VERDUGO DE ESTUDIANTES PRESIDE A CAMIMPEG
Por: Gustavo Coronel
La Gaceta Oficial trae el nombramiento del Mayor General Antonio Benavides Torres como presidente de la llamada C.A. Militar de Industrias Mineral, Petrolífera y de Gas, CAMIMPEG. Este gorila fue el verdugo de los estudiantes durante las protestas de 2014, actuación que le valió una sanción de los Estados Unidos, por violador de derechos humanos. Como todos los demás sancionados por USA, este sádico ha sido recompensado por el régimen poniéndolo “donde haiga”.
La empresa tendrá una junta directiva de pura gente armada, designada por el ministro de la defensa, Vladimir Padrino López, quien será, él solito, la Junta de Accionistas. Su sede estará en Fuerte Tiuna. Su capital pagado sería el equivalente de unos $200.000 en el mercado libre del dólar, suma irrisoria para una empresa que pretende hacer negocios en los sectores petroleros y mineros, donde cualquier equipo tiene un costo de millones de dólares.
La lista de las actividades de este Mamotreto Militar, MAMIPET, es larguísima e incluye perforaciones petroleras y mineras, reparación de equipos, descontaminación, contención de derrames petroleros, exportación e importación de productos mineros y petroleros, telecomunicaciones, mercadeo, blá blá blá, todo lo que a usted se le ocurra o pueda imaginarse, sin limitación alguna, ya que la lista no es exhaustiva.
Son actividades efectuadas en las industrias petrolera y minera de verdad por docenas de diferentes empresas especializadas, todas las cuales tienen técnicos con largos años de experiencia y equipos sofisticados y se dedican, cada una, a su especialización sin tratar de meterse en todo. Schlumberger se especializa en registros eléctricos de pozos, Halliburton en cementación y reparación de pozos y algunas otras actividades. Existen empresas que se dedican exclusivamente a limpiar derrames petroleros, mientras que una empresa de servicios mineros es totalmente diferente a una empresa de servicios petroleros. Sin embargo, el Mamotreto Militar Petrolero pretende hacerlo todo, desde Fuerte Tiuna y, aparentemente, con los soldaditos que estén ociosos ese día.
Por supuesto, eso no es posible. Lo que va a hacer este Mamotreto Militar Petrolero, al mando del verdugo de estudiantes sancionado por el gobierno de los Estados Unidos, Antonio Benavides, es servir de vulgar intermediario en contratos suscritos por PDVSA con empresas contratistas de verdad, a fin de obtener un pedazo de la torta. Como el mamotreto no tiene personal especializado ni equipos ni siquiera gerencia, todo lo que haría sería firmar contratos al lado de las firmas de PDVSA y de la verdadera contratista, a fin de recibir parte del pago. Se convertirá en un parásito del sector, que le dirá a las verdaderas empresas contratistas que sin meterla a ella en el negocio no hay contratos.
Por donde se le mire, es preciso llegar a la conclusión de que este Mamotreto Militar Petrolero solo será una alcabala más, hecha para el beneficio del sector militar, el cual se ha apoderado progresivamente de la nación en las mismas narices de los venezolanos y sin que nadie diga o haga algo. Una alcabala sin transparencia, diseñada para exprimir un limón al cual ya le queda poco jugo.
Como vehículo para darle a los militares gobierneros más ingresos esta nueva empresa del régimen ha llegado bastante tarde. En primer lugar, las empresas contratistas se están ausentando de Venezuela. En segundo lugar, PDVSA no tiene dinero, está en bancarrota y es muy mala paga. En tercer lugar, la actividad en la industria petrolera venezolana está de capa caída, debido a la ineptitud de PDVSA y a la creciente tragedia de la faja del Orinoco, estancada por falta de mejoradores o de petróleo liviano para la mezcla. En cuarto lugar el fracaso de la idea de Merentes, el llamado Arco Minero, rechazado hasta por los mismos chavistas.
El problema de la corrupción militar en Venezuela es gravísimo. La Nación está en las garras de una fuerza armada codiciosa, aparentemente incapaz de auto-limpieza Lo que debería ser una fuerza protectora se ha convertido en una fuerza victimaria. La Casa de los Sueños Azules, el cursi nombre con el cual se conoce a la Escuela Militar de Venezuela se convirtió en fábrica de traidores.
Etiquetas: Benavides Torres, CAMIMPEG, corrupción pdvsa
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