El Liberalismo del Siglo XXI
Tiempo Vertical
Por: Carlos R.
Alvarado Grimán
Fuente: Hispanos Report - Miami
“Entre los
individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”
Benito Juárez
En el libro “Sobre la
Libertad” John Stuart Mill, lanza la tesis sobre las libertades individuales
que hoy por hoy son banderas fundamentales que sustentan el liberalismo mundial
como lo son: La libertad de conciencia, de expresión, de opinión y de acción. Stuart
Mill sentenció que “todo aquello que sofoca la individualidad, sea cual sea el
nombre que se le dé, es despotismo”
En Latinoamérica desde
niños nos inculcan una serie de ideas y valores acerca de nuestra sociedad, que
a la postre terminan moldeando nuestro comportamiento o tendencia política. El
por qué de los desposeídos, los marginados y la falsa premisa que reza que todas
las desgracias humanas emanan de seres perversos, ricos, burgueses u oligarcas
que privan de oportunidades a las grandes mayorías. Es el concepto de la total
irresponsabilidad individual y la negación del papel que juegan los sujetos en
la construcción de sus propias realidades.
En las novelas latinoamericanas
los ricos son representados por seres malignos y crueles, por el contrario los
pobres encarnan a individuos dechados de virtudes, sin manchas, víctimas
pasivas de los ricos. Según estos argumentos, los ricos no tienen virtudes,
mientras los pobres no tienen defectos.
Eduardo Galeano en su libro
Las Venas Abiertas de América Latina, nos habla del despojo que hizo Europa de
nuestras riquezas, atribuyendo a esto la razón por la cual, no logramos salir
del subdesarrollo, obviando que la historia de la humanidad está plena de
choques de civilizaciones que han contribuido al progreso cultural y económico
de los pueblos. Galeano concluye como siempre en la misma retahíla de
historietas socialistas, donde la
humanidad toda es culpable de nuestros males, desgracias y carencias, pero
nunca nosotros mismos.
En el socialismo han sido
unos verdaderos maestros en fomentar la autocompasión y el resentimiento social,
como una vía para controlar y esclavizar a los pueblos, vulnerar derechos
individuales en pro de un supuesto “bien
común” que en la práctica nunca se materializa, sino que por el contrario sus políticas
igualitaristas, son generadoras de mayor pobreza y destruye el derecho a la
propiedad privada, como una vía para arrebatarles a los ciudadanos sus libertades
fundamentales.
El socialismo fracasa
porque lejos de promover el desarrollo del individuo lo castra, dando paso a
formas de gobiernos populistas y
proteccionista, perpetuando los males de nuestras sociedades. El afán controlador
del Estado todo poderoso que todo lo coordina, centraliza y “organiza” a través
de la coacción y el aplastamiento de toda iniciativa humana, anula la creación
individual y conduce rápidamente a los países al desabastecimiento y a la ruina
económica.
Latinoamérica debe despertar,
las condiciones parecen dadas para que iniciemos un camino cierto hacia una
sociedad mucho más abierta, un sistema económico político y social donde impere
la libertad y el individuo sea el protagonista en la construcción de su propio futuro:
El liberalismo del siglo XXI.
Etiquetas: Liberalismo
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