Otorgarle a un extranjero una ley habilitante, constituye un delito de traición a la patria
POR: ELÍAS A BUCHSZER CABRILES
¿Se puede otorgar válidamente una Ley Habilitante, o ley de delegación legislativa, a una persona que se desempeña como Presidente de la República si la condición de legitimidad presidencial está seriamente cuestionada por razones de inconstitucionalidad?
1.- Para dar respuesta racional a esta interrogante es necesario ir, en nuestro caso, al texto constitucional por ser éste, en su condición de expresión genuina de la soberanía popular, la fuente creadora de los órganos del Estado, según la prescripción del artículo 5.
Consecuente con la norma citada, el artículo 7 afirma que “todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución”, confirmando que ésta (la Constitución) es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico.
2.-La Presidencia de la República, denominación funcional con la cual se conoce, igualmente, al Poder Ejecutivo, es una de las Ramas en que se divide el Poder Público Nacional, como lo establece el artículo 136 constitucional, siendo el Presidente de la República su funcionario de más alto rango, bajo cuya responsabilidad están la jefatura del Estado y la representación de la Nación, la jefatura del Gobierno Nacional o dirección de la Administración Pública y la dirección de la Fuerza Armada Nacional con el carácter de Comandante en Jefe y el ejercicio de su suprema autoridad y jerarquía y de su mando supremo.
3.- ¿A quién se le puede otorgar una Ley Habilitante?
La función legislativa corresponde monopólicamente en Venezuela al Poder Legislativo Nacional, representado funcionalmente por la Asamblea Nacional, a quien le está atribuido legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el funcionamiento de las distintas ramas del Poder Nacional. En los ámbitos regional y local esa función ligeferante está confiada constitucionalmente a los Consejos legislativos y a los Concejos Municipales, respectivamente. Pero por vía de excepción, y debido a circunstancias muy especiales, nuestro texto constitucional permite que el Órgano Legislativo confíe al Presidente (quien sólo posee la potestad reglamentaria de las leyes para facilitar el desempeño de la administración) el regular (alguna y a veces varias), materia previamente determinada en su objeto, propósito y alcance para atender una NECESIDAD APREMIANTE del Estado, excluida de esta regulación de excepción todo ámbito que tenga que ver con derechos fundamentales de las personas y materia procedimental, no se puede bajo régimen de habilitación legislar sobre materia penal, sustantiva ni adjetiva, ni sobre materia tributaria o impositiva, la negrilla y subrayado es nuestro. Este ámbito material no es delegable bajo ninguna circunstancia y constituye la reserva legal de naturaleza formal. Fuera de la figura del Presidente de la República no es posible otorgar una habilitación legislativa. Entiéndase bien.
4.- ¿Cuáles son las exigencias constitucionales para acceder a la dignidad y ejercicio del cargo presidencial?
Entre nosotros son muy pocas, pero son de naturaleza irrefragable: Su ausencia no es subsanable, no es redimible, no se puede obviar. En efecto, el artículo 41 sólo exige ser venezolano por nacimiento y sin ninguna otra nacionalidad y el 227 agrega la mayoría de treinta (30) años, ser de estado seglar (laico) y no estar sometido a condena penal definitivamente firme. Hay que hacer notar que la condición de “venezolano por nacimiento sin ninguna otra nacionalidad” es de naturaleza absoluta, para lo que no admite coexistencia con ninguna posibilidad extra nacional, porque en el fondo de esa condición están involucrados valores e intereses superiores, tales como la defensa y garantía de los “Principios Fundamentales” que sustentan y definen la substancia real y eterna de la República, así como su base filosófica recogida en el Preámbulo de la Constitución. Además, existe una plena articulación de los valores que nutren a todas las instituciones civiles y militares, los derechos individuales, las obligaciones de los funcionarios a todos los niveles y el sometimiento obligacional, sin reserva alguna, de los conductores del Estado (los titulares de los Poderes Públicos Nacionales), a lo ordenado por el texto constitucional, como quedó expresado de manera imperativa en su artículo 7, al afirmar: “La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución”. Postulación de un orden obligacional pleno y hermético, sin ninguna opción para la innovación ni la discrecionalidad.
5.-¿La condición presidencial de Nicolás Maduro Moro satisface el mandamiento constitucional?
