Maduro tortura en cárcel subterránea a presos políticos
Fuente: La Razón - Mexico
Se ubica en el sótano cinco del Servicio Bolivariano de Inteligencia; tiene siete celdas, en las que se recluye a opositores, principalmente jóvenes.
El régimen del venezolano obliga a los reos a permanecer 24 horas con la luz encendida; baja la temperatura para que no puedan dormir.
“No queremos volver a ese hueco”, gritaron Lorent Saleh y Gabriel Valles al concluír una de sus comparecencias al Tribunal. Los dos jóvenes venezolanos, detenidos el pasado 8 de mayo de 2014, se referían a “La Tumba”, una cárcel bajo tierra con celdas de dos por tres metros, donde el régimen de Nicolás Maduro tortura a presos políticos.
Defensores de derechos humanos han denunciado ese lugar, ubicado en el sótano cinco del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), con sede en Plaza Venezuela, en el corazón de Caracas, en el que hay siete celdas subterráneas donde los presos permanecen aislados y con la luz encendida las 24 horas del día.
El primero en advertir de esta situación fue el ex presidente colombiano Andrés Pastrana, quien estuvo en enero en el país junto con otros ex mandatarios latinoamericanos, para interiorizarse sobre la crisis política venezolana y la detención del líder opositor Leopoldo López.
“En Venezuela hay 83 presos políticos y casos aberrantes, como son los de las ‘tumbas’ cinco pisos bajo tierra con aire acondicionado a temperaturas por debajo de cero, donde meten a estudiantes que protestan y que no ven la luz en tres y cuatro meses”, contó a la prensa a su regreso a Colombia.
Además, la abogada de la ONG Foro Penal Venezolano Tamara Sujú Roa describió en una columna publicada en el semanario venezolano La Razón el horror del lugar: “En ‘la tumba’, cinco pisos por debajo de la superficie, no hay sonidos, no hay ventanas, no hay luz natural ni ventilación. Sólo se escucha el paso del Metro, encima de la cabeza. Las siete celdas de dos por tres metros están alineadas de forma continua, una detrás de la otra, por lo que los detenidos no pueden verse”.
Lorent y Gabriel están, junto con Gerardo Carrero, recluidos en esas celdas desde hace más de cinco meses. Los jóvenes estudiantes fueron apresados en una redada para desmontar un campamento en protesta contra el gobierno de Maduro.
De acuerdo con el diario español ABC, los familiares y abogados de Carrero, Saleh y Valles han denunciado en el primer mes de reclusión que los jóvenes ni siquiera podían dormir porque la luz blanca permanecía encendida durante todo el día y ponían el aire acondicionado a muy baja temperatura, como un refrigerador.
“El aislamiento de estos jóvenes, día tras día, mes tras mes, termina siendo desquiciante. Sólo los han sacado al exterior tres veces, por una hora, en cinco meses. Todos están muy pálidos, obviamente, además las secuelas que deja la falta de vitamina D. Se les permiten libros, aprobados por los custodios, pero no tienen acceso a prensa, ni a noticias de ningún tipo”, explicó Sujú.
Según describe la letrada, no hay sonidos, no hay ventanas ni luz natural. Los reclusos solamente pueden escuchar el sonido del Metro que pasa cerca. “Piso y paredes blancas, rejas grises, con una apertura por donde les meten la comida”, relató.
El único mobiliario en el lugar son una cama de cemento blanco y una mesa del mismo material. Allí son vigilados las 24 horas del día por cámaras y micrófonos.
“No hay sonido, sólo sus voces, no hay ni sol, ni luna, ni tiempo, porque no tienen reloj, por lo que no tienen noción de la hora, y no saben si realmente es de día o es de noche”, añade la abogada.
Durante su estancia allí todos han presentado enfermedades: diarreas, vómitos, fiebre alta y alucinaciones. Sus malestares son tratados por el médico del lugar, pero los jóvenes ingieren los medicamentos con temor a ser envenenados.
Finalmente, Sujú cuestiona que se tomen esas medidas por un gobierno que tiene un lugar en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y en el Consejo de Seguridad, pero que “desconoce las reglas mínimas internacionales sobre el tratamiento de los reclusos”.
ONU reprueba aval para que ejército reprima
El pasado 27 de enero se publicó en la Gaceta Oficial la resolución 008610 del Ministerio de la Defensa que autoriza el “uso de la fuerza potencialmente mortal, bien con el arma de fuego o con otra arma potencialmente mortal”, contra las manifestaciones “violentas”. Ayer la Oficina de la ONU para los derechos humanos mostró su rechazo a la autorización.
En una rueda de prensa el portavoz de la oficina, Rupert Colville, expresó que una medida como la aprobada por el régimen venezolano “debería ser un método excepcional de responder a una situación de emergencia, cuando hay una necesidad de apoyar a la policía civil”.
El vocero afirmó que dicha decisión rompe los estándares internacionales sobre el uso letal de la fuerza, que estipulan que la fuerza letal debe ser la última opción. Asimismo Colville recordó que el artículo 68 de la Constitución venezolana señala que “se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas”.
Los temores se han agudizado en la medida en que se acerca el aniversario del inicio de las protestas contra el gobierno venezolano que saldaron con 43 muertos.
Etiquetas: Derechos Humanos, Gral. Vladimir Padrino Lopez, Resolución 008610
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