Nueva Esparta y el Desastre de la Auyama

Por: Juan Rosas - Silbandito
Fuente: Diario La Hora

Los maneirenses estamos preocupados porque si se hacen 3.500 casas en los terrenos de La Auyama se acaba la paz en los municipios Maneiro y Mariño. Si porque vendría gente de todos los sectores de Margarita, de Sucre, Bolívar, Anzoátegui, Monagas, Amazonas y se generaría una hecatombe social de grandes connotaciones. Se mataría de un solo plumazo el desarrollo potencial de dos municipios tan importantes para el progreso de Nueva Esparta, pues a partir de ese momento colapsarían los servicios de agua, luz, aseo urbano y por supuesto tendríamos en estos dos municipios miles de personas de las cuales no sabemos su procedencia.

 Menos mal que es una propuesta de la fantasía que con la llave mágica tratan de captar los votantes que les permita ganar las elecciones en dos municipios que están aferrados a la democracia con D mayúscula y donde es difícil puedan entrar alcaldes rojitos. Es una realidad que hacer 3.500 casas solo es una fanfarronería de Nicolás porque si inauguraron apenas 15 casas por los lados de la Juan Bautista Arismendi y realizaron un alboroto enorme, se imaginan ustedes cómo este proyecto urbanístico ilusorio repercutiría en los confines de la patria. De seguro que estarán trasmitiendo durante una semana seguido en cadena nacional para mostrar al mundo un acontecimiento de gran connotación internacional.

 Pero los maneirenses y porlamarenses si cuentan para los efectos de construir una obra de esas dimensiones que frenaría su desarrollo, pues no se trata de hacer las casas o no, sino de dar una puñalada a esos espacios del desarrollo de estos municipios para marginalizar esos espacios. Es que los estudiosos de la Planificación Urbana sostienen que es una locura iniciar cualquier propuesta habitacional en terrenos destinados al desarrollo urbanístico de la región, y donde cabría de seguro un gran complejo urbanístico o una cadena de hoteles o un Centro de Convenciones que tanto necesita el estado Nueva Esparta. Pero como cada cabeza es un mundo en uno de esos días de lucidez del prócer del FUS, William Fariñas se le ocurrió vender la idea ante los organismos nacionales que ni siquiera conocen el desarrollo de Nueva Esparta y le puso en las narices este lomito que trastoca el progreso de la región. Y es que saben las autoridades gubernamentales que sería una bomba explosiva meter en este espacio de Maneiro y Mariño una locura de esa naturaleza que terminaría matando el futuro de la región. Este caso es parecido a la destrucción del Puerto de La Mar que quedó convertido en un edificio destruido por el paso de los años y en vez de tener una zona de futuro terminó matando el desarrollo de la Ciudad Marinera. Pero a eso apuestan y no podemos ir contra la corriente, pero corresponde a los habitantes de los dos municipios iniciar una consulta popular que implique hacer esas viviendas en otro espacio de Margarita, donde no se castre el desarrollo de la región.

Ahí está la fantasía de Fariñas con su carga de sueños a la espera de que en algún momento cuando la riqueza petrolera vuelva al país, iniciar una propuesta aberrante, no por la solución habitacional que se han podido realizar en otros espacios, sino por la perversidad que lleva el proyecto de enterrar el futuro de la región. Con tanto terreno en Margarita se le ocurrió a Fariñas vender la idea de los terrenos de La Auyama, espacios que tienen dueños y son herencia de los robleros. Ahí está la propuesta ficticia para pescar ilusos y tienen la palabra los ciudadanos de Maneiro y Mariño con una consulta popular que le permita a los ciudadanos hablar en revolución, pues ya el presidente del Colegio de Arquitectos, Juan Martínez Liscano lanzó al aire este planteamiento para que sean las comunidades los verdaderos dueños de su futuro.