El Encarcelamiento de Oswaldo Alvarez Paz
Por: Roger Noriega
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El Acto de un traidor desesperado en Vemezuela
El caudillo venezolano Hugo Chávez develó anoche su nueva estrategia para los comicios legislativos de septiembre, cuando acusó a Oswaldo Álvarez Paz por los delitos de “conspiración”, “instigación pública a delinquir” y “difusión de información falsa”, delitos que podrían acarrear sentencias de entre 13 y 27 años. Álvarez Paz fue imputado por declaraciones televisivas que realizó el 8 de marzo, en las que reconoció que Venezuela se había convertido en un santuario del narcotráfico e hizo referencia a acusaciones de un tribunal de España que sostiene que el régimen de Chávez brinda apoyo a terroristas vascos y colombianos.
El verdadero delito de Álvarez Paz es el de ser la conciencia sensata de la oposición de Venezuela. El ex gobernador del Estado de Zulia que buscó la nominación presidencial de su partido en 1993, Álvarez Paz de 67 años, se hizo conocido por sus columnas semanales, en las que no se guarda nada al momento de relatar la marcha trágica e inexorable del país hacia la dictadura bajo el gobierno de Chávez.
Es probable que la guardia pretoriana de Chávez y sus “cuidadores” cubanos hayan empezado a tramar el arresto del estadista cuando leyeron su columna del 8 de febrero. En esa misiva, Álvarez Paz denunció la llegada de un comandante de la revolución cubana, Ramiro Valdez, como última prueba de que Chávez había traicionado al país:
“La patria ha sido vendida a un régimen comunista extranjero, miserable y fracasado…. Estamos gobernados por un vendepatria,… sin principios ni moral, sometido sin remedio a la voluntad de quienes manejan el tablero internacional…. No será de extrañar la llegada de tropas regulares de Cuba para reforzar la defensa de la revolución chavista. Se desmorona por el rechazo popular a la ineficacia, a la corrupción y al comunismo…. La soberanía está intervenida y la integridad territorial, violada”.
Así, Álvarez Paz escribió el manifiesto ideal de la campaña de la oposición democrática para las elecciones de la asamblea nacional, que teóricamente se realizarán en septiembre.
Es cierto que en cualquier elección normal en cualquier país normal, cualquier oposición enterraría a un partido gobernante con el patético historial del régimen de Chávez. El aumento marcado de los índices delictivos, la escasez de alimentos, los cortes de electricidad, la devaluación de la moneda, la retórica llena de odio, etcétera, han afectado negativamente la popularidad de este alborotador engreído. Según numerosas encuestas —entre ellas aquellas realizadas por el Palacio para uso personal de Chávez—, solo la cuarta parte de los votantes de Venezuela respaldará a los candidatos legislativos del partido gobernante.
Que Dios no permita que la oposición malgaste esta oportunidad haciendo campaña sobre temas materiales que Chávez puede embarrar fácilmente con su retórica sobre la lucha de clases y con el gasto de un año con elecciones. En cambio, deben argumentar con total claridad que Chávez perpetró una traición contra Venezuela. Invitó a decenas de miles de “cuidadores” cubanos para que presionen y controlen en forma minuciosa a los venezolanos y arruinen otro país más con su ideología corrupta y su estupidez soberbia. Vendió a Venezuela por un precio mínimo: conservar el poder político.
Si Chávez logra aferrarse al poder a través de una nueva elección fraudulenta, es posible que esta sea la última campaña de su tipo para toda una generación. Por esa razón, es preciso que la oposición aproveche tanto como pueda esta valiosísima oportunidad para enfrentarse a “Chávez el vendepatria”. La única manera que tienen sus jefes cubanos de derrotar esa campaña es cometer una última traición y cancelar las elecciones. Eso bien podría provocar una furia patriótica y nacionalista que un gobierno dirigido por extranjeros no está preparado para resolver. Una cancelación de las elecciones podría ser el último clavo en el ataúd del régimen, cuando los venezolanos se unan para decir “basta”. Por esa razón, para prevenir una campaña de este tipo desde el comienzo, decidieron encarcelar a un hombre con la sabiduría, el coraje y la credibilidad necesarios para llevar adelante esa campaña.
Así es cómo llegó a la cárcel Oswaldo Álvarez Paz. Recogiendo sus valientes palabras, los venezolanos no solo lo liberarán a él, sino que se liberarán a sí mismos.
Etiquetas: libertad de expresión
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