80 miembros de Guardia Venezolana, ad portas de extradición por Cartel de los soles

Fuente: BluRadio

BLU Radio, Guardia venezolana // Foto: AFP

Así lo tiene plenamente documentado la Fiscalía y la DEA, por lo menos 80 funcionarios venezolanos son investigados.

La semana pasada cayó una organización narcotraficante con la que la Fiscalía dio un dato revelador: un oficial de la Guardia Nacional de Venezuela trabajaba con ellos. Esta sería la primera organización que mostraría los nexos directos de los capos con la Guardia de ese país. 

Blu Radio conoció que, como este caso, la Fiscalía y la DEA investigan en conjunto por lo menos a 80 funcionarios de la Guardia de Venezuela que estarían involucrados con narcotráfico y que en algún momento, de caerse el régimen de Nicolás Maduro, serán pedidos en extradición.

El dato salió en medio de una audiencia de imputación de cargos en Medellín contra Héctor Julio Rubiano, alias ‘El Boyaco’, quien sería el jefe de la organización narcotraficante que trabajaba con “socios” en Venezuela que se encargaban de “apagar los radares” de la zona fronteriza para que no detectaran las aeronaves que iban cargadas con cocaína.

“Dentro de la modalidad, era llevar la droga de La Gabarra del Catatumbo, vía terrestre o vía fluvial. Lo llevan a las pistas clandestinas que están en Venezuela y ahí con el asocio de un sol, de un general, están organizando con los que manipulan los radares para que personas como las que están acá (Alias ‘El Boyaco’ y otros), pudieran llegar a esas pistas clandestinas con los estupefacientes, cargar las diferentes avionetas con dicho cargamento y transportarlas hasta Honduras y Guatemala”, explicó el modus operandi el fiscal del caso.

Según las investigaciones, “los socios en Venezuela que se encargarían del manejo de las redes para que pudieran ingresar y salir las aeronaves”.

La investigación que inicia en el 2016, revela que solo esta organización, por ejemplo, sacaba entre 500 y 1000 kilos de cocaína semanales desde el Catatumbo, específicamente, desde el municipio de Gabarra, cercano a Venezuela. Esto facilitaba, supuestamente, el transporte de la droga hasta las pistas clandestinas en zona fronteriza.

Ahí, el funcionario venezolano apagaba los radares para que la aeronave no fuera detectada y la cargaban con la droga que iba hacia Honduras y Guatemala y con destino final a Estados Unidos y México. La fiscalía tiene por lo menos Ocho eventos reportados en los que la organización había enviado el estupefaciente.

Dice la Fiscalía que, los narcos que harían parte de la organización tendrían injerencia en Antioquia, Cundinamarca, Meta y Norte de Santander: se movían principalmente en Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cúcuta.