Legalización del cannabis, una peligrosa moda
Por: Juan E. Pflüger
Fuente: La Gaceta
En los últimos meses se ha intensificado el debate sobre la legalización del cannabis para usos terapéuticos y lúdicos. No existen evidencias científicas para levantar su prohibición.
Poco a poco son cada vez más los estados que legalizan el uso del cannabis en todos sus ámbitos, lúdicos y terapéuticos. El último empujón al consumo se ha dado desde algunos estados norteamericanos como Alaska, Colorado, Oregón; Wshington o Puerto Rico, donde se ha levantado una prohibición que, sin embargo, el resto del territorio de EE UU mantiene. En Europa, el país que todos los consumidores presentan como modelo es Holanda, donde en sus locales autorizados, los coffee shop, se permite el consumo condicionado de cannabis y productos derivados.
Sin embargo, en el país del norte de Europa empiezan a reducir esta rienda suelta después de años de experiencia liberalizadora. La primera medida fue la restricción del consumo para los no holandeses. La segunda fue la retirada de las terrazas, reduciendo el consumo al interior de los locales. La tercera es la reducción de licencias para evitar que se incremente, como venía siendo norma, el consumo de estas sustancias.
Es por tanto un contrasentido que el país con mayor tradición despenalizadora la reduzca, mientras que el resto de los países empiezan a abrir las puertas al consumo.
La comunidad científica no tiene un único criterio al respecto de los efectos del cannabis en el organismo. Si hace unos años se impuso una tendencia al alza que explicaba el poco efecto negativo de estas sustancias, ahora, los últimos estudios concluyen todo lo contrario y sacan a la luz el daño cerebral que producen, especialmente cuando se comienza el consumo en edades tempranas.
Así, el año pasado la revista de neurociencia “The Journal of Neuroscience”, publicaba el estudio de la Dra. Jodi Gilman, investigadora en el Centro General de Medicina para las Adicciones de Massachusetts, que establecía importantes daños que afectaban de manera severa a los consumidrores: “mayor densidad de la materia gris en los consumidores de marihuana, en el núcleo accumbens izquierdo extendiéndose hasta la corteza subcallosal, el hipotálamo, la amígdala extendida sublenticular, y la amígdala izquierda, incluso después de controlar por edad, sexo, consumo de alcohol y el tabaquismo”.
El mismo estudio establecía que incluso el consumo lúdico de marihuana, sin sobrepasar los tres cigarrillos semanales, produce efector notorios en el cerebro y que aumentan con el incremento del consumo.
La Policía también se muestra contraria a la legalización del cannabis. Y lo hace recogiendo las series estadísticas sobre afectación a la delincuencia y el contrabando. En los lugares en los que se ha legalizado el consumo, mientras que éste se incrementa en cantidades medias que rondan el 15%, la delincuencia no ha descendido o lo ha hecho a niveles imperceptibles que no superan la bajada del 0,025%. Del mismo modo señalan que no se acabará con el narcotráfico, ya que se centrará en suministrar al segmento de población que queda por debajo de la cobertura legal: menores de edad y población en situación de irregularidad.
La comunidad educativa se muestra también contraria a la legalización del cannabis principalmente por los efectos negativos que presentan los alumnos que empiezan con el consumo temprano, la pérdida de Coeficiente de Inteligencia que ronda los 8 puntos tras tres años de consumo y el aumento en patologías relacionadas con el déficit de atención. Y recuerdan que el desarrollo cerebral medio no se completa hasta los 22 ó 23 años.
Etiquetas: Legalización Drogas
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