Carrusel de las Incompetencias

Editorial VenEconomía

El cúmulo de incompetencias cometidas por el Gobierno de Hugo Chávez en el manejo del negocio petrolero (y en todas las demás áreas) desborda el límite de lo tolerable.

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No se trata ya de que sus arbitrariedades, abusos de autoridad e incumplimientos contractuales estén llevando a la nación a afrontar un conflicto legal con ExxonMobil, la más poderosa empresa petrolera del mundo.

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Tampoco se trata de que para enero de 2008, la capacidad de producción de crudo de PDVSA se hubiese desplomado a menos de 2,3 millones de b/d, ni que PDVSA ahora esté importando componentes para gasolina para poder abastecer el mercado local.Inclusive, ni siquiera se trata de que las anti políticas de Chávez hayan arrasado a todos los sectores productivos de la economía no petrolera, y que en consecuencia el venezolano esté afrontando el desabastecimiento de más de 30% de los productos de la industria farmacéutica y de más de 50% de los alimentos básicos de su consumo diario.

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Ahora se trata de que en los hogares venezolanos se ha esfumado la tradicional bombona de gas, con la que se cocinan los escasos alimentos que logran llegar a sus despensas. La crítica situación actual de escasez del gas doméstico es producto de la violación por parte del Gobierno de las más elementales reglas del manejo de los negocios.

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¿Por qué no hay gas en los hogares?

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1) Porque la mayor parte del combustible que se utiliza en el país está asociado a la producción de petróleo. Así como cayó la capacidad de producción de crudo de PDVSA, en la misma proporción disminuyó la producción de gases butano y propano que se distribuye en las bombonas. Peor, en más de 15 años tampoco se ha invertido en el proyecto Gran Mariscal Sucre para desarrollar la industria de gas no asociado al petróleo.

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2) Porque en su afán monopolizador, estatizó en 2007 a Tropigas y Vengas, que distribuían el 70% del gas que se consumía en el país. Ahora, la ineficiente PDVSA también opera la industria del gas en bombonas en asociación con los consejos comunales, y el negocio de esta empresa "popular" se ha convertido en la más corrupta, ineficiente e incompetente que hasta ahora haya iniciado la industria petrolera bolivariana.

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3) Porque en los últimos años no ha habido inversión en infraestructura ni en tecnología para adecuar el negocio a las exigencias actuales. Por un lado, las empresas privadas no invirtieron en el negocio dado que desde 2003 tenían las tarifas congeladas y estaban por tanto operando con el agua hasta el cuello. Por otro, el Gobierno no ha hecho inversiones propias, ni ha cumplido las promesas con el resto de los pequeños distribuidores de reponer infraestructura, importar bombonas ni instalar las miniplantas de llenado que se requerían.

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Lo más grave es, que según denuncia hoy en El Universal Mariana Párraga, debido a la falta de mantenimiento y a la escasa oferta de reparación apenas el 35%, de los 15 millones bombonas que están circulando en el país, están aptas para funcionar.

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¡Qué siga girando la rueda del carrusel de la incompetencia!