Pájaro Enjaulado: Sobre la tumba de nuestros sueños
Tiempo Vertical
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
Libertad y democracia son
dos elementos sustantivos e indisolubles en
la ecuación que permite al individuo en sociedad forjar su felicidad
plena. El capitalismo por su parte como
sistema económico permite el desarrollo del potencial humano, para alcanzar
sueños transformadores de las propias realidades y del mundo circundante.
Hoy por hoy conocemos el desastre que ha significado el
socialismo para los pueblos que lo han
sufrido. Ninguna sociedad progresa y se desarrolla con organismos centralizadores
y coordinadores de todas las actividades que rigen la vida del ser humano,
porque tales mecanismos castran la iniciativa y la capacidad de crear y
desarrollar ideas en los hombres. Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Venezuela son ejemplos de la estupidez humana empeñada siempre en chocar contra la misma piedra, con
la cual chocaron países como la URSS, China y Cuba.
Los embates contra la
propiedad privada siempre han sido objetivos fundamentales de los regímenes
socialistas. Equivale a cortar las alas y enjaular el espíritu de los hombres, para
esclavizarlos. Uno de los padres fundamentales de la democracia John Locke
señaló muy acertadamente que: "privar a alguien de su propiedad, equivale
a arrebatarle su libertad"
La libertad, la democracia
y el capitalismo han sido invencibles en el mundo porque en esencia estos
valores sintetizan el sentido de pertenencia de cada individuo y su afán para
alcanzar metas materiales y tangibles que contribuyan al bienestar de sus
familias y la sociedad donde se desenvuelven. El socialismo por el contrario
actúa en contra natura coartando las iniciativas y el deseo de progresar de los
individuos.
La lucha de los pueblos
latinoamericanos por alcanzar sociedades más justas no pueden ni deben fundarse
en la injusticia igualitarista sino en incentivar el genio, la creatividad y el
sentido del progreso. El populismo socialista del siglo XXI como veneno social conspira
contra esto mediante el uso de la dadiva, el mendrugo y de políticas asistencialistas
para arrancarle la libertad a sus pueblos, pero afortunadamente están
fracasando. Gran parte de los ciudadanos latinoamericanos concuerdan con otro
grande de la democracia como lo fue Benjamín Franklin, al sentenciar que "Quienes
son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña
seguridad temporal no merecen libertad ni seguridad"
El pueblo latinoamericano
es en esencia libertario y luchará contra intentos de regímenes de derecha o de
izquierda que traten de arrebatarles sus
libertades y sus derechos a vivir en democracia y alcanzar sus metas materiales
y espirituales. Parafraseando a Maya Angelou: Los Latinoamericanos no serán
pájaros enjaulados que permanecerán quietos sobre la tumba de sus sueños! Etiquetas: Liberalismo
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