Sin calle no se va
Por: Jesús Antonio Petit da Costa
La orden de los electores es salir rápido de Maduro antes de que hunda a Venezuela en la hecatombe. Procédase sin más demora, pero conscientes de que sin calle no se va.
“Lo único que está por verse es qué colapsará primero: el gobierno o la economía”. Así ha resumido el Washington Post la situación de Venezuela (Pronóstico 2016: 720% de inflación- menos 10% PBI- crisis humanitaria por falta de alimentos y medicinas- apagón general y racionamiento del agua- el país más corrupto y más violento de América). El pueblo venezolano lo intuyó y se apresuró a darle un mandato imperativo a los 112 diputados. Este es el mandato: “salir de Maduro urgentemente, a fin de evitar la hecatombe que nos hundirá a todos.” Dicho con un venezolanismo: llegar “tumbando y capando”, porque para mañana es tarde.
Llegar “tumbando y capando” era que, apenas instalada la AN, se revocara el nombramiento de los magistrados del TSJ que habían sido elegidos inconstitucionalmente con el evidente propósito de servirle a Maduro de brazo ejecutor de un autogolpe, lo que se había demostrado con la suspensión cautelar de los diputados por Amazonas. Y así, apartando este obstáculo, despejar el camino para el cambio de gobierno y de sistema.
Admitido por Maduro que el país se encuentra en emergencia económica y rechazado su decreto porque, siendo el causante del desastre junto con el difunto por haberse sometido a Cuba y copiar su modelo económico, no manifestó arrepentimiento y propósito de enmienda sino la disposición de matar al paciente aplicándole una sobredosis del veneno que lo tiene agonizando, debió exigírsele la renuncia inmediata para cambiar de presidente como se cambia de médico por mala praxis. Exigencia que ratificaría el pueblo en la calle, porque sin calle no se va.
La consecuencia de no haberlo hecho de entrada es que Maduro, interpretando como debilidad a la búsqueda de una salida negociada, ha dado otro paso en el auto-golpe que tiene por objeto anular a la AN valiéndose del TSJ, el cual ha declarado vigente el decreto del estado de excepción, dándole así apariencia constitucional al desconocimiento de la autoridad de la AN y a la tiranía de Maduro que ahora se radicalizará. Es el desafío frontal de Maduro a la AN, usando al TSJ como punta de lanza.
La confrontación institucional cursa mientras la situación de la gente empeora. Lo ha reconocido la AN al declarar el país en crisis humanitaria por la salud. Escasez de medicinas e insumos médicos nos exponen a la muerte por mengua. Todo enfermo está condenado a morir y si se salva será por un milagro divino. Un motivo suficiente para salir de Maduro convocando al pueblo a la calle para forzar su renuncia porque es la vida de todos la que está en peligro. Y ya sabemos que sin calle no se va.
La AN ha declarado a Venezuela en crisis humanitaria por la escasez de comida con riesgo de hambruna. Es la vida de todos la que está en peligro ante el riesgo de morir de hambre. Otro motivo suficiente para demandar la renuncia de Maduro convocando al pueblo a la calle para forzarla, porque sin calle no se va.
Conscientes de que el país se precipita al abismo (una situación que parece un castigo o maldición de los libertadores por haber tolerado la cesión de la soberanía a Cuba), y con el ánimo de buscar una salida constitucional inmediata, dos mil venezolanos solicitamos que se haga algo fácil, simple y sencillo para salir de Maduro: investigar, con la mayor celeridad, si cumple con el requisito de la nacionalidad exigido para ser Presidente de la República, visto que oculta sus orígenes (su madre colombiana y su padre de nacionalidad desconocida). Es la forma expedita para que se vaya al quedar totalmente deslegitimado. Pero ya sabemos que, aún así, sin calle no se va.
Habiendo accedido la AN a nuestra petición exhortamos a los electores a que presionen al diputado de su circuito y lo comprometan a que efectiva y rápidamente se haga la investigación. Exhortamos también a todos los demócratas a colaborar en la investigación suministrando, a los diputados o a los promotores, toda la información que tengan sobre la nacionalidad de Maduro y la de sus padres.
Vamos a destapar este entaparado para obligarlo a que se vaya y así salvar de la hecatombe a Venezuela y a nuestras familias. Pero estemos preparados mentalmente para ir a la calle, porque todo indica que, aún así, sin calle no se va.
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