Ladrones y criminales son una amenaza para todos
POR: Jesús Antonio Petit da Costa
Para nosotros son una realidad trágica: la tiranía de los peores. Para los vecinos, la mayor amenaza por su alianza con el terrorismo (FARC y extremismo musulmán), el narcotráfico a gran escala y el lavado de dinero en montos inimaginables.
A su solicitud ante la OEA de que investigue al gobierno de Maduro con vista a la aplicación de la Carta Democrática de América, el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, la ha complementado con la petición de medidas cautelares de protección a favor de los presos y perseguidos políticos. ¿Qué motiva la insistencia de Pastrana? Desde luego, la solidaridad de un demócrata que merece nuestro agradecimiento. Pero por encima de ello lo mueve el supremo interés nacional de Colombia. Pastrana está consciente de que la suerte de su país está unida a la de Venezuela. Veamos porqué.
Por la traición de Santos, Colombia está a punto de caer bajo el dominio de la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo), creación de Fidel Castro, que completará de este modo el control total de América del Sur. Ya lo están: Venezuela con Chávez y Maduro, Brasil con Lula y Rousef, Uruguay con Mujica y Tabaré, Argentina con los Kirchner, Chile con la Bachelet, Bolivia con Evo y Ecuador con Correa. Agreguemos que Humala pertenece al Foro, y por ello es un riesgo latente para Perú. El de Paraguay no está con ellos, pero les tiene miedo. Falta el trofeo de Colombia, cercada por todos lados e impedida de defenderse por la estrategia cubana de infiltrar a Santos en el gobierno de Uribe como aquí infiltró a Chávez en la FAN.
Colombia se salvaría de caer bajo la Internacional Comunista si Venezuela sale de Maduro y vuelve la democracia. Provocaría en América del Sur un efecto dominó como el que ocurrió a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez cuando reinaba la Internacional de las Espadas. Fueron cayendo una tras otra todas las dictaduras militares. Lo primero que haría la democracia venezolana sería acabar con el santuario terrorista que tienen FARC y ELN en el territorio nacional, bordeando las fronteras oeste y sur. Al expulsarlas, eliminaría la base de operaciones del tráfico de drogas que las financia. Con estos golpes fulminantes contra las guerrillas comunistas, le daría apoyo a los anticomunistas colombianos para reconquistar el poder. Lo peor que puede pasarle a Cuba y a la Internacional Comunista es que Venezuela recupere la democracia. Saldría a la luz, para que los pueblos americanos se vean en ese espejo, la ruina de la economía y la miseria que nos han traído el comunismo y la sumisión a Cuba, así como la podredumbre moral de los gobernantes, asaltantes del poder y saqueadores del patrimonio de la República, ladrones de cuentas milmillonarias en dólares y criminales que matan estudiantes. Pero el golpe demoledor lo sufriría Cuba, que perdería la colonia que la sostiene. Se desplomaría en la quiebra, viéndose obligada a pactar con premura su rendición ante Estados Unidos y la Unión Europea, que la aceptarían condicionada a que haya democracia.
Los comunistas del Foro Sao Paulo están conscientes de los efectos devastadores que tendría para ellos la pérdida de Venezuela. Y por este motivo tratan de impedirla a toda costa. Amenazan con no reconocer a una Venezuela democrática, lo cual es ridículo porque ninguno de los países del Foro sostiene a nuestro país, ni siquiera le compra petróleo. Es Venezuela la que les compra productos. ¿Qué importa que no nos reconozcan? Mientras Estados Unidos nos compre y pague el petróleo, tenemos suficiente. ¿No son ellos los mismos que adulan y ensalzan a la cruel y vetusta dictadura cubana violando la Carta Democrática? Es la doble moral del Foro de Sao Paulo. Pero lo que más temen ellos es que una Venezuela democrática los enfrente en los foros internacionales, con pruebas en la mano del dinero que recibieron para sus campañas políticas y su peculio personal y de los negocios que hicieron en perjuicio de nuestro pueblo. Y que esa Venezuela democrática asuma, junto con una Colombia democrática, el liderazgo continental para liberar de la Internacional Comunista a Sur América. Sería otra vez la liberación del subcontinente doscientos años después de la gesta libertadora.
El fin de la tiranía comunista de Venezuela iniciará una nueva y brillante etapa histórica de la democracia en nuestro país y en toda América. Pero no vendrá porque la OEA actúe. Tanto no podemos esperar de la iniciativa de Pastrana, la cual debemos ver únicamente como la oportunidad para presentarle a la comunidad internacional la justificación jurídico-política del cambio radical y profundo que, por la fatalidad de los hechos, deberá producirse.
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