CHÁVEZ EN SU LABERINTO PETROLERO
Por: Elie Habalian Dumat
Desde que las gigantes EXXON-MOBIL y CONOCO-PHLLIPS decidieron retirarse de la forma de asociación que el presidente Chávez les propuso a todos sus viejos y nuevos socios en la Faja del Orinoco, la opinión pública se ha planteado las siguientes interrogantes: ¿Por qué se retiraron estas colosales trasnacionales? ¿Por qué las otras trasnacionales se quedaron? ¿Por qué la otra gigante estadounidense CHEVRON-TEXACO, por cierto, más vinculada a “Mr. Danger” y a la “Dama Imperial”, no sólo se quedó sino que ha venido haciendo más negocios con el gobierno revolucionario? ¿Acaso según el léxico de Hugo Chávez, la EXXON-MOBIL es el imperio y la CHEVRON-TEXACO no lo es; mientras que la CONOCO-PHILLIPS sigue en una lista de espera?
Al tratar de analizar estas interrogantes, la primera conclusión a la cual inevitablemente hay que arribar es que el discurso contra “el imperio” del presidente ha convertido la política petrolera venezolana en una especie de “arroz con mango”. Se habla de una nueva nacionalización de nuestra industria petrolera cediendo nada menos que en un 40% la propiedad de dicha industria (empresas mixtas). De manera que la tan publicitada re-nacionalización ha resultado un tremendo negocio para trasnacionales como BRITISH PETROLEUM, STATOIL, TOTAL y la imperial CHEVRON-TEXACO. Además, entre los nuevos socios cuentan poco o nada empresas prestigiosas latinoamericanas como PETROBRAS y PEMEX, cuya inserción hubiera significado un papel estratégico en la integración energética latinoamericana. En su lugar, observamos empresas rusas y chinas entre otras. Hay que recordarle al presidente que hace casi dos décadas Rusia dejó de ser la República Socialista Soviética número uno para convertirse en una potencia del capitalismo salvaje cuyo comportamiento imperial rivaliza en su inclemencia con el anglosajón.
Todo el mundo, incluyendo el imperio y sus más connotadas empresas petroleras trasnacionales como la EXXON-MOBIL, la CONOCO-PHLLIPS y la CHEVRON-TEXACO, sabe que la factura petrolera pagada por dicho imperio financia la chequera mágico-revolucionaria del presidente Chávez. Con estos ingresos imperiales es posible, entre otros, el “socialismo petrolero del siglo XXI” y la “Gran Integración Revolucionaria Latinoamericano-Caribeña”, por supuesto siempre bajo el liderazgo del Comandante-Presidente. De manera que si este ingreso sufre algún descalabro, la “Revolución” se vería bastante comprometida. Esto también lo sabe el Imperio.
Hugo Chávez sabe que aquel pueblo que lo acompañó incondicionalmente durante los años 2002 y 2003, tiene su propia estrategia que sugerir en este conflicto. Él sabe que la mayoría del pueblo venezolano, el 02 de diciembre del 2007, le dijo NO a sus contradicciones y a sus aventuras. El también sabe que, de interrumpir el suministro de petróleo, no contaría con el respaldo de la OPEP tal y como lo sugirió en una de sus destempladas intervenciones. La OPEP apoyaría a Venezuela si Estados Unidos decidiera interrumpir súbitamente sus importaciones petroleras de nuestro país, una torpeza que el Imperio no cometería.
Es precisamente por estas vulnerabilidades que la EXXON-MOBIL decide pasar a la ofensiva. Lo de las medidas cautelares dictadas por los tribunales de EE UU, Inglaterra y Holanda, además de garantizar con creces un exagerado monto a indemnizar por su salida de la Faja, constituye una provocación. A ver si Chávez muerde el anzuelo y comete la locura de interrumpir el suministro del petróleo a Estados Unidos y, con ello, un suicidio en el cual el pueblo venezolano no lo acompañaría. El Imperio sabe eso; por eso lo provoca y lo va a seguir provocando. Además, el tiempo no juega a favor de Hugo Chávez. Con una recesión estadounidense y posiblemente mundial en puerta, las condiciones cada día lo favorecen menos en esta confrontación.
El pueblo observa angustiado a su Comandante-Presidente extraviado en su laberinto petrolero. Habla de re-nacionalización, pero ha entregado al “capital multipolar” el 40% de la propiedad de la industria petrolera venezolana. Habla de la integración energética latinoamericana, pero PETROBRAS y PEMEX figuran poco o nada en la nueva apertura petrolera “bolivariana”. La segunda empresa, por ser de un gobierno “lacayo del imperio” y la primera, por ser de un “rival” que se niega a formar parte del ALBA. Habla de alumbrar los bombillos a los hogares latinoamericano-caribeños, pero fusila la Orimulsión como medio para suplirles electricidad barata a los pobres de la región. Amenaza a los Estados Unidos con interrumpirles el suministro de más de un millón de barriles diarios de petróleo, pero su embajador Bernardo Álvarez lo “desmiente”. Así Chávez tiene que tragar sus amenazas contribuyendo a la merma de su credibilidad porque sabe que, sin los dólares del imperio, no puede alimentar su “revolución”. El presidente está atrapado. En este juego, si no interrumpe el suministro del petróleo seguirá en jaque y si lo interrumpe será un mate.
Etiquetas: Energía y Petróleo, orimulsión
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