Zulia, Leopoldo López, ex alcalde del municipio Chacao en
Caracas, y María Corina Machado, una de los fundadores de la organización civil
Súmate.
Los cuatro representan una nueva generación de venezolanos,
sin vínculos con los partidos de la vieja guardia que Chávez ha utilizado como
forraje en su ascenso al poder. Todos los candidatos transmiten un vigor
juvenil y la comprensión de que la Venezuela de hoy es muy diferente a la de
sus padres. Ellos dicen que quieren romper la polarización en el país
establecida por Chávez y proporcionar más oportunidades para las comunidades
marginadas. También dicen que van a unirse detrás de quien gane las primarias
de febrero 2012 para competir contra Chávez.
Cualquiera de los candidatos puede ganar los votos de la
gente adinerada y de clase media, la clave es si se pueden ganar el voto de los
partidarios de Chávez que se encuentran descontentos con la forma en la que se
ha administrado la economía venezolana, con el deterioro de los servicios
públicos,y la delincuencia creciente en las calles.
Sin embargo, no nos equivoquemos al respecto: si de alguna
manera Chávez pudiera sobrevivir lo suficiente para hacer campaña, él será
reelegido. Su popularidad, su disposición de gastar miles de millones para su
reelección y su control de los mecanismos electorales lo convierten en el
favorito. Pero ese es el punto – si el sobrevive hasta la elección. Si sucumbe
a su cáncer, el panorama cambia radicalmente.
Por lo tanto, el gobierno de Obama necesita ver esta
elección como algo más que la victoria asegurada de Chávez y prepararse para un
posible cambio en la política venezolana. Esto se traduce en expresiones de
solidaridad con los candidatos que están tratando de ser elegidos por una vía
democrática y hablar en contra de los intentos chavistas de amañar las
elecciones para su sucesor elegido. La salud vacilante de Chávez brinda la
posibilidad de que las próximas elecciones presidenciales en Venezuela puedan
otorgar una oportunidad para que el pueblo venezolano trace un nuevo curso. Un
curso que tenga presente las grandes disparidades de la sociedad venezolana sin
el radicalismo, el rencor, la polarización y el anti-americanismo de los
últimos doce años. Es fundamental que Washington esté al margen de estos
acontecimientos y que promueva nuestros intereses en el transcurso de estos
acontecimientos.
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