Al borde del precipicio
Por: Sergio Muñoz Bata
Fuente: El Tiempo
La legalización de la marihuana en Colorado ha propiciado mayor consumo entre los niños.
La tendencia parece ser irreversible. Indiferente al daño físico y mental que la legalización de la marihuana causa en la juventud, el ímpetu hacia la legalización de todas las drogas avanza en Estados Unidos y en el mundo entero.
En los últimos 35 años, las opiniones de los estadounidenses sobre la marihuana han sufrido una transformación notable. En 1969, el 84 % de la gente se oponía a su legalización y el 12 % la apoyaba; en el 2015, el 53 % la apoya y el 44 % se opone.
Según la ley federal, la producción, venta, transportación y consumo de la marihuana es ilegal, pero en cuatro estados –Colorado, Washington, Oregón y Alaska–, así como en el Distrito de Columbia, los votantes han aprobado iniciativas para legalizarla. Catorce estados han descriminalizado la posesión de pequeñas cantidades de la droga y 23 estados han aprobado su venta, supuestamente para usos medicinales.
Enfrentado a esta contradicción legal, el gobierno federal ha decidido cruzarse de brazos y permite que los estados violen la ley federal impunemente. Es decir, la sustancia sigue siendo ilegal pero el delito no se persigue de oficio.
El consumo de marihuana no es, como muchos de los defensores de la legalización de las drogas sostienen, un acto criminal sin víctimas; las hay, y muchas. Lo que la ciencia demuestra de manera abrumadora es que el consumo de marihuana es perjudicial para la salud humana, y que es mucho más nociva para los jóvenes y los niños.
La Asociación Médica Americana ha dejado claramente establecido que la evidencia existente muestra que hay una estrecha asociación entre el uso de cannabis y la aparición de desórdenes psiquiátricos, y que los adolescentes son especialmente vulnerables a estos. Hoy, un número significativo de estudios revelan que el vínculo entre el uso recreacional de la marihuana y anormalidades significativas en el cerebro de los jóvenes es real y creciente.
Los cabilderos de la legalización argumentan que la legalización se planteó teniendo en mente a los adultos, pues no incluía a los jóvenes y a los niños. Nos quieren hacer creer que ignoraban que la experimentación con drogas empieza a temprana edad y que con la legalización se producirían dos fenómenos: aumentaría el consumo de la droga entre los niños y los jóvenes, y no se eliminaría el mercado negro.
Lo que evidencian las cifras en Colorado es que, desde que se legalizó la droga, su consumo de marihuana entre los adolescentes es un 56 % más alto que la media nacional. Un aumento considerablemente mayor que el de los adolescentes que consumen bebidas alcohólicas.
Peor aún, los análisis de la droga muestran que la marihuana que hoy se consume en Estados Unidos es mucho más potente que la que se cultivaba hace 30 años, entre otras cosas porque ha aumentado el nivel del THC, el químico tóxico de la planta que produce la mayor parte de los efectos psicológicos de la droga.
Los efectos del THC se concentran en el cerebro, en áreas asociadas con el pensamiento, la memoria, el placer, la coordinación y la percepción del tiempo. El THC estimula la liberación de dopamina en el cerebro e interfiere en la forma en la que la información es procesada; lo mismo puede relajar que angustiar y lo mismo puede causar euforia o alucinaciones.
Al daño natural que produce la hierba, ahora se le ha aumentado el que producen los productos derivados de ella. El número de niños, adolescentes y adultos que, intoxicados con dulces, chocolates, galletas y pasteles rellenos de marihuana, ingresan a los hospitales de Colorado va en aumento.
Lo peor, sin embargo, todavía está por venir. En unos cuantos años sabremos con certeza cuánta gente ha muerto gracias a la legalización, cuántos niños se han hecho adictos y cuántos han empezado a experimentar con otras drogas.
Etiquetas: Legalización Drogas
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home