Venezuela: La desidia desangra a PDVSA
Por: Antonio Maria Delgado
Fuente: Nuevo Herald Derrame Petrolero Rio Guarapiche |
La explosión en unas instalaciones de Petróleos
de Venezuela, S.A. el domingo, es el último eslabón de una cadena de
siniestros que develan la pobre gestión de la industria petrolera
venezolana en la prevención de accidentes, en lo que es visto como el
resultado de una altamente inflamable combinación de incapacidad e
indolencia que ha dejado decenas de muertos, cientos de heridos y
devastadores daños ecológicos.
Expertos consultados dijeron que la
industria está registrando una ola de accidentes que muestran cómo la
poca preparación del personal y un deficiente mantenimiento de los
equipos están convirtiendo las instalaciones petroleras venezolanas en
zonas de alto riesgo.
“En una industria tan compleja como esta,
los accidentes pueden ocurrir, nadie está libre de que eso ocurra. Pero
la frecuencia con que ocurren aquí, eso es algo insólito que antes no
ocurría”, declaró en Miami Juan Fernández, ex director ejecutivo de
planificación de PDVSA.
Un trabajador murió y otros dos resultaron
heridos, luego de que maquinaria pesada impactara una tubería mientras
realizaban labores de soldadura en las instalaciones de Petrocedeño, en
el municipio José Gregorio Monagas, al noroeste del oriental estado de
Anzoátegui.
“Se produjo una filtración de una tubería, producto de
que una de las maquinarias la golpeó, se produjo un efecto de rocío y
unos compañeros que estaban ahí soldando fueron alcanzados por el fuego
que produjo la explosión”, explicó el lunes el ministro de Energía y
Petróleo, Rafael Ramírez
Las circunstancias aún están bajo
investigación, pero la explosión elevó a 304 el número de accidentes
graves que han ocurrido en la industria desde febrero del 2003, con un
saldo de 78 fallecimientos y 2,807 trabajadores lesionados, centenares
de ellos de gravedad.
Pero el accidente de Petrocedeño -empresa
mixta en la que participa PDVSA, la francesa Total y la noruega
Statoilhydro- no fue el único que se registró el domingo.
Casi al
mismo tiempo que los trabajadores de la planta lidiaban con la
explosión, obreros de la refinería de El Palito trataban de extinguir el
incendio que se había producido en las instalaciones, ubicadas a
cientos de kilómetros de distancia en el estado Carabobo.
Ambos
accidentes se produjeron semanas después que un buque carguero que
ingresaba de retroceso en el tren 2 de Petroanzoátegui, en el Criogénico
José Antonio Anzoátegui, impactara las instalaciones del muelle
flotante, en lo que fue descrito como un accidente por error humano.
Y
pocos días después de ese accidente, la ruptura de un oleoducto de gran
tamaño provocó el derrame de más de 40,000 barriles de crudo en el Río
Guarapiche, en lo que es considerado como uno de los peores accidentes
ecológicos del país.
Ese derrame, que afectó la principal fuente
de agua potable en el oriental estado Monagas, dejó varias semanas sin
el líquido a su capital, Maturín.
Según el ex gerente de PDVSA,
Horacio Medina, el derrame es emblemático de lo que está ocurriendo en
la industria petrolera venezolana.
“No se están cumpliendo con las
normas y los protocolos de mantenimiento preventivo que se deben hacer
en las instalaciones”, comentó Medina en Miami.
En el caso de la
tubería, está debió haberse sometido a una inspección de rayos catódicos
para tratar de detectar espesores reducidos dentro del ducto por efecto
de la fricción o la erosión interna provocada por la arena o elementos
de azufre contenido en el crudo.
De haberse realizado, el personal
hubiera detectado el tramo de tubería que debía ser reemplazado, con lo
cual la ruptura no se hubiera producido.
“Es obvio que estas labores no se están realizando”, señaló.
Pero también es obvio que la impericia de los trabajadores también jugó un papel importante en el derrame.
Una
vez que se produjo la ruptura de la tubería, los trabajadores tomaron
más de 24 horas en detener el bombeo de crudo por desconocer el
protocolo a seguir. Ese error fue el que convirtió el derrame en un gran
desastre ecológico, luego de que el equivalente de medio buque tanquero
fuese bombeado al río.
Derrames como estos se producen con mucha frecuencia en el otro extremo del país.
Según cifras ofrecidas por el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, reseñadas por el diario Tal Cual,
se han producido cerca de 2,400 derrames de petróleo durante los
últimos 10 años. El número equivale a un promedio de casi 20 derrames
mensuales.
Números como estos muestran una clara desviación de la
cultura que previamente mostraba la industria de preservar elevados
estándares de seguridad.
“En el pasado, la industria llevaba unas
estadísticas y se mostraba en cada planta el número de horas hombres sin
accidente. Eso se hacía porque era un incentivo para que los
trabajadores tuvieran un extremo cuidado de sus operaciones. Había
charlas todas las mañanas en las plantas para los efectos de indicarle a
la gente que hay que trabajar con cuidado, y constantes sesiones de
entrenamientos para mejorar la capacidad de prevención de accidentes”,
comentó Fernández antes de añadir: “Todo eso se ha perdido”.
Por
otro lado, la política de expropiaciones adoptadas por el gobierno de
Hugo Chávez también está contribuyendo a la ola de accidentes que azota a
la industria.
Medina comentó que muchas de las empresas privadas
que suministraban servicios a la industria contaban con un personal
altamente capacitado que ayuda a prevenir los accidentes.
“Pero
muchas de esas compañías fueron expropiadas, o confiscadas, por el
gobierno, y al ser absorbidas por el Estado, gran parte de su personal
terminó saliendo y siendo remplazado por personal no capacitado”,
afirmó.
Siga a Antonio María en Twitter: @DelgadoAntonioM
Etiquetas: Energía y Petróleo
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