Mientras el régimen venezolano se prepara para oprimir con violencia a manifestantes, el mundo está observando
Por: Roger F. Noriega
Fuente: AEI.ORG
ROGER NORIEGA |
Los venezolanos que apoyan a la oposición democrática del país se están preparando para concentrarse pacíficamente en las calles de Caracas el 1 de septiembre y exigir su derecho constitucional para revocar al Presidente Nicolás Maduro, cuyo mandato ha dado paso a niveles sin precedentes de escasez de alimentos, inseguridad, caos económico y represión. La protesta fue convocada por líderes de la oposición a principios de este mes en respuesta a acciones por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), que ha hecho todo lo posible para postergar el referendo hasta el próximo año y así negar a los votantes el derecho de remover al partido socialista del poder.
El jueves promete ser una prueba de voluntad. El régimen ya está encarcelando a dirigentes de la oposición, desplegando a fuerzas de seguridad para impedir que la gente llegue a la capital, y amenazando a posibles manifestantes. De acuerdo con fuentes dentro del régimen, miembros radicales del partido en el poder, encabezados por el capo de la droga, Diosdado Cabello, y un grupo fuerte de asesores cubanos, han ordenado verbalmente utilizar cualquier medio necesario, incluyendo la violencia, para hacer frente a este desafío.
El viernes, Maduro advirtió que si los activistas de la oposición intentan “calentar las calles”, “sentirán la fuerza de la revolución” . También se jactó de que la reacción de su gobierno ante un intento de golpe haría que las acciones de Erdoğan “quedarían como un niño de pecho”, en referencia a la brutal represión después del intento fallido de derrocar a líder de Turquía a mediados de julio. Al catalogar la protesta pacífica de la oposición como un “golpe”, Maduro está adoptando una táctica de su antecesor Hugo Chávez para criminalizar la disidencia con el fin de justificar la represión.
Así mismo, en los últimos días, el gobierno ha inventado acusaciones como pretexto para encarcelar a un número de activistas de la oposición. Por ejemplo, un abogado de 31 años de edad, Yon Goicochea, ganador del Premio Milton Friedman por la libertad del Cato Institute en 2008, fue arrestado el lunes por cargos de terrorismo. Muchos otros fueron detenidos o forzados a esconderse en las últimas 48 horas mientras comenzaban las redadas del gobierno.
De acuerdo con fuentes familiarizadas con la planificación del gobierno, así como testigos que se dirigen a Caracas, la policía y unidades de la Guardia Nacional han sido desplegadas para frustrar el acceso a la capital. Por ejemplo, el viaje de 240 millas de Barquisimeto a Caracas se ve obstaculizado por no menos de 17 retenes, y el túnel Cabrera fue cerrado.
Por ahora, el objetivo del régimen es intimidar a los ciudadanos para que no salgan a las calles. De acuerdo con una reciente encuesta, el 70 por ciento de los encuestados — en un país de 30 millones de habitantes — dijeron que tienen la intención de unirse a la manifestación de la oposición. Una participación de este tipo sería un repudio masivo contra Maduro, por lo que el régimen está preparando un contraataque. Claramente, el gobierno tiene la esperanza de que la respuesta internacional a la represión será tan irresponsable como en 2014, cuando más de 40 manifestantes antigubernamentales murieron, cientos fueron encarcelados y miles fueron golpeados.
Una participación de este tipo sería un repudio masivo contra Maduro, por lo que el régimen está preparando un contraataque.
Desde entonces, el panorama político de la región ha cambiado. Un nuevo Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha advertido en repetidas ocasiones que el régimen debe respetar a sus ciudadanos. Los nuevos presidentes de Argentina, Brasil y Perú han hablado en defensa de los derechos humanos en Venezuela. A principios de este mes, 15 estados miembros de la OEA instaron a Venezuela a que se permita el desarrollo del referendo “sin demora”. Incluso la posición de los Estados Unidos puede estar cambiando del punto neutral donde se encontraba al punto donde el Secretario de Estado John Kerry ha defendido el derecho constitucional para que se realice el referendo este año. También, de acuerdo con funcionarios de Estados Unidos, la administración de Obama está contemplando sanciones contra venezolanos acusados de corrupción, represión y narcotráfico.
Los titiriteros de Maduro están haciendo una apuesta improbable sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad y de militantes maleantes para controlar manifestantes de la oposición sin provocar enfrentamientos sangrientos. Si estos enfrentamientos se intensifican, los comandantes institucionales de las fuerzas armadas de Venezuela militar, encabezadas por el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, tendrán que decidir si se debe defender a manifestantes pacíficos o seguir a los cubanos y a delincuentes para cometer atrocidades masivas y violaciones a los derechos humanos que les harán ganar una condena en la Corte Criminal Internacional en La Haya.
Mientras tanto, no es demasiado tarde para que la administración del presidente Obama sancione a personas implicadas en la represión y la corrupción y para administrar una dosis de rendición de cuentas que podría salvar muchas vidas en las calles de Caracas. Es importante que Maduro y sus matones sepan que el mundo está observando.
Etiquetas: Corte Penal Internacional, Diosdado Cabello Narcotraficante, Gral. Vladimir Padrino Lopez, Roger Noriega, Sanciones Contra Criminales Chavistas
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