Las cadenas de oro que podrían terminar de hundir a Venezuela
El gobierno revolucionario creyó que alejarse “del yugo del dólar y volver al oro” podría salvarlo, pero resultó ser todo lo contrario
Por: Efrain Salazar
Fuente: PanAm Post - El Canal
Hacer una lista de los errores en materia económica de Venezuela parecería una perdida de tiempo. ¿Por dónde empezar? ¿El control cambiario? ¿el subsidio de la gasolina? ¿las expropiaciones? ¿las leyes que atentan contra la libre empresa? ¿la continua persecución contra el sector formal a favor del sector informal? La lista solo “pica y se extiende” tras más de 15 años de negación. Mientras tanto, los venezolanos, sin importar su nivel económico e ideología política, sufren sus consecuencias.
Todas estas medidas tienen algo en común, está en manos del Estado venezolano el poder echarlas para atrás reduciendo su impacto a futuro. Sin embargo, ¿qué pasa con esas medidas que se han tomado en los últimos 15 años que atraparon a Venezuela en una reja de consecuencias inimaginables? Hablamos de la decisión de cambiar sus reservas internacionales por oro a finales de 2011.
Para tener una idea del tamaño de la carnicería de las reservas venezolanas, primero se debe comenzar por calcular su valor. Resulta prácticamente imposible saber a ciencia cierta cuánto dinero tiene el Estado venezolano, pues durante el gobierno del ya desaparecido expresidente Chávez, Venezuela creó una serie de fondos discrecionales que le daba mayor autonomía al Poder Ejecutivo.
Resulta poco práctico calcular en base a estos fondos, pues no se sabe cuánto dinero hay en ellos, así que usamos la información suministrada por el Banco Central de Venezuela (BCV).
El BCV informa que las reservas internacionales del país para este mes de julio se encuentran alrededor de los US$21.620 millones, de los cuales el 70% se encuentran en forma de oro. Para dar una idea de lo que esto representa, solamente la dotación financiera de la Universidad de Harvard es de aproximadamente US$30.000 millones.
El oro es visto por lo general como un bien físico preciado, tangible, que nunca pierde su valor. Sin embargo, el oro, como cualquier otra mercancía, se maneja en los mercados bursátiles y es susceptible a la especulación de quienes lo compran o lo venden. ¿Qué mueve la especulación detrás de los precios del oro? El miedo a la inflación.
A partir de noviembre de 2008 la Reserva Federal de EE.UU. puso en práctica una política monetaria completamente radical en un intento de despertar su economía. Comenzó a comprar en grandes cantidades activos financieros para inyectar capital a la economía. A este programa se lo conoció como Flexibilización Cuantitativa , o Quantitative Easing en inglés.
Ante tal medida, la gente claramente temía una ola inflacionaria en Estados Unidos, pues se estaba poniendo dinero inorgánico en circulación y se protegió comprando oro, haciendo que su precio subiera.
El Quantitative Easing se mantuvo por cinco años, y para octubre del año pasado la Reserva Federal de EE.UU. anunció un retroceso paulatino de la compra de activos. Los precios del oro sufrieron bastante, sin embargo al ser un recorte paulatino, no terminaron de tocar fondo.
Ya para noviembre de 2013 el gobierno venezolano se había percatado del terrible error que había cometido, al entrar en el mercado del oro tan tarde; lo compraron en su punto más alto, y en menos de dos años se comenzó a desplomar. El BCV se apresuró a firmar un acuerdo con el gigante financiero Goldman Sachs para intercambiar el oro en un plazo de siete años, pero ¿por qué un período de tiempo tan largo? Porque, al poner todo el oro en venta de una vez, se inundaría el mercado y los precios caerían aún más.
Ahora, el pasado miércoles 9 de julio, la Reserva Federal de EE.UU. anunció que para octubre de este año pondría fin al Quantitative Easing. Esto ejercerá aun más presión sobre los precios del oro, precios a los que Venezuela está encadenada. Con unas reservas internacionales bajas, un país como Venezuela en el cual se importa todo, el futuro no es nada prometedor.
Todo por una medida arbitraria, un simple capricho, el gobierno revolucionario creyó que al alejarse “del yugo del dólar y volver al oro” podría liberarse de los mercados financieros, y sin darse cuenta se expuso a sus mayores riesgos. Venezuela sufre y continuará sufriendo las consecuencias de tener una economía controlada y un banco central que no es autónomo y cuya política monetaria es dictada por los intereses políticos del momento.
Etiquetas: Robo Oro Reservas Internacionales
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