Narcoterrorismo: DEA pone la lupa en el vínculo narcos-Bin Laden
ENTREVISTA A JAY BERGMAN, JEFE DEA DE LA REGIÓN ANDINA
«Es un proceso de resurgimiento y migración de las organizaciones narcos», dice Jay Bergman, director de la DEA para la Región Andina. En una entrevista telefónica con Ámbito Financiero, el responsable de esta oficina antidrogas define el proceso como «el cruce genético entre redes de narcotráfico sudamericanas con otras bandas criminales con base en el continente africano».
No se puede anticipar aún el potencial del «híbrido globalizado» entre la organización terrorista colombiana con la de Osama Bin Laden. Sólo que es otro aspecto más, desestabilizante, de la transmutación del narcoterrorismo. Lo que sí es cuantificable son los cambios que hay en la ruta de droga por el norte de Sudamérica. «Por tierra y pasando por distintos puestos de control, llegan a Venezuela enormes cargamentos de cocaína colombiana», señala Bergman.
«Se los almacena y luego, desde el centro de Venezuela, se cargan en aviones que cruzan hasta el noroeste de África y desde allí a Europa». Son los nuevos derroteros y modus operandi alternativos que ingeniaron los zares de la cocaína, después de que les desbarataran vuelos con droga procedente de los llanos orientales colombianos e interceptaran los viajes de los narco-submarinos por aguas caribeñas.
«El éxito de la campaña antinarco en Colombia trae consecuencias que nos preocupan y a las que estamos tratando de adelantarnos, como es la exportación de los problemas del narcotráfico a la geografía de los países vecinos», sentencia el director de la DEA para la Región Andina. Entre los nuevos destinos está Venezuela, que si bien desterró a la DEA en 2005, guarda todavía voluntad para combatir al narcotráfico. «Varios narco-aviones fueron interceptados por el Gobierno de Venezuela, que también tiene una campaña con la cual ha destruido pistas clandestinas en los últimos años», agrega Bergman.
No obstante, «existe evidencia irrefutable de que las FARC están presentes en todos los países vecinos de Colombia: Panamá, Ecuador y Venezuela», dice el director de la DEA. «Por eso», agrega, «los gobiernos de Panamá y Ecuador ya están considerando a estas presencias como problemas de seguridad nacional».
Resurgimiento
En cuanto a Bolivia, donde el Gobierno de Evo Morales prohibió la actuación de la DEA, «está resurgiendo el viejo modelo de fines de los 80 y principios de los 90, cuando los carteles y las organizaciones delictivas internacionales -como fue el cartel de Medellín- recibían en Colombia la pasta base boliviana para ser procesada», dice Bergman. Con algunos cambios, desde ya. «Los narcos colombianos siguen controlando allí el negocio, pero ahora en Bolivia se hace el ciclo completo: se produce la coca y se la procesa en cocaína, sin necesidad de pasar por Colombia para ser comercializada», explica. Con consecuencias, claro, para los vecinos. La Argentina, Paraguay, Brasil y Chile reciben «derrames» de cocaína desde Bolivia.
El problema más serio para la DEA es, sin embargo, otro injerto genético «narco». El de «los carteles mexicanos, que son ahora una amenaza global», dice el director de la DEA. «Tenemos que impedir que migren hacia América del Sur», previene Bergman. Mientras que algunas versiones indican que esos carteles ya estarían actuando en Perú, junto a Sendero Luminoso, Jay Bergman insiste en que la mexicanización es, sin duda, la posibilidad más preocupante para el ADN del narcotráfico en Latinoamérica.Etiquetas: narcotrafico
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