La catástrofe venezolana
Por: Super User
El MERIDIANO de SUCRE - Colombia
Primero fueron Leopoldo López, Daniel Ceballos e Iván Simonovis; recientemente se les sumó Antonio Ledezma. Muy seguramente en contados días les seguirá María Corina Machado. Si alguno de estos nombres le resulta conocido, déjeme ilustrarlo que estas figuras públicas representan la oposición en el hermano país bolivariano y han sido enmudecidas poco a poco de manera cobarde por el gobierno Maduro. ¿La razón? Por no haberse tragado la falacia del socialismo del siglo XXI. Se dice que los hechos notorios y las afirmaciones y negaciones indefinidas no requieren prueba. Así que aseverar que Venezuela actualmente es un Estado fallido constituiría una verdad sabida. Una inflación del 68,5%, un desabastecimiento de alimentos sin atenuantes, una reducción de categoría B a CCC por calificadora Fitch (indica muy posible suspensión de pagos), una recesión del -4 %, una devaluación del bolívar que supera el 70 %, entre otras calamidades, son elementos suficientes para manifestar que el Estado venezolano es incapaz de brindar garantías en servicios básicos, responsabilidad que recae en la administración Maduro.
Como si lo anterior no bastara, ahora Maduro recurre a la persecución dictatorial de la oposición para tratar de amordazar una problemática social, política y económica que ya se salió de control, tirando a la basura los cimientos fundantes de los Estados modernos engendrados en la Revolución Francesa, tales como libertad, igualdad y supresión de los privilegios.
Estimados lectores a Venezuela internamente no la salva nadie. Lo cual desencadenará pronto en una guerra civil entre la ideología simpatizante con el chavismo y la que se opone a esta. Aunque esto suene crudo se veía venir desde la asunción de Chávez al poder y la implantación del "modelo cubano o socialismo del siglo XXI". Sin embargo, lo que sí preocupa es el silencio de América Latina, pasando por los Estados latinoamericanos hasta organismos como la OEA, que en teoría debe garantizar la democracia en los países miembros. Estos se han limitado a lanzar dulces declaraciones dirigidas a solicitar respetar los derechos de la oposición, mientras la dictadura Maduro aprovecha la despreocupación para ejecutar acciones ilegales con el propósito de mantenerse en el poder.
Resulta imprescindible en este contexto que el Gobierno colombiano no sea indiferente a tal problemática y se ponga al frente de la situación, pues somos los más perjudicados con lo que consecuencialmente suceda en Venezuela. Aludo a que debería solicitar una convocatoria de urgencia a la OEA para tratar este asunto y buscarle una solución inteligente que razonadamente debería estar ligada a la intervención militar en el vecino país. Ahora, la verdad es que nadie quiere echarse de enemigo al chavismo de Maduro y Cabello. Sin embargo, si Colombia llama la atención de la comunidad internacional e interactúan distintos factores de presión extranjera y existe unanimidad de propósitos, se lograría la misiva consistente en liberar al pueblo venezolano de la opresión.
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