Roger Noriega: Crisis post-chavista: Una oportunidad para Venezuela

Por: Roger Noriega
FUENTE: IASW

Hugo Chávez no vivirá lo suficiente como para expiar su abuso a millones de venezolanos ni para corregir las políticas corruptas y destructivas que han destrozado al país que ahora deja atrás. Por otra parte, a pesar de que sus compinches y sus amos cubanos están maniobrando para mantenerse en el poder, una sucesión chavista no sería estable ni sostenible. Con un liderazgo mas audaz de parte de los demócratas venezolanos y la solidaridad internacional, puede que el legado de Chávez sea enterrado con el.

Las bases del chavismo están siendo sacudidas por una inminente crisis socioeconómica, un sector petrolero vacilante, amargas luchas al interior del movimiento, la complicidad con el narcotráfico y el terrorismo, el crimen rampante, el pobre desempeño y la ineptitud del sucesor ungido por Chávez, el creciente rechazo a la interferencia cubana, instituciones corruptas y elecciones fraudulentas. Acosado por estos retos y con la ausencia de Chávez de la boleta electoral, el régimen va a utilizar todas sus ventajas para diseñar una victoria en la elección especial que se llevará a cabo para escoger un nuevo presidente.

La devaluación de la moneda el mes pasado representó un esfuerzo demasiado pequeño y tardío como para detener la caída de la economía venezolana que ha sido diezmada por la mala administración, la corrupción desmedida y las políticas económicas que llevaban la intención de estrangular al sector privado independiente. El equipo económico chavista esta luchando para estabilizar la economía antes de las elecciones, pero su incompetencia es evidente en la medida que emite restricciones que ahogan a la producción y el comercio. La inflación, la escasez de alimentos, los cortes de energía y una infraestructura que se desmorona están severamente empeorando la calidad de vida de los venezolanos.

A diferencia del pasado, Venezuela no será salvada por ganancias inesperadas resultantes de los ingresos petroleros, porque la producción ha disminuido considerablemente. Contrario a las cifras oficiales, la producción real es de 2,4 millones de barriles por día, muy por debajo de los 3,3 millones de barriles diarios que se producían antes de Chávez. Los acuerdos preferenciales con China, Rusia e Irán y los regalos a Cuba y a otros estados clientelistas en el Caribe y América Central están desangrando a Venezuela. Aunque China prestó unos $28 mil millones de dólares a Chávez en los últimos meses, Beijing ha cerrado su talonario de cheques debido a la dudosa legalidad del régimen provisional y el simple hecho de que Venezuela no tiene crudo para vender. Como consecuencia de este desastre, existen informes que detallan que en realidad Venezuela esta importando gasolina para satisfacer la demanda interna. En pocas palabras, Chávez politizó la empresa petrolera estatal y trató a los ingresos de la empresa como su fondo de caja chica – por lo que, en la actualidad, la empresa está en ruinas y la caja está vacía.

Hace unos meses, parecía lógico que las facciones rivales dentro del chavismo – un grupo civil leal a la Habana y un cuadro militar implicado en el narcotráfico- apoyarían el ascenso del vicepresidente, Nicolás Maduro. Sin embargo, desde que cobró protagonismo tras la desaparición de Chávez hace tres meses, Maduro no ha logrado convencer incluso a sus partidarios de que puede emprender una campaña electoral exitosa tras la muerte de Chávez. Su actuación deslucida ha llevado a los narcogenerales a concluir que su líder, el presidente de la Asamblea Nacional y veterano militar, Diosdado Cabello, tiene una mayor capacidad para mantenerse en el poder.

Según fuentes venezolanas, los presuntos vínculos de Cabello con el narcotráfico han alienado a algunos funcionarios profesionales que temen convertirse en el blanco de la justicia estadounidense. Además, muchos oficiales militares venezolanos están inquietos acerca de una sucesión constitucional de naturaleza dudosa y la microgestión cubana. En consecuencia, algunos han empezado a cortejar a lideres alternativos que rechazan la interferencia de la Habana, así como la criminalidad. Es así que el chavismo y su control sobre las fuerzas militares puede estar desintegrándose.

El gobernador Henrique Capriles Radonski se considera como el líder de facto de la oposición, basado en el hecho de que él fue el candidato de unidad que libró una fracasada campaña electoral contra Chávez el año pasado. Sin embargo, dada la importancia de las elecciones anticipadas y la decepción que el estilo complaciente de Capriles ha provocado en algunos miembros de la oposición, otros actores independientes han comenzado a tomar la iniciativa. Congresistas clave pertenecientes a la oposición están exigiendo reformas democráticas simples pero significativas al sistema electoral amañado y una multitud de estudiantes universitarios se han levantado en contra de la corrupción y la injerencia cubana. Capriles puede mostrar su liderazgo al negarse a jugar con las reglas que le han sido impuestas por un régimen criminal.

Los estadounidenses deben saber que ahora mismo se desata una lucha en Venezuela que podría convertir a un narcoestado antiamericano en un vecino amigable, prospero y democrático. Cabe destacar que en medio de esta tumultuosa lucha por el poder, el primer instinto del Departamento de Estado de EE.UU. fue el de iniciar negociaciones con el corrupto y hostil régimen chavista para normalizar las relaciones diplomáticas entre los dos países – una medida que daría legitimidad a un régimen criminal, socavando los esfuerzos de los demócratas venezolanos y las investigaciones criminales que se encuentran en curso.

Por el bien de Venezuela y su gente, este es el momento para que la personas de bien hagan lo que saben que es correcto – con urgencia, inteligencia y con valentía.



Roger Noriega fue subsecretario de Estado adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental y embajador ante la Organización de Estados Americanos en la administración del presidente George W. Bush (2001-2005) y es un investigador visitante en el American Enterprise Institute. Su firma, Visión Américas LLC, representa a clientes estadounidenses y extranjeros.