El plan político y militar de Hezbollah
Por: George Chaya
Fuente: INFOBAE
El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah
Lo que comenzó escasos días atrás como un pequeño incidente de un tiroteo en la aldea de montaña de Qabr Shmoun, ahora es una crisis política de pleno derecho que amenaza la estabilidad y el futuro del Líbano. Desde tejer un "intento de asesinato" en una supuesta "emboscada", la escalada ha pasado a la carga contra los poderes del Presidente y el Primer Ministro.
Este es un tema que la mayoría de los políticos libaneses han evitado discutir, ya sea porque están convencidos de que no se puede tratar enfrentando a Hezbollah, o sienten que es inútil manejarlo en un clima regional peligroso.
El "incidente Qabr Shmoun", ha demostrado, como muchos anteriores, que los libaneses pueden haber terminado los combates de la Guerra Civil (1975-1990) pero continúan luchando en los frentes religiosos y políticos en ausencia de todo atisbo de buena voluntad, de la verdadera reconciliación y acuerdo, y en la sana convivencia y voluntad de tener un estado atendiendo la ciudadanía real no sectaria.
Hace unos años, Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah, al responder una pregunta sobre por qué su partido se niega a entregar su arsenal al estado libanés, respondió: "Por qué no construimos primero un Estado".
Por supuesto que las finas palabras de Nasrallah fueron pronunciadas antes de que Hezbollah terminara su obra de la toma de posesión total de un estado libanés gravemente herido y lo convirtiera en parte del proyecto regional sectario chiita iraní. De hecho, pasando por el desarrollo del partido de sus pensamientos, maniobras, estilo de acción, así como sus guerras, es fácil darse cuenta que Líbano, ya sea como entidad o estado, significa poco para él.
A diferencia de las afirmaciones recurrentes de Nasrallah de que su partido era "libanés", y bajo "legitimidad libanesa", él mismo declaró estar orgulloso de ser un soldado de Wilayat al-Faqih (la política de Iran).
Además, incluso si tuviéramos que aceptar el respeto y el compromiso de un partido con las fronteras nacionales de un Estado, sus leyes y su constitución, son parte integrante de la legitimidad de dicho partido, así como del "stado. Hezbollah no se ha comprometido con todo lo anterior bajo el pretexto de "Resistencia" (a la ocupación de Israel del sur del Líbano 1980-2000). Sin embargo, no se ha comprometido con las fronteras, al punto de atacar objetivos militares israelíes como en la guerra que lanzó en 2006, ni como para abstenerse de luchar dentro de Siria.
Hezbollah ha luchado a través de la frontera libanesa y dentro de Siria, ha matado civiles, destruido ciudades y pueblos y desplazado a sus habitantes, sin la aprobación oficial del gobierno libanés.
También ha estado involucrado en negociaciones directas con gobiernos extranjeros, e indirectamente con "estados enemigos" a través de un "tercero" y sin la aprobación del gobierno libanés.
En cuanto a la falta de respeto a las leyes libanesas, Hezbollah se ha negado a entregar a sus miembros acusados de asesinato del ex Primer Ministro Rafik Hariri, y de los asesinos del piloto de combate Samer Hanna y el manifestante pacífico Hashem Al-Salman, tambien a los inculpados en el intento de asesinato del ex ministro del gabinete Butros Harb; además de poseer un formidable arsenal militar construido sin licencias de importación, aranceles, etc.
Por último, pero no menos importante, Hezbollah ha ignorado la Constitución libanesa recurrentemente y de distintas maneras. Sus intenciones han sido debilitar el estado y socavar la convivencia nacional mediante la desobediencia del "Acuerdo de Taif" que dio por terminada oficialmente la guerra civil libanesa en 1999, para luego, girar sus armas dentro del país buscando activamente marginar y desestabilizar a las comunidades religiosas y sectarias.
Actualmente, la nueva confrontación lanzada por Hezbollah y articulada por el presidente Michel Aoun, un ex general cristiano aliado de la organización pro-irani, contra los poderes del Primer Ministro Saad Hariri, nace y se expande directamente desde del Palacio Presidencial. Esta nueva estrategia profundiza la campaña silenciosa llevada a cabo durante los últimos dos años por su yerno, el ministro de Relaciones Exteriores, Gebran Bassil, que se manifiesta desafiando, asediando y marginando intencionalmente al primer ministro Hariri.
Saad Hariri se ha dado cuenta recién ahora de que hubo una conspiración para infiltrarse y dividir a la comunidad drusa a través del derramamiento de sangre, y que su cargo está siendo asediado y excluido política, judicial y militarmente.
El objetivo del presidente Aoun y de Hassan Nasrallah es remitir el incidente de Qabr Shmoun, en el que dos hombres jóvenes fueron asesinados, al "Consejo Judicial", un tribunal especial que se ocupa únicamente de cuestiones de seguridad nacional; y, por lo tanto, acusar al líder druso y socialista Walid Jumblatt de un crimen político, como un medio para chantajearlo o forzarlo a salir de la escena política.
Judicialmente, bajo órdenes presidenciales, el ministro de Justicia pro-Aoun, ha llevado un manejo dudoso de la investigación legal; incluyendo el cambio de fiscales e investigadores, así como el nombramiento del tribunal donde el caso se asignó para asegurar una "acusación política".
Finalmente, en el ámbito de la seguridad militar, Aoun y Hezbollah desean ignorar los resultados de la inteligencia y la investigación llevada a cabo por la sección de información de las Fuerzas de Seguridad Interna (ISF).
El eje Hezbollah-Aoun considera al ISF como pro Hariri, por lo que no será posible manipular evidencia, inventar datos falsos y convertir los datos inventados en "inteligencia confidencial", como fue el caso durante la hegemonía de la seguridad siria en el Líbano antes de 2005.
El Movimiento Patriótico Libre Aounista (FPM), ha estado involucrado en la corriente desde el primer día; de hecho, ha sido su dispositivo incendiario, y ahora el FPM está extendiendo su agresiva campaña al lider druso Walid Jumblatt para incluir a Hariri y su aliado cristiano más poderoso Samir Geagea.
Hezbollah, es el gobernante de facto del Líbano y la fuerza que impuso a Aoun como presidente, como se esperaba se ha puesto del lado de Aoun y sus socios desde la primera hora después del incidente, confirmando sin vacilar su papel en lo que está sucediendo.
No hay duda de lo que quiere Hezbollah, respaldado por sus patrocinadores en Teherán y Damasco. En realidad, lo que este partido y sus aliados libaneses están perpetrando no puede separarse de lo que está sucediendo en el Golfo Pérsico y de lo que se está planeando para Siria. En cualquier caso, Hezbollah y sus secuaces están ejecutando en Líbano y Siria exactamente lo que hace la milicia Houthi en Yemen, ya que el centro de mando, la lealtad y los objetivos son los mismos.
Además, aquellos que todavía creen que el mayor objetivo para los mulás de Irán y sus seguidores árabes sea "liberar Jerusalén" deberían recordar una cita interesante del líder de Hezbollah cuando sostuvo: "Si me preguntan, ahora que tengo 56 o 57 años, sobre lo mejor que hice durante toda mi vida, no dudaré en responder que la mejor posición que tomé fue que "toda la región arderá" si Irán es atacado.
Por lo tanto, es obvio que ni Palestina ni Siria, y ni siquiera el Líbano, son las principales prioridades de Hezbollah. Sin embargo, apoyar la expansión iraní desde el Mediterráneo hasta el estrecho de Bab El-Mandeb, si lo es.
Etiquetas: Hezbollah, Republica Islamica de Iran, terrorismo
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