La respuesta obligada es “NO”. Cada día la duda acerca de su nacionalidad sin ninguna otra va cediendo terreno a la certeza de que no la posee. En más de cinco meses de “ocupación” del cargo de Presidente no ha podido acreditarla. Los ciudadanos hemos agotado civilmente las vías administrativas y judiciales en procura de que los órganos del Estado, concernidos en este delicado asunto, nos aclaren la situación, y de ninguno hemos obtenido respuestas afirmativa o negativa, lo que eleva la preocupación ciudadana a la categoría de bochorno y vergüenza nacional, por la indefensión que nos condena el silencio malicioso del Estado. Los correspondientes funcionarios administrativos y judiciales se han coaligado para asestar un vergonzoso, antijurídico y antinacional golpe a la Constitución en beneficio de intereses castro-comunistas. Las normas constitucionales contenidas en el artículo 41 y 227, portadoras de preocupación republicana y soberanía nacional, quedaron factualmente derogadas por el Directorio del Consejo Nacional Electoral y de las Salas Electoral y Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. En tal real y desventurada situación, a los ciudadanos sólo nos resta acudir, en gesto obstinado de rebeldía democrática, a la Fuerza Armada Nacional quien en ejercicio de la FUNCIÓN MODERADORA que le consagra el artículo 330 de la Constitución, (agotadas como están las demás vías), deberían proceder: primero, a emplazar a Nicolás Maduro Moro a que produzca y ponga al alcance de los ciudadanos para su examen y verificación la “Partida de Nacimiento” auténtica; y segundo, De no hacerlo en el tiempo que se le señale, desconocerlo formal y públicamente como “Comandante en Jefe” de la Institución. Creemos, así mismo, que el Señor Henrique Capriles y a la MUD., le asiste el no evadible compromiso de plantearle el mismo requerimiento en tiempo perentorio y , de no ser satisfechos, podrían manifestar a nombre de los venezolanos que no reconocerán ningún compromiso internacional ni nacional suscrito o contraído por Nicolás Maduro Moro a nombre de la República hasta tanto no despeje su dudosa y ambigua condición de nacionalidad. DE NO HACERLO DENTRO DEL LAPSO PERENTORIO, reputarlo como usurpador del cargo y de la función presidencial.
6.- Hemos expresado en el punto 3, que una Ley Habilitante sólo se le otorga a un Presidente Constitucional para los fines y condiciones allí asentados. El Señor Nicolás Maduro no ha probado serlo, al no cumplir con el mandato pétreo del artículo 41. Por no representar Nicolás Maduro el sujeto presidencial a que se contrae la precitada norma, no puede gozar de la autorización legislativa especial indicada en el numeral 8º del artículo 236. En las circunstancias actuales, su otorgamiento no sería procedente, porque ello equivaldría a relegar la exigencia de nacionalidad genuina y única como problema axial del cual depende la existencia y validez de la legitimidad presidencial en Venezuela a un “DETALLE IRRELEVANTE”, o sea, a un requerimiento sin importancia o simple capricho del legislador constituyente, como algunos dirigentes políticos lo ha sostenido. Transitar por esa vía es jugar a la aventura el destino de una Nación y despojarnos del concepto y valor de la nacionalidad: ES EL PÓRTICO DE LA DISOLUCIÓN DE LA REPÚBLICA.
CONCLUSIÓN: El instrumento que se pretende otorgar al Señor Nicolás Maduro M., con el inapropiado y engañoso título de “Ley Habilitante”, carecería de toda sustancia jurídica y sin valor constitucional alguno; y el uso que de él se hiciera- si en definitiva fuere expedido por la Asamblea Nacional- sería absolutamente írrito y sus efectos ineficaces y nulos .
ABOGADOS CONSTITUCIONALISTAS DEL TERCER FACTOR.
Etiquetas: Esequibo Traición, traicion patria
2 Comments:
Con todo el respeto y consideración a la opinión emitida y a tenor del análisis que publica, me permito un comentario que nada de jurídico tiene, puesto que no he trabajado, ni me he entrenado y experimentado en otra materia que aquella del área de policía y de seguridad pública.
Y porque el problema en Venezuela no es jurídico; como lo he sostenido en más de tres décadas y en múltiples notas si haber sido refutado, puesto que el tema se niega a ser discutido.
El problema es substancial y eminentemente político y consecuencialmente, en función de sustentar el punto en comento, refiero cuatro opiniones de cuatro reconocidos, indubitados y permanentes opinantes en la vida política venezolana, siglo XX y XXI.
Para no irnos por las ramas, poner una fecha que coincidiendo en espacio, sin embargo se limite en el tiempo a terminologías y las expresiones en sus escritos y declaraciones que, pragmáticas, actualizadas y evitando las teorizaciones, tomaremos a partir de la salida del poder de Marcos Evangelista Pérez Jiménez en enero de 1958.
Afirmó Ramón Guillermo Aveledo, el vocero oficial de la MUD, que lo de la nacionalidad de Nicolás Maduro Moros, resulta: “irrelevante”
Afirmó Henry Ramos Allup, Secretario General de AD y vocero oficial de esa vieja y conocida tolda: “pasar la página sobre legitimidad de Maduro”
Afirmó Teodoro Petkoff, fundador del MAS y director del diario Tal Cual: “discutir sobre nacionalidad de Maduro es completamente intrascendente”
Para Eduardo Fernández, dirigente de Copei y actual presidente del IFEDEC, el asunto no reviste importancia puesto que en sus opiniones y escritos, nada refiere.
¿A qué se refiere ese evidentemente evadido tema de la nacionalidad de Nicolás Maduro Moros?
A la primera de las tres determinantes y característica de la política venezolana, quizás a partir de 1811, pero definitivamente a partir de 1958: a) la evasión al conflicto; b) la ley del menor esfuerzo; c) la ausencia de rendición de cuentas.
Y es precisamente, a los términos que pauta una Constitución, la número 26 desde 1.811, los cuales, como queda suficientemente comentado y documentado, para la “dirigencia” opositora es irrelevante, es intrascendente; tanto que debemos pasar la página y que no merece comentarios alguno en los más importantes voceros de esto que rimbombantes se presentan ante los moradores de un territorio –que no ciudadanos–, como dirigentes.
Si para esa “dirigencia”, opositora o no, la inobservancia de la Constitución entonces resulta, irrelevante, intrascendente, de pasar la página y no digna de comentar, entrar en estas certeras disquisiciones jurídicas, casi se zambulle y nos lleva al terreno de esa eternizada discusión sobre el sexo de los ángeles.
Rafael Rivero Muñoz
@rarmuz
http://rriverom.wordpress.com/
Con todo el respeto y consideración a la opinión emitida y a tenor del análisis que publica, me permito un comentario que nada de jurídico tiene, puesto que no he trabajado, ni me he entrenado y experimentado en otra materia que aquella del área de policía y de seguridad pública.
Y porque el problema en Venezuela no es jurídico; como lo he sostenido en más de tres décadas y en múltiples notas si haber sido refutado, puesto que el tema se niega a ser discutido.
El problema es substancial y eminentemente político y consecuencialmente, en función de sustentar el punto en comento, refiero cuatro opiniones de cuatro reconocidos, indubitados y permanentes opinantes en la vida política venezolana, siglo XX y XXI.
Para no irnos por las ramas, poner una fecha que coincidiendo en espacio, sin embargo se limite en el tiempo a terminologías y las expresiones en sus escritos y declaraciones que, pragmáticas, actualizadas y evitando las teorizaciones, tomaremos a partir de la salida del poder de Marcos Evangelista Pérez Jiménez en enero de 1958.
Afirmó Ramón Guillermo Aveledo, el vocero oficial de la MUD, que lo de la nacionalidad de Nicolás Maduro Moros, resulta: “irrelevante”
Afirmó Henry Ramos Allup, Secretario General de AD y vocero oficial de esa vieja y conocida tolda: “pasar la página sobre legitimidad de Maduro”
Afirmó Teodoro Petkoff, fundador del MAS y director del diario Tal Cual: “discutir sobre nacionalidad de Maduro es completamente intrascendente”
Para Eduardo Fernández, dirigente de Copei y actual presidente del IFEDEC, el asunto no reviste importancia puesto que en sus opiniones y escritos, nada refiere.
¿A qué se refiere ese evidentemente evadido tema de la nacionalidad de Nicolás Maduro Moros?
A la primera de las tres determinantes y característica de la política venezolana, quizás a partir de 1811, pero definitivamente a partir de 1958: a) la evasión al conflicto; b) la ley del menor esfuerzo; c) la ausencia de rendición de cuentas.
Y es precisamente, a los términos que pauta una Constitución, la número 26 desde 1.811, los cuales, como queda suficientemente comentado y documentado, para la “dirigencia” opositora es irrelevante, es intrascendente; tanto que debemos pasar la página y que no merece comentarios alguno en los más importantes voceros de esto que rimbombantes se presentan ante los moradores de un territorio –que no ciudadanos–, como dirigentes.
Si para esa “dirigencia”, opositora o no, la inobservancia de la Constitución entonces resulta, irrelevante, intrascendente, de pasar la página y no digna de comentar, entrar en estas certeras disquisiciones jurídicas, casi se zambulle y nos lleva al terreno de esa eternizada discusión sobre el sexo de los ángeles.
Rafael Rivero Muñoz
@rarmuz
http://rriverom.wordpress.com/
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