Injerencia Humanitaria Para Restaurar La Esperanza Dentro de Venezuela

Por: Calos R. Alvarado Grimán

Fuente: Frente Libertad

Gran parte de la opinión pública mundial tiene una percepción opaca sobre la situación que se vive en las calles de Venezuela. Se trata de una verdadera catástrofe humanitaria. La gente muere de hambre, enfermedades o víctimas de bandas criminales que operan mayormente, bajo la protección del Estado.

El Régimen de Maduro mantiene grupos armados, milicianos, fuerzas militares, parapoliciales y policiales para sojuzgar al pueblo, manteniéndolo a niveles de supervivencia, mientras los jerarcas del Régimen saquean las riquezas del país con total impunidad.

Los venezolanos han librado difíciles batallas en contra del Estado forajido de Maduro, quien cuenta con apoyo externo de: Cuba, Irán, Rusia, China y la activa participación de grupos terroristas como Hezbollah y organizaciones narcoterroristas que operan en la extensa frontera colindante con Colombia y Brasil. Estas poderosas fuerzas cuentan obviamente con respaldos de sus respectivos gobiernos, pero también con capitales ilicitos derivados de la corrupción, narcotráfico y cuanta actividad ilícita existe en el mundo. Gran cantidad de capitales de origen criminal se legitiman a través de bancos públicos y empresas del Estado como PDVSA.

La Resistencia venezolana no puede librar una lucha tan desigual sin la ayuda de una fuerza multinacional compuesta por países democráticos y libres de la región. Esta lucha concierne a todos, pues a la postre, se trata no tan sólo del rescate de Venezuela de manos de una narco-tiranía sino de resguardar la integridad y seguridad hemisférica, la cual se encuentra en peligro dado los factores externos antes referidos. 

La Resistencia venezolana ha llevado sobre sus hombres sin auxilio financiero, una lucha en solitario que concierne a todo el hemisferio. El pueblo ha sido víctima flagrante de: violaciones despiadadas de sus derechos humanos, brutal represión, persecución, asesinatos, torturas, y millares de desplazados por razones políticas.

La situación venezolana sin dudas, cumple con los parámetros, filosofía y principios contentivos dentro del concepto de Injerencia Humanitaria con precedentes en la Organización de la Naciones Unidas (ONU), la cual consiste en la intervención a un Estado soberano sin su consentimiento, por uno o varios Estados u organizaciones internacionales, mediante el uso de la fuerza militar. El propósito de este principio, es proporcionar a la población civil del Estado intervenido protección ante la violación masiva y sistemática de sus derechos humanos o en situaciones de emergencia derivadas de una guerra civil, hambruna o genocidio. El mundo entiende que no se trata de inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela, el tema es proteger al pueblo venezolano que está atrapado, sin saberlo, en un conflicto internacional de inmensas proporciones. Este principio se aplicó exitosamente en: la antigua Yugoslavia, Iraq, Ruanda, Somalia y Haití entre otros.

La descomposición del Estado venezolano es total, la paz social esta fracturada, las instituciones están destruidas y han sido vulneradas las garantías civiles y políticas de todos sus ciudadanos. Maduro ha Implantado un largo, tiránico y deshonesto régimen que ha arruinado al país y a sus principales industrias, además irrespeta y desconoce la voluntad popular sustentando el poder de manera ilegítima, a través de procesos electorales amañados y fraudulentos.

La Tiranía de Maduro debe ser forzada a abandonar el poder que usufructúa ilegalmente. Los Estados Unidos y la comunidad internacional tienen la palabra y la posibilidad de accionar responsablemente ante la tragedia venezolana. Es necesaria la injerencia humanitaria para restituir la paz, el orden, expulsar a todas las fuerzas extranjeras y criminales que han invadido al país e instaurar la primacía de los Derechos Humanos vulnerados por casi dos décadas de Tiranía. En Venezuela, la esperanza debe ser restaurada.