El impacto de la muerte de Hassan Nasrallah en el imperio de la droga de Hezbolá

Por: Vas Shenoy

Fuente: First Post

El control de la organización sobre las rutas de tráfico de drogas en Líbano y Siria le ha permitido ampliar su influencia y financiar sus operaciones militares.

El líder del Hezbolá libanés Sayyed Hassan Nasrallah murió el 27 de septiembre en un ataque aéreo israelí en el sur de Beirut. Imagen de archivo/ Reuters

La eliminación de Hassan Nasrallah y la decapitación de la dirigencia de Hezbollah han cambiado el panorama político de Asia occidental. Ahora que la cabeza de la serpiente ha sido decapitada, quién reemplazará a Nasrallah y a sus principales lugartenientes determinará si el Líbano se hundirá en una guerra civil. En este momento, si el ejército libanés es capaz de unirse con los oficiales y soldados chiítas que apoyan a sus compatriotas, el Líbano pasará a una nueva página de independencia respecto de Irán, su vitriolo chiíta y el extremismo islámico.

Sin embargo, Nasrallah también era el jefe de un sindicato de narcotraficantes. Aunque es difícil calcular el tamaño real del imperio del narcotráfico de Hezbolá, algunos expertos calculan que su presupuesto anual ronda los mil millones de dólares. Dada la inmensidad de las actividades de Hezbolá en el tráfico de drogas, desde Afganistán hasta Venezuela, y los diversos negocios que controlaba para blanquear sus ganancias en Europa, América Latina y Oriente Medio, desde distribuidores de coches usados ​​hasta restaurantes y empresas de construcción, la facturación anual y la estimación de activos pueden ser mucho mayores.

Nasrallah era famoso por su secretismo y compartimentación, por lo que las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia de varios países, especialmente los estratégicos para el imperio narcotraficante Irán-Hezbolá, tendrán que trabajar horas extra para reunir información que permita cerrar las operaciones de Hezbolá cuando éste se encuentra en su punto más débil. Esto ayudará a reducir su esfera de influencia y paralizará a Irán hasta un punto sin retorno.

La destrucción del liderazgo del sindicato de narcotraficantes Hezbolá no sólo causará un déficit de suministro en Europa, Oriente Medio y Estados Unidos, sino que también puede desatar una competencia por las rutas comerciales y el territorio de Hezbolá.

Además del vacío de poder político en Líbano y Siria, así como de un efecto paralizante sobre la profundidad estratégica de Irán, Hezbolá se encargaba de gran parte de la financiación ilícita de Irán. Todavía queda por ver en qué medida la muerte de Nasrallah afecta a la financiación y la resiliencia de la cadena de suministro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) para el programa nuclear y los suministros estratégicos de Irán.

Desde hace tiempo se acusa a Hezbolá de estar implicada en diversas actividades ilícitas, incluido el tráfico de drogas, para financiar sus operaciones. Si bien Hezbolá ha negado estas acusaciones, múltiples investigaciones e informes han vinculado a la organización con el tráfico mundial de drogas, específicamente el tráfico de heroína, Captagon y otros narcóticos. Se cree que esta red tiene fuertes vínculos con organizaciones criminales en Europa, Sudamérica y Oriente Medio.

La participación de Hezbolá en el tráfico de heroína se remonta a menudo al valle de Bekaa, en el Líbano, una región conocida por el cultivo de adormidera y la producción de drogas. Se ha acusado a Hezbolá de brindar protección a productores y traficantes de drogas a cambio de apoyo financiero. Si bien el grupo puede no producir heroína directamente, supuestamente facilita su tránsito, beneficiándose de las rutas de contrabando que pasan por el Líbano, Siria y Europa. Se supone que la heroína libanesa representa una quinta parte de las ventas de heroína en los Estados Unidos.

Algunos informes sugieren que intermediarios de Hezbolá han estado conectados con proveedores de heroína afganos, que están vinculados con los talibanes, creando un conducto por el que la heroína fluye desde Afganistán, a través de las regiones controladas por Hezbolá, hacia Europa y otros destinos. En este escenario, se cree que el papel de Hezbolá es principalmente logístico, proporcionando la infraestructura para que la heroína se desplace por rutas de tránsito clave.

El Captagon, una anfetamina ilegal de la que se abusa mucho en Oriente Medio, se ha convertido en una importante fuente de ingresos para varios grupos militantes, entre ellos Hezbolá. El grupo ha estado implicado en la producción y distribución de Captagon, en particular en Siria, que se ha convertido en un importante centro de distribución de la droga en medio del caos de la guerra civil.

La fuerte presencia militar y política de Hezbolá en Siria, donde ha apoyado al régimen de Asad, lo ha situado en el centro del tráfico de Captagon. Los informes de las fuerzas de seguridad de Europa y Oriente Medio indican que Hezbolá ha participado en operaciones de producción y contrabando a gran escala, y que el Captagon suele estar destinado a los países del Golfo y a Europa. El tráfico de drogas no sólo financia las operaciones de Hezbolá, sino que también ayuda a mantener su influencia en Siria y en la región en general.

Se ha vinculado a Hezbolá con los cárteles de la droga sudamericanos, en particular en regiones como la Triple Frontera, donde convergen Argentina, Brasil y Paraguay. Esta zona ha sido durante mucho tiempo un centro de actividades ilícitas, como el tráfico de drogas, el lavado de dinero y la venta de productos falsificados. Se cree que Hezbolá ha establecido vínculos profundos con organizaciones criminales que operan en esta región, facilitando las redes de tráfico de drogas que trasladan cocaína desde Sudamérica a los mercados de Europa y Oriente Medio y financiando su “yihad de la cocaína”.

Los vínculos de Hezbolá con Venezuela también han sido fuertes, en particular a través de sus relaciones con miembros del gobierno y el ejército venezolanos que están involucrados en el tráfico de drogas. El grupo actúa como intermediario, ayudando a trasladar grandes cantidades de cocaína desde Venezuela hacia África occidental y Europa. Esta es una ruta clave para el flujo de drogas hacia Europa y afecta el negocio principal del crimen organizado europeo. También está directamente vinculado con la financiación del gobierno de Nicolás Maduro y algunos de sus aliados clave en Caracas.

En Europa, Hezbolá ha estado vinculado al tráfico de drogas a través de su red de agentes y simpatizantes. Las agencias policiales europeas han identificado células vinculadas a Hezbolá que están involucradas en la distribución de heroína, cocaína y Captagon. En 2016, una operación liderada por Estados Unidos conocida como Proyecto Cassandra acusó a Hezbolá de dirigir una red de tráfico de drogas multimillonaria, blanquear dinero de la droga a través de concesionarios de automóviles europeos y trabajar en estrecha colaboración con cárteles sudamericanos para transportar drogas a Europa.

Además de dedicarse al tráfico de drogas, Hezbolá ha participado en operaciones de blanqueo de dinero vinculadas a la venta de drogas en Europa, utilizando a la diáspora libanesa, a menudo mediante chantaje. Estas operaciones implican el uso de empresas legítimas para canalizar el dinero de la droga hacia los líderes del grupo en el Líbano, lo que afianza aún más a Hezbolá en las redes mundiales del crimen organizado.

La región del Golfo, en particular Arabia Saudita, ha sido un importante destino del Captagon y otras drogas contrabandeadas a través de las redes de Hezbolá. Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y otros países del Golfo han incautado grandes cargamentos de Captagon en los últimos años, muchos de los cuales estaban vinculados a Hezbolá y redes sirias. El mercado del Golfo proporciona una lucrativa fuente de ingresos para el grupo, ya que el Captagon es muy buscado en estas regiones.

El control que tiene la organización sobre las rutas de tráfico de drogas en Líbano y Siria le ha permitido ampliar su influencia y financiar sus operaciones militares, particularmente en su lucha junto al régimen de Assad en Siria.

La participación de Hezbolá en el tráfico de drogas se considera en gran medida una estrategia pragmática para asegurar la financiación de sus operaciones. Dadas las sanciones impuestas por los Estados Unidos y otros países contra el grupo terrorista, el tráfico de drogas se ha convertido en una fuente alternativa clave de ingresos, que permite a Hezbolá mantener sus extensas actividades militares y políticas. Aparte del papel político y militar formal de Hezbolá en sus actividades terroristas contra Israel y su asistencia al gobierno de Irán en sus operaciones en el extranjero, como la formación de las brigadas Qassem Solimani, hay que estar atentos a cómo afectará al narcoimperio de Hezbolá la eliminación de su liderazgo y qué implicaciones tendrá esto en la seguridad, el tráfico de armas y el tráfico de drogas.

El autor es un escritor que ha colaborado estrechamente con varios gobiernos de Europa, Oriente Medio y África y sigue haciéndolo. Es el fundador del Diálogo sobre la Democracia. Las opiniones expresadas en el artículo anterior son personales y exclusivas del autor. No reflejan necesariamente las opiniones de Firstpost